Capitulo 12b (navidad)
En la víspera de navidad, mi habitación estaba hecha un caos con ropa por todas partes. El salir con un súper modelo no era un acontecimiento de todos los días, tenía que lucir bien y a la vez estar abrigada ya que aquella noche había vuelto a nevar.
Al final decidí ponerme un par jeans azules ajustados, unas botas color café oscuro no muy altas y hasta la rodilla. Arriba una playera manga larga con rayas. Después de revolver aun mas mi armario encontré el abrigo negro que me había traído mi madre de parís casi a mitad de año.
- perfecto! – dije al ponérmelo y posando frente al espejo de cuerpo completo que había en mi habitación.
Me sentía nerviosa y ansiosa. Desperté más temprano de lo habitual solo por culpa de los nervios.
Después de vestirme, mire la hora ya eran casi la 1pm. Terminaba de arreglarme frente al espejo cuando sentí que tocaban mi puerta, era una de las sirvientas.
- Hanbyul-san? – pregunta abriendo la puerta lentamente – hay un joven abajo en el lobby preguntando por usted – dice ella de forma delicada en japonés
- Gracias Mariko-san – digo sonriéndole – enseguida bajo – ella me hace una reverencia y luego se marcha.
Termino de acomodarme un gorro de color gris en la cabeza y luego de encontrar mis guantes, del mismo tono del gorro, salgo de mi habitación tomando mi bolso de la cama.
Al llegar al lobby, junto a WooJung, busque a Gabriel con la mirada encontrándolo de pie, con las manos en los bolsillos de su abrigo gris oscuro, junto a una pared. Casi se me va el aliento al verlo. De verdad era perfecto, ahora entendía el por qué era tan famoso y cotizado como modelo. Era como ver a un adonis en vivo y en directo.
Me acerque a su lado sonriendo, ahora más me entusiasmaba la idea de tener una cita con él en la víspera de navidad.
- buenas tardes – salude al llegar frente a el. Gabriel me observo de pies a cabeza asintiendo y sonriendo
- buenas tardes señorita, esta lista? – pregunta ofreciéndome su brazo. Yo lo observo sorprendida pero luego acepto el gesto y lo tomo del brazo para comenzar a caminar hacia la salida.
Pensé que como saldría con un súper modelo, el rentaría un auto o algo parecido para que saliéramos en nuestra cita. Pero al salir a la calle el siguió caminando conmigo a su lado. Yo miraba a todos lados confundida.
- donde vamos? – pregunte cuando llegamos a un cruce, mirando a Gabriel
- a comer. Tienes hambre? – pregunta sonriendo al mirarme. Yo solo asiento con la cabeza aun no comprendiendo del todo – iremos a mi restaurant favorito, no queda lejos de aquí. – dice apuntando hacia el frente – ves ese letrero verde de allá? – pregunta mirándome mientras sigue apuntando. Yo observo donde apunta su dedo y después de ver una mancha verde en una esquina lejana asiento nuevamente haciendo a Gabriel reír – bien, en marcha entonces – dice volviendo a caminar ya que la luz había cambiado de color en el cruce.
Podía notar como varias parejas, que se cruzaban con nosotros mientras caminábamos, se nos quedaban mirando. No sabia decir si era envidia o admiración lo que veía en sus ojos cuando se cruzaban con mi mirada. Gabriel se detuvo en un escaparate donde había unos lindos juguetes en exhibición. Me pare a su lado observando el reflejo de la vitrina con detenimiento. Yo tomada de su brazo y el alto y bien vestido con ese abrigo gris oscuro que le llegaba un poco más abajo de las caderas, en su cuello una bufanda gris, unos jeans negros y botines del mismo color del pantalón. “Perfecto” pensé al observarlo por completo.
Sentí que Gabriel se reía a mi lado y me gire para observar que era lo que encontraba divertido. Me miraba con detenimiento sin dejar de reír. No pude evitar ponerme roja “noto que lo estaba mirando a través de la vitrina” pensé bajando la mirada avergonzada.
- eres adorable – dijo Gabriel acercándose a mi oído para hablar, causándome escalofríos. Trague un poco de saliva intentando relajarme.
- Falta mucho? – pregunte tirando un poco de él para que siguiéramos caminando, causando que volviera a reírse.
- No mucho, mira – apunta hacia al frente nuevamente y ahí se encontraba aquel local de comida donde él me llevaba.
Respire aliviada cuando entramos, era un ambiente bien agradable y se veía que era como los típicos restorán de comida en Japón. Gabriel me llevo hasta el mesón en donde se encontraba una señora de edad hablándole a una joven mesera, al parecer la regañaba por no tener listo un pedido.
- obachan – dice Gabriel llamando la atención de la abuela quien de inmediato cambia su cara de enfado a una amable sonrisa
- Gabriel-kun! – exclama extendiendo sus brazos mientras rodeaba el mesón para abrazarlo – no me esperaba esta sorpresa – dice emocionada sin dejar de sonreír
- Para que vea que los milagros de navidad si pasan – dice Gabriel bromeando haciendo a la abuela reír
- Que te trae por aquí mi niño?
- Ella – Gabriel se gira para tomarme de los hombros colocándome delante de él. La abuela me mira sorprendida y luego me sonríe alegremente.
- Mucho gusto – digo haciendo una reverencia – me llamo Hanbyul – la abuela asiente sin dejar de sonreír y luego mira a Gabriel.
- Es muy linda – comenta ella dirigiéndose a Gabriel – es tu novia? – pregunta luego mirándome.
- Es una amiga, obachan – la abuela sonríe, al parecer él le había hecho un gesto – tu sabes que yo no tengo novias.
- Lo sé mi niño, lo sé – dice la abuela riendo – y bien? Vienen a comer?
- Claro! Tus platillos son los mejores – dice Gabriel sin soltarme de los hombros
- Entonces tomen asiento que enseguida les preparo algo rico – la abuela se va detrás del mesón y se escabulle por una puerta que al parecer era la cocina. Gabriel me toma de la mano, sorprendiéndome, y me conduce hasta una de las mesas cerca del mesón apegadas a la pared. Me siento en la silla y el toma asiento frente a mi mirándome fijamente.
Yo observo el lugar con detenimiento. No era un local muy grande y habían muchas pinturas en las paredes, cosa que me fascino. Estaba observando una que tenia arriba de donde estaba cuando sentí la mano de Gabriel sobre la mia. Me gire asustada y el sonrió.
- te gusta la comida japonesa, verdad? – pregunto quitando su mano
- claro que si, es mi favorita. En mi casa tenemos un chef japonés solo por mi gusto por esta comida – digo sonriendo avergonzada.
- Tu japonés es bastante fluido. – comenta cruzando sus manos sobre la mesa
- Mi padre es mitad japonés y mitad coreano, vengo a Japón desde que era pequeña, por eso lo manejo también. – digo imitando su gesto de cruzar las manos sobre la mesa – el tuyo tampoco esta mal eh?
- Se japonés e inglés, los necesito por el trabajo que hago – dice de forma orgullosa – no te pregunte… que edad tienes?
- 17
- Aun vas a la escuela entonces?
- Tu no? – pregunto sorprendida – que edad tienes?
- 19 – responde Gabriel sonriendo – soy tu oppa – dice con una sonrisa maliciosa
- Acaso quieres que te llame oppa? – el acentúa mas su sonrisa – recién te conozco.
- Mejor así, llámame oppa vale?
- Está bien – digo acomodándome mejor en la silla
- Aquí tienen mis niños – dice la abuela llegando con una bandeja con platos humeantes, acomodándolos en la mesa – si necesitan algo más me dicen, ok?
- Gracias obachan – Gabriel toma la mano de la abuela y ella asiente sonriendo. Luego se va dejándome a solas con el nuevamente – comencemos entonces – dice tomando unos palillos para comer. Yo hago lo mismo
- Itadakimasu – digo antes de tomar algo de pescado para comerlo.
El sabor de la comida japonesa siempre era diferente cuando se comía en un restorán. Aun que el chef que estaba en mi casa preparaba platillos exquisitos, nada se comparaba a comer esta comida en su lugar de origen.
Nos mantuvimos casi en silencio mientras comíamos, Gabriel solo hablaba comentando cosas sobre la comida y sus platos favoritos.
Cuando terminamos de comer, la abuela llego con una tetera de cerámica y dos pocillos para tomar té.
- estuvo delicioso – le dije a la abuela agradeciéndole por la comida
- me alegra saberlo – dice observando luego a Gabriel. Al parecer estaba pasando alguna prueba o algo así ya que ambos asienten y luego sonríen. La abuela se vuelve a ir.
- Que quieres hacer después? – le pregunto tomando un sorbo de mi te
- Podríamos ir a visitar una feria que se pone en un templo – yo lo miro asustada. Acaso quería ir caminando hacia allá también? – no me mires así, no queda tan lejos
- Tomaremos un taxi?
- No – responde con una sonrisa maliciosa – espérame aquí – se pone de pie y va hasta la cocina.
Yo sigo tomando mi te, observando a WooJung que estaba sentado en la mesa de enfrente aun comiendo. Gabriel vuelve y me toma de la mano haciendo que me ponga de pie al instante, WooJung también hace lo mismo. Caminamos hasta la salida de atrás del local, pasando por la cocina. Al salir a la calle nos encontrábamos en un callejón en donde habían un montón de cajas, bicicletas y una moto negra. Una Suzuki GSF 1250S hermosa. Gabriel se acerca a la moto y me pasa un casco.
- vamos – dice colocándose el suyo y montándose en la moto. Yo lo miro confundida y luego me giro para mirar a WooJung
- espera – le digo a Gabriel al volver a girarme para mirarlo – no puedo dejarlo aquí – apunto a WooJung quien tenía cara de enfado y estaba a punto de agarrarme para que nos fuéramos
- porque no? – pregunta sacándose el casco, dejándome boba por unos segundos al verlo montado sobre la moto.
- Es mi guarda espaldas, lo olvidas? – digo acercándome a su lado colocando el casco sobre la moto frente a el.
- Conmigo no necesitas guarda espaldas – dice tomándome del brazo, acercándome a el, quedando a unos centímetros de su rostro. Me puse roja al instante y tuve que empujarlo para alejarme de el. – vamos, aun estamos en la cita y quiero ir al festival del templo contigo – dice poniéndome caras, tomándome de la mano. Yo respiro profundo y luego me giro mirando a WooJung.
- Tienes mi número y si pasa algo te llamo, ok? – le digo dejándolo sorprendido – mi celular tiene GPS así que me encontraras de inmediato – tomo el casco de nuevo – te veo mas tarde, pórtate bien con la abuela – me coloco el casco y me monto sobre la moto detrás de Gabriel. El se vuelve a colocar el casco sin dejar de sonreír y después de prender la moto nos vamos, dejando a WooJung con la palabra en la boca.
Sabía que el igual me iba a seguir de alguna manera, pero después de pensarlo unos segundos, no podía desperdiciar esta oportunidad de viajar en moto con Gabriel.
Al principio tenía vergüenza de tomarlo de la cintura para afirmarme, y tan solo mantenía mis manos sujetas a su chaqueta, pero luego de unas aceleradas y frenadas que hizo Gabriel (estoy segura que apropósito) termine abrazándolo por la cintura, apegándome bien a él. Apoyando mi cabeza en su espalda.
Era una sensación extraña, la sentía familiar, pero no entendía el porqué.
Cuando llegamos al templo, Gabriel estaciono la moto y yo lo solté de inmediato, quitándome el casco y bajándome de esta. Tenía el pelo desordenado, estaba ocupada intentando peinarme con los dedos no notando que Gabriel estaba de pie frente a mi observándome.
- ahora te ves mas adorable – dijo pasando una mano por mi cabeza, ayudándome a ordenar mi pelo. Lo deje terminar de peinarme con sus manos intentando respirar profundo para no desmayarme por lo nerviosa que estaba. – listo
- gracias – digo sonriendo avergonzada, entregándole el casco y luego alejándome de el con una mano en el pecho. Sentía que mi corazón explotaría en cualquier momento.
- Ahora vamos, hay que subir las escaleras para llegar al templo – dice tomándome de la mano, haciendo que caminara junto a él.
Subimos las escaleras en silencio y despacio, ya que tenían un poco de hielo por la nieve que había caído. Al parecer intentaron limpiarlas con agua y una escoba, pero aun quedaban residuos de nieve y agua que se había congelado. Gabriel me sostenía fuerte de la mano, lo cual agradecí ya que tenía miedo de resbalar y rodar escaleras abajo.
Cuando llegamos arriba nos relajamos un poco. Había sido todo un reto el subir y al parecer no éramos los únicos que lo pensaban ya que varios que llegaban arriba comentaban que habían tenido miedo de tropezar y caer.
Comenzamos a recorrer el lugar lleno de luces y gente. A pesar de que era víspera de navidad, habían muchas familias recorriendo la feria. Gabriel me llevo hasta un puesto donde vendían bolitas de pulpo y luego de pagar recibió una caja con 12 bolitas y palitos para comerlas.
- abre la boca – dijo tomando una y acercándola a mí. Yo me reí por el gesto que había hecho, ya que parecía que estaba alimentando un bebe – no quieres? – pregunto mirándome confundido
- si, pero se alimentarme sola – dije tomando una bolita del pote para comerla, pero Gabriel me sostuvo la mano y la llevo hasta su boca comiéndosela.
- Hmm… saben bien – dice masticando la bolita y luego tragándosela – ahora abre la boca – vuelve a tomar otra y la acerca a mi, yo abro la boca mirándolo enfadada y el me acerca la bolita la cual tomo con los dientes y termino por meterla dentro de mi boca comiéndomela. Gabriel se muerde el labio mirándome, colocándome incomoda.
- Ahora puedo alimentarme sola? – pregunto tomando otra bola, metiéndola a mi boca antes de que el diga algo
- Sigamos caminando – dice tomándome la mano y con la otra sostiene el pocillo – pero tu tendrás que alimentarme – sonríe al mirarme y luego comienza a caminar.
Caminamos por varios puestos donde vendían artesanías y otras donde habían los típicos juegos japoneses de atrapar el pez dorado con una delgada malla. Varias jóvenes que pasaban al lado nuestro se ponían a cuchichear ya que Gabriel se acercaba a mí para que le diera una bolita de pulpo en la boca. Lucíamos como novios a los ojos de cualquiera.
Pasamos toda la tarde paseando por aquella feria hasta cuando ya se hizo de noche. Gabriel gano un oso para mi en uno de los juegos donde tenía que encajar unas argollas en unos tubos, causando gran conmoción ya que las inserto todas y la gente que se había reunido para observarlo lo vitoreaban emocionados. Pude ver a varias jovencitas que lo habían reconocido como el modelo famoso que era y cuando Gabriel me paso el peluche (gigante) que gano, aquellas mismas jovencitas me miraron con odio y envidia.
Ya eran casi las 10 de la noche cuando nos fuimos de la feria, subiéndonos de nuevo a la moto, acomodando como pude el oso conmigo para irnos. Pensé que iríamos de vuelta donde el restorán de la abuela, pero Gabriel doblo por otro lado y nos detuvimos frente a una cafetería abarrotada de gente.
- tienes hambre? – pregunto ayudándome a bajar de la moto
- mas que hambre, tengo frio – dije abrazando el oso
- entremos entonces – dice tomándome de la mano para caminar dentro de la cafetería.
De verdad que estaba lleno de gente. Apenas entramos la camarera nos informo que no tenía mesas disponibles y que los disculpáramos. Gabriel solo sonrió y pregunto si podía pedir para llevar y luego de hablar un poco más con ella accedió a vendernos un pastel para llevar junto con 2 cafelate. Yo salí de la cafetería y lo espere apoyada en la moto junto con el oso de peluche. Hacía mucho frio y al parecer volvería a caer nieve esa noche. Una cosa genial tratándose de la noche de navidad. Abrace el oso y mire el cielo, me sentí triste de repente y con un extraño presentimiento.
- ahí está – escuche decir a mi espalda junto con otras voces de mujeres que murmuraban.
Gabriel salió de la cafetería sosteniendo 2 cafés y una bolsa donde suponía que venía el pastel, me hizo un gesto de que lo siguiera y eso hice. Colocándome a su lado para caminar a una plaza que estaba cerca, nos sentamos en una banca.
- gracias – dije recibiendo el vaso de café, bebiendo de inmediato. Ya no sentía mi nariz
- lo siento, no pensé que estaría tan llena esa cafetería – dice Gabriel sonando apenado
- no te preocupes, con este café entrare en calor – digo volviendo a beber otro sorbo.
- Lo pasaste bien? – pregunto acercando su vaso a su boca para beber mientras me miraba
- Claro que si y me llevo hasta un peluche de regalo – digo riendo – parece una cita sacada de una película romántica – Gabriel también ríe
- Si no quieres el oso me lo devuelves, yo le daré un buen hogar.
- No~! Es mío, me lo regalaste – digo tomando el oso que estaba sentado a mi lado para abrazarlo.
- En realidad no te lo di, solo te lo entregue para que lo sostuvieras – dice poniendo una sonrisa burlesca. Lo miro unos segundos y luego le paso el oso.
- Toma entonces – me giro en la banca y le doy la espalda mientras sigo bebiendo mi café.
- Que enojona salió tu madre, no crees? – dice Gabriel – pero tendrá que aprender a compartirte ya que la demandare para que tengamos custodia compartida de ti – me giro para mirarlo y lo veo con el oso en sus piernas, sosteniéndolo como si fuese un bebe mientras le hablaba – hmm… aun no te ponemos un nombre – dice pensativo, mirando al oso. Yo me largo a reír.
- Tu ganas – digo sin parar de reír.
- Que nombre te gustaría darle? – me pregunta Gabriel sonriendo también.
- Hmm… es niño o niña?
- Yo creo que es niño, tiene un moño verde – dice examinando el oso.
- Tu eres el padre, yo solo te diré si me gusta o no.
- Entonces te llamaras… Suk – dice sonriendo, tomando al oso con sus dos manos
- SUK? – pregunto antes de largarme a reír nuevamente “suk” significa sin movimiento – si que eres creativo
- Gracias, ahora no te burles de nuestro pequeño Suk – dice entregándomelo – exijo visitas para ver como esta.
- Está bien, lo discutiré con mi abogado – digo siguiéndole el juego.
- No, enserio. Quiero seguir viéndote – dice acercándose repentinamente a mí, quedando a centímetros de mi cuerpo, con su brazo apoyado en el respaldo de la banca pasando por detrás de mí.
- Ah… yo… - murmuro nerviosa no logrando hilar las ideas al tenerlo tan cerca. Veo como el sonríe, al parecer disfrutaba el verme de esta manera y eso me molestaba.
- Gabriel-sama! – escuchamos gritar al frente de nosotros, asustándonos. Nos giramos y vemos a 5 jóvenes que nos miraban con cara de enfado, más a mí que a Gabriel.
- Suelta a Gabriel-sama!! – grito una apuntándome. Yo la mire confundida, pero luego me reí. Eran fans de Gabriel y de las extremistas.
- De que te ríes maldita? Que estás haciendo con Gabriel aquí a solas?! Intentas propasarte con el?! – decía otra más alterada aun, caminando hacia mí, parándose casi a mi lado. Yo también me puse de pie, dejando a Suk sentado en la banca.
- Eres ridícula? – dije mirándola de forma despectiva, Gabriel me toma de la mano para hacer que me siente de nuevo causando que las jóvenes se vuelvan locas de rabia
- SUELTALO! – grito la que estaba frente a mi, golpeándome la mano que me sostenía Gabriel, este se puso de pie de inmediato para cubrirme
- Que creen que están haciendo niñas? – dice el en tono serio, sin perder el control.
- Gabriel-sama… por que estas con ella? Acaso te esta sobornando? – pregunta la que me azoto la mano, acercándose a el de forma sumisa. Gabriel sonríe de forma sarcástica recordándome a alguien.
- No sean tontitas y déjenme tranquilo, vale? – dice dándose vuelta para mirarme, sosteniéndome de los brazos mientras observa mi mano que estaba roja por el manotazo. – estas bien? – pregunta mirándome.
- Si, nada grave. E sufrido golpes peores – digo riendo tomando a Suk del banco para marcharnos. El tomo la bolsa con el pastel y comenzamos a caminar para alejarnos de las fans que aun no se movían y me seguían mirando con odio por la forma en que Gabriel me sostenía. – sí que tienes fans loquitas por ti – dije mirándolo y colocándome a reír.
- No puedo evitarlo, las mujeres se enamoran de mi y pierden la razón – dice mirándome de forma seria, sosteniendo con más fuerza mi mano.
- Maldita bruja!! – escucho gritar a nuestra espalda antes de que una bola de nieve me llegue a la cabeza, golpeándome fuerte en la nuca. Antes de que Gabriel pudiese hacer algo, una lluvia de bolas de nieve llego hasta nosotros, golpeándome más a mí que a el dejándome amoratada y con el abrigo empapado.
- QUE MIERDA CREEN QUE ESTAN HACIENDO! – grito Gabriel colocándose frente a mi para cubrirme.
- Liberando a Gabriel-sama de esa bruja!! – dice la que estaba molestando desde el comienzo – aléjate de ella si no quieres quedar igual de empapado.
- Junko! No! Es Gabriel-sama! Como lo vamos a atacar a el!! – dijo una niña que estaba a su lado
- Por eso! Que se aleje de ella!! – dice la tal Junko con una bola de nieve en la mano.
- Llamare a la policía – dice Gabriel sacando su celular.
- No se preocupe, yo ya llame a la policía – WooJung salio de la nada con el celular pegado a su oreja, agachándose a mi lado para verificar que estaba bien. Las jóvenes al verlo huyen asustadas ya que la cara de enojo de WooJung era de temer. – se encuentra bien Hanbyul-nim? – pregunta enderezando mi cuerpo para examinarme mejor. Yo solo asiento colocándome a tiritar de frio.
- Sácate eso, te vas a resfriar – dice Gabriel sacándose su abrigo y ayudándome a quitarme el mío, colocando el suyo en su lugar. Poniéndome su bufanda también ya que mi pelo estaba empapado por las bolas de nieve que llegaron. – ahora si, tienes que entrar en calor – dice refregándome los brazos.
- Y tu? También te enfermaras – digo mirándolo solo con un chaleco gris oscuro – mejor te quedas con la bufanda.
- No, llévatela puesta también. Ya que supongo que nuestra cita termino ahora que tu guarda espaldas esta aquí – yo me giro a mirar a WooJung quien tiene a Suk en su mano junto con mi abrigo empapado. Luego vuelvo a observar a Gabriel asintiendo apenada. – no hay nada que hacer entonces – murmura subiendo una mano hasta mi rostro para acariciarlo – discúlpame por mis fans arruina citas.
- No te preocupes, son los riesgos de salir con alguien famoso como tu – digo bromeando haciéndolo reír.
- Cuida mucho a Suk, ok? – dice aun sonriendo – lo iré a visitar cuando menos te lo esperes, así comprobare que está bien y sanito
- Estaré esperando esa visita – digo emocionada – gracias por la cita. Lo pase bien contigo, a pesar de tus fans.
- Sí, yo también – Gabriel vuelve a tocarme la mejilla con ternura, antes de alejarse de mí para caminar hacia su moto que no estaba lejos.
Me acerco mas a WooJung tomando a Suk de sus manos para abrazarlo, al tener la chaqueta de Gabriel y su bufanda podía sentir su aroma con intensidad. Y aun que seguía sintiendo esa extraña sensación en mi pecho, estaba feliz de haberlo conocido de esta manera y sabia que no sería la última vez que lo vería.
- vámonos – le digo a WooJung, quien asiente llevándome hasta donde tenía el auto estacionado. Ahora si tendría una gran historia que contarle a Sungmin cuando volviera a corea.
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El frío me llego de golpe en la cara, las calles estaban cubiertas de nieve, me frote los brazos y metí mis manos a los bolsillos antes que se congelaran. Además estaba nerviosísima, había pasado una velada soñada con el profesor, no me lo podía creer, estaba en la víspera de navidad con el profesor Lee!, este sería acaso mi milagro navideño.
Caminamos en silencio, no sabía que decirle, me sentía abrumada, pensé en Heechul y el montón de cotillas que le tenía acerca del profesor Joo, y seguro moriría o pegaría el grito en el cielo cuando le cuente con quien cene, y que ahora caminaba a mi lado. Levante la vista y me di cuenta que me miraba, rápidamente la desvié y carraspeé, me tomo desprevenida, ¿Por qué me miraba?. De repente oigo un “Cuidado”, y soy jalada hasta quedar pegada a su cuerpo, el profesor me quita el pelo de la cara y yo embobada.
- Te encuentras bien?.
- S…si
- No debes llegar y cruzar la calle cuando está en rojo
- Eh? – mire que estábamos en una esquina – Ah perdone! Iba distraída – rápidamente me aparte y me golpee la cabeza por estúpida, en vez de aprovechar estos momentos iba pendientes de otras tonterías. – Gracias – le dije por fin.
- Disfrutaste la cena?
- Si, mucho, la Sra Joo es muy simpática.
- SoRa?, si, siempre a sido así desde que la conocí. El día que se casaron, se empeño en que me emparejara con su hermana – el profesor comenzó a reír, música para mis oídos, verle esa sonrisa era lo que más me gustaba de él.
- Realmente me sorprendí mucho, nadie se imagina que el profesor es casado, debe ser porque no usa anillo….
- A él le gusta ir fuera de lo convencional, además es por mutuo acuerdo no creo que a ella le moleste.
- Y además ella está embarazada!.... es una suerte.
- Cuánto va sufrir su bolsillo – comento el profesor mas para sí mismo yo le quede mirando mientras el miraba el cielo. – ¿te gusta la nieve?
- Si me gusta, pero prefiero el calor, el sol, no me gusta la sensación de estar congelada – saco mis manos y soplo para darles calor.
- Siente – el profesor también saca sus manos y la pone sobre mis mejillas, estaba congelado también.
- Frío.
- A mi tampoco me gusta sentirme congelado, olvide mis guantes, pero me encanta la nieve – note en su voz un eco de melancolía, también soplo sus manos y las fregó – nos estamos congelando, quieres un café? – dice de repente cogiéndome de la mano y llevándome hasta una cafetería que estaba cerca.
Solo el profesor entro, pues estaba llenísima, me fije que había muchas parejas, y sentí cierta envidia, pero luego reflexione, “no, estoy pasando una maravillosa noche, no necesito más” . El profesor demoraba en salir, ya casi pasaban de los 20 minutos, cuando siento algo caliente en mi mejilla.
- Ah! Caliente – digo alejándome mirando al profesor quien sonreía ampliamente.
- Lo sé, es para que entres en calor. – tomé el café y me quede quieta para que mis manos se descongelaran. Luego volvimos a caminar.
- no tienes más amigos Lee Bom?
- Eh? – su pregunta me sorprendió. – Cla...claro que tengo más amigos, que cree, soy antisocial?.
- Lo decía, bueno que es raro que una chica de tu edad este sola para estas fechas.
- Ya explique por qué.
- Si, pero y tus amigos… no te gusta pasarla con ellos.
- Cada quien la pasa a su manera, tal vez estuvieron ocupados – la verdad era que me avergonzaba decirle que no tenia mas amigos que Heechul y Shindong, pero ninguno de los dos podía acompañarme esta noche.
- Como?, cualquiera preferiría pasarla contigo! Yo estoy feliz de estar esta noche contigo Lee Bom. – me dijo mientras me miraba, por un segundo me perdí en sus ojos, solté una risa antes que los colores se me subieran al rostro.
- No mienta, como es profesor me dice eso.
- Precisamente por eso no debía decirlo – murmuro antes de tomar un sorbo de café y desvió la mirada a la calle. Sentí como mi corazón se acelero y también sorbete mi café.
Llegamos a una plaza y nos sentamos en unos columpios, les quite la nieve y me senté, balanceándome sutilmente mientras terminaba de tomarme el café.
- Y usted?
- Yo que? Si tengo amigos? Acabamos de salir de la casa de uno de ellos.
- Tiene razón, olvide ese detalle. – le quede mirando, cuantas veces había echo eso en la escuela, mirarlo, solo eso y el tiempo pasaba sin darme cuenta. Al parecer incomode al profesor porque carraspeo un poco y miro su reloj
- Ya casi serán las 12, es tarde para que andes en la calle sola.
- Bien me iré pronto – le dije dando el último sorbo a mi café y luego me agarre del columpio para balancearme más fuerte. ¿qué hacer para que el tiempo se detenga y no tuviera que irme? Al mirarlo me di cuenta que estaba cubierto de nieve, al balancearme más fuerte hice que se soltara la nueve acumulada en los fierros. Me detuve en seco – Profesor lo lamento mucho!
- No te preocupes, es solo nieve- decía divertido.
- Déjeme ayudarlo – me puse en frente de él y le ayude a quitarse la nieve, sacudí sus hombros y le quite un poco de su cabello, no podía creer que estaba tocando su sedoso cabello, el corazón se me acelero y respirar se me dificultaba. Ya casi no aguantaba, lo que sentía por el profesor era tan fuerte que de alguna manera tenia que salir.
- Ves, ya no tengo nieve – dijo sonriendo, derritiéndome por completo – gracias.
- Profesor… - lleve mi mano a mi pecho respire profundo, cerré los ojos y volví abrirlos – profesor me gusta!, me gusta mucho!, y ya no puedo seguir ocultándoselo – su rostro mostraba total sorpresa pero continúe hablando – o quizás no eh hecho mucho por ocultarlo, yo sé que se ah dado cuenta, es más estoy segura… - trague saliva, realmente respirar era difícil – estoy segura de lo que sabe hace mucho, y también creo que le gusto no? – recordé la vez que casi me besó en el festival – si no, no actuaría como lo hace, no sería así conmigo – los ojos me ardían, estaba a punto de llorar. – Por favor, se lo pido!!!!, por favor usted es el único que tiene la respuesta a mis dudas, el único que puede decirme si siente lo mismo por mí, le juro que no me importa nada, ni la escuela, ni lo que dirán, nada! solo usted, dígame que siente por mí, dígamelo y termine con mi tormento por favor!!!! – “dios Lee Bom que acabas de decir” , acababa de cometer la estupidez mas grande, el profesor guardo silencio solo mirando, podía ver el vapor saliendo de nuestras bocas, y él seguía callado; realmente metí la pata y no podía seguir viéndolo a los ojos me disculpé y me di la vuelta, tenía que irme de allí rápido, pero apenas veía por las lagrimas que tenia acumulada en los ojos. Alcancé a dar unos pasos cuando sentí que tomo mi mano y me volteo, se levanto del columpio y se acerco a mí.
- Espera un segundo…- murmuro muy cerca de mí, ya sentía que me desmayaría ahí mismo si él no decía algo pronto.
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DongHae no esperaba que ella diera el primer paso. Desde que salieron de la casa de Brian se vino imaginando el cómo le diría lo que sentía por ella, ya era tiempo y esta era la ocasión ideal. Ambos estaban solos y sin nadie que los interrumpiera de improvisto.
- Me gusta! Me gusta mucho! – escucho decir de aquella joven que lo traía loco desde hace tiempo. No fue capaz de asimilar todo lo que Lee Bom le dijo hasta que ella se giro para marcharse. Su cuerpo actuó por voluntad propia evitando que diera un paso más.
- Espera un segundo… - murmura DongHae acercándola más a su lado – porque te vas? – pregunta ya más tranquilo, con su mente despejada, sonriéndole. Ella solo corre la vista aun avergonzada. – No esperaras mi respuesta? – pregunta DongHae en tono juguetón, buscando su rostro para que lo mirara. Deja escapar un largo suspiro y luego la abraza, colocando la cabeza de ella sobre su pecho para que escuche su corazón y lo rápido que latía – tu también me gustas, Lee Bom - susurro DongHae sonriendo, sintiendo como ella se removía de su abrazo para mirarlo sorprendida, al parecer no esperaba estas palabras de su parte – ahh… Lee Bom! Sabes lo difícil que fue esto para mí? – preguntó, mientras la abrazaba por la cintura – soy tu profesor! Y esto… – dice subiendo una mano hasta el rostro de ella, tocando sus labios con sus dedos – …está prohibido para mí… – susurra antes de acercarse más a su boca, posando sus labios sobre los de ella – me gustas – vuelve a susurrar antes de besarla por completo, fundiéndose como un suspiro.
Cerró los ojos dejándose llevar por la sensación de sus labios tan tibios, ella al comienzo temblaba, pero luego se relajo y dejo que él la besara con total soltura. Introdujo su lengua con timidez, hacia mucho tiempo que no besaba a nadie y se sentía torpe. Lee Bom lo abrazo por el cuello abriendo mas su boca, profundizando el beso, solo eso le basto a DongHae para perderse por completo. La sostuvo con fuerza de la cintura apegándola más a él. El beso se tornaba mas apasionado dejándolos casi sin aliento. El contacto con su lengua lo estaba trastornado junto con esos leves quejidos que ella daba cada vez que le mordía los labios. DongHae tomo los brazos de Lee Bom de su cuello para bajarlos, estaba perdiendo el control con tantas mordidas. Se sentía acalorado, podía derretir nieve con su mano desnuda.
- me gustas – volvió a susurrar sobre sus labios, mordiéndolos nuevamente para luego sonreír – no sabes lo genial que se siente el poder decírtelo – ella también sonrió volviendo a besarlo
- me encanta que me lo diga, una y otra vez – dice Lee Bom, abrazándolo del cuello nuevamente sin dejar de sonreír
- tenemos que calmarnos – dice DongHae sonriendo avergonzado – y aun que no me agrade, tienes que volver a tu casa. Ya es muy tarde y mira – apunta hacia el cielo – hicimos que nevara – Lee Bom ríe al ver la cara de niño travieso que ponía DongHae.
- Está bien – responde ella poniendo cara de pena, alejándose un poco de su lado aun se sentía acalorada.
- Vamos – dice DongHae tomándola de la mano, caminando hasta una parada de taxis.
Donghae sentía que en cualquier momento el corazón le explotaría, y sentía que era un regalo del cielo que estuviera nevando en ese preciso momento, apretó la mano de Lee Bom con fuerza, para asegurarse que no fuese un sueño, ella iba apegada a su brazo. Todo era real, demasiado perfecto para él. Hablaron de cualquier cosa hasta que Lee bom hizo parar a un taxi, antes de subirse en el, se volteo para mirarlo, y sonreírle, solo eso basto para que Donghae la atrajera hacia su cuerpo abrazándola, sintiendo el aroma, asegurarse que no estaba soñando.
- Bien, el taxi no esperará por siempre.
- Claro, claro, perdona – le dijo sintiéndose torpe.
- Entonces nos vemos el 31?
- Así es, hasta el 31 – Donghae le da un beso en la frente y se aleja.
- Hasta entonces!, nos vemos en la entrada de la casa de Hanbyul!... – dijo ella y cerró la puerta.
“HanByul”, aquel nombre resonó como un eco en su cabeza, y sintió un balde de agua fría, lo había olvidado por completo, que la fiesta seria en la casa de ella, Donghae creyó entrar en pánico, que iba hacer ahora?
~Fin Capitulo.~
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