Capítulo 3
No era como si se le permitiera a la gente entrar y salir libremente de las suites, solo algunos podían entrar a las habitaciones. Una era una muy educada y un poco sádica mujer llamada Yoorin. Comida y todo lo extra que necesitaran los clientes eran despachados a través de un sistema que Hyukjae tenía que admitir que era ingenioso. Ya que “El Cielo” tenía ciertas políticas de cómo atender a sus clientes sin ser molestados por terceros mientras se hospedaran aquí. Junto a la puerta principal se encontraba otra más pequeña, lo suficientemente amplia para que entraran y salieran carritos con platillos de comida o lo que hubiese ordenado el cliente.
A Donghae se le hacía agua la boca con el aroma a comida que llegaba hasta su nariz. Sopa de pollo, carne y helado de chocolate. Se lamió los labios y trago saliva. Tenía muchísima hambre. Tanta que sentía que podría comerse una vaca entera si se la sirvieran. O al menos eso era lo que creía. Pero no se movía de donde estaba, sabía que su comida estaba ahí, pero no quería salir de su escondite. Sintió los pasos de aquel hombre tan detestable acercándose a la cama, escucho sonidos de platos rechinando y supuso que cargaba una bandeja con su comida. La cama se hundió en una esquina y pronto el aroma a comida se hizo más fuerte.
- Sal de ahí, tu comida se enfriará – lo dijo en un tono que avergonzó aún más a Donghae, estaba seguro de que se estaba burlando de él por lo ridícula de la situación. Especialmente por culpa de su estómago que no dejaba de gruñir. Hizo lo mejor que pudo para disimularlo, pero el aroma a comida había desatado una pelea en su interior.
- Déjame tranquilo! – dijo bruscamente, cerrando los ojos. Intentando bloquear sus sentidos, pensando en otra cosa que no fuese comida.
- Estas hambriento, tu comida está aquí, puedes comerla – Casualmente, el hombre hablaba mientras que lentamente comenzaba a remover la manta de su cuerpo. Causando que Donghae se asustara, afirmo como pudo la sabana para no ser destapado y se negó a salir. El hombre la soltó, luego Donghae lo escucho bufar. Como si finalmente se diera por vencido.
- Déjame tranquilo!!
- Está bien. Si no sales de ahí en 3 segundos, me comeré tu comida – replico molesto. ”¡¿Qué?! ¡Pero esa es mi comida!” Lo único que salió de la boca de Donghae fue un gruñido. Sus ojos se abrieron de golpe cuando sintió que se llevaban la bandeja de la cama. El aroma de la comida pudo más que su vergüenza. Se enderezo sobre la cama, quitándose la manta de encima justo a tiempo, olvidando por completo el hecho que estaba desnudo. Miro furioso al hombre de pie frente a él sosteniendo la bandeja con una mano y con la otra dos vasos.
- Esa es mi comida! – declaró Donghae haciendo un puchero. Pero antes de que pudiese tomarla, el hombre se alejó de la cama caminando hacia la mesa – Oye! – lloro Donghae, sus ojos clavados en la bandeja.
- Ven a buscarla – una vez más apareció esa odiosa y burlona sonrisa. Pero esta vez, Donghae no se iba a dejar ganar. Le devolvió la sonrisa aún más amplia. Se levantó de la cama y le quito la bandeja antes de que se alejara aún más.
- Mierda! – exclamo el hombre al sentir las manos de Donghae quitándole la bandeja de forma brusca
- Esto es mío! – declaró, mirándolo con una sonrisa victoriosa en su rostro. Se devolvió a la cama y se acomodó sobre esta con la bandeja frente a él.
- Bueno, al menos saliste de tu escondite – murmuro el hombre mirando divertido a Donghae sentado sobre la cama.
Después de ver al joven disfrutar su comida por veinte minutos, el chico se sentía más tranquilo permitiendo que Hyukjae se le acercara unos metros. Aun no se daba cuenta de que estaba desnudo. Se sentó a los pies de la cama con las piernas dobladas, su órgano lánguido y feliz colgando expuesto. Suspiro alegremente saboreando la primera cucharada de su helado de chocolate.
Hyukjae lo miraba, sentado en una silla al revés, apoyando sus manos en el respaldo para descansar su cabeza en ellas. Se preguntaba cuando dios por fin le haría darse cuenta de cuan desnudo, expuesto y deliciosamente servido en un plato se estaba a comenzando a ver. Frunció el ceño, era culpa de la atmósfera de la habitación la que causaba estas alucinaciones. Si no estuviera en “El Cielo” y viera a este chico desnudo en su habitación o en su oficina, no le afectaría tanto como le estaba afectando ahora. “El Cielo” tenía ciertos inciensos que intensificaban el libido. Le hacían sentir cosquillas en muchos lugares. Ya sus palmas estaban sudorosas y sus dedos se crispaban de forma involuntaria. No era de mucha ayuda que este chico estuviera sentando en la cama, desnudo como el día que nació, comiendo chocolate con tanto placer, gimoteando por lo bueno que estaba.
Cualquiera, bueno probablemente no cualquiera, pero aquellos que han estado privado de sexo por un largo periodo, podrían encontrar aquella escena un tanto erótica. Especialmente ahora que Hyukjae se encontraba en “El Cielo” y que este lugar tenía ese aroma que le hacía sentir toda clase de sensaciones que aumentaban su lujuria y sobretodo un cierto calor en su entrepierna. ”¡Mierda! Esto no es bueno” razono Hyukjae. ”Es solo un niño! Y ni si quiera trabaja aquí!”
- Hmmmm… que rico! – declaro Donghae relamiéndose los labios con su lengua que aún tenía un poco de helado. Disfrutando por completo el sabor del chocolate. Esto solo hizo que Hyukjae frunciera aún más el ceño. Obviamente el chico no se daba cuenta de nada, solo estaba preocupado de su helado de chocolate.
- Eres tan egoísta – dijo Hyukjae finalmente, decidiendo arrojar sus valores morales por la ventana por un momento. - ¿No me vas a dar? – el chico lo miro sorprendido, debió olvidarse por completo de que no estaba solo en la habitación. Lo que hizo que Hyukjae se molestara aún más. El chico pestañeo, miro a Hyukjae y luego su gran pocillo de helado. Al comienzo no le gustó la idea y acerco más ese pocillo hacia él, pero luego debió pensarlo mejor. El pocillo era grande y no sería capaz de terminarlo él solo. Con un suspiro de resignación estiro las manos con el pocillo de helado ofreciéndoselo a Hyukjae, aun conservando la cuchara en su boca.
Hyukjae, no sabía si aguantar el sentirse molesto consigo mismo al encontrar a esos ojos que lo miraban, tan abiertos y curiosos, inocentes y temerosos… rogándole por ser desflorados de su inocencia. Parecía como si le estuvieran rogando que le hicieran cosas sucias. “Por favor, hazme tuyo… lo deseo… hmmm…” Hyukjae se levantó de la silla casi de un salto, demasiado sorprendido para creer que solo había imaginado esas palabras salir de la boca de aquel chico. Probablemente ni si quiera sabía lo que era tener sexo con otra persona. Solo conocía el toque de su propia mano. Al menos si se masturbaba.
“Pero eso es diferente!” se debatió a sí mismo “No es bueno el tener fantasías sexuales como esas! Es inmoral!” Luego la otra mitad de él, específicamente su parte baja le recordaba que aquel muchacho ya no era un niño, estaba a las puertas de convertirse en un adulto. Ya que estaba decidido a echar sus valores morales por la ventana, no había vuelta atrás.
- ¿Qué sucede? – Ah, la pregunta hecha de manera tan inocente y crédula que lo hizo parecer más como si estuviese rogando que haciendo una pregunta – ¿Acaso no quieres un poco?
Un joven desnudo, ofreciéndole un pocillo con helado, con una cuchara en su boca, sentado sobre sus piernas en una cama, completamente desnudo. ¡Cómo demonios no iba a querer más que un poco! ¿Qué idiota en esta situación no querría? Sólo se preguntaba el cómo no se había dado cuenta de lo tentador que se veía hasta este momento. El incidente del baño fue interesante pero no lo excitó tanto como esto de ahora. Desesperadamente necesitaba frotar un órgano que ya se estaba comenzando a sentir ahogado.
- Ah… - su voz se quebró un poco, tosió intentando cubrirla – Claro que quiero un poco – miro hacia otro lugar ya que a lo que se refería era a otra cosa completamente diferente. Con dificultad camino hasta la cama, se sentó lo suficientemente cerca como para no hacerlo sentir incómodo. Se acercó, comprobando que el chico no se sentía intimidado por él. Hyukjae miró el pocillo buscando otra cuchara, dándose cuenta de que sólo había una y estaba ubicada en la boca del chico. Bueno, ahora se encontraba lamiéndola, quitándole todo el resto de helado que tenía. El joven notó el dilema.
- Que sucede?
- Parece que solo hay una cuchara y la tienes tú – el destino tenía que estar de su lado. Hyukjae sonrió alegremente.
- Oh – parecía decepcionado, pero pronto se recuperó – bueno, supongo que podemos compartirla.
- Excelente! – quizás lo dijo con mucho entusiasmo – digo, eso es muy amable de tu parte.
- Toma – Hyukjae tomo la cuchara con cautela, pasando a llevar los dedos del chico que la sostenía para ofrecérsela. Sabiendo que estuvo en su boca, saliva y la posibilidad de alguna enfermedad o bacteria impregnada en ella no le importó. Metió la cuchara en el pocillo sacando una buena cantidad de helado y cuidadosamente se la llevo a la boca. Observando al chico de reojo, fijándose que tenía toda su atención. Tenía la boca ligeramente abierta, probablemente sin imaginarse lo que Hyukjae intentaba hacer con él.
Hyukjae deslizo la cuchara dentro de su boca y con lentitud la saco, paso su lengua por el borde para luego lamer sus labios de manera sensual.
- Hmm… esto esta delicioso – dijo sonriendo. Observo como el chico tragaba saliva sin si quiera pestañear mientras lo miraba. Nunca en su vida imagino que tendría que estar haciendo algo como esto, seduciendo a un inocente. Usualmente, él era el seducido y no al contrario. – No nos hemos presentado – dice sonriendo más ampliamente - ¿Cómo te llamas? – el niño movió la cabeza, como si despertara de un trance
- Do-Donghae! – exclamo de golpe para luego taparse la boca avergonzado. “¿Qué mierda estoy haciendo?” se regañó. ”Quizás ahora crea que soy un estúpido”. El hombre rió, luego extendió su mano. Donghae se le quedo mirando.
- Un placer conocerte Donghae – Oh! El énfasis en su nombre no fue pasado desapercibido y menos el destello en sus ojos cuando lo dijo. Aunque Donghae pudo creer que solo fue un truco de su imaginación y que no era lo que pensaba. No había razón para que este hombre estuviese tratando de ser sugerente con él. Quizás solo quería ser amistoso.
Aun no lo perdonaba por el maltrato que le había dado antes, pero también le pidió comida e intento hacer que la comiera. Hasta que él decidió comerla claro. Pero quizás solo era una treta para burlarse de él nuevamente.
- Me llamo Hyukjae – Donghae miró su cara nuevamente. Estaba tan cerca que sus rostros estaban a centímetros el uno del otro. ”¡¿Cuándo se acercó tanto?!”
- Gu-Gusto en conocerte Hyukjae! – se alejó un poco
- Que sucede? Hay algo en mi cara?
- No! – grito Donghae – Digo, no, no na-nada! – ”Bueno, me gustan tus ojos y tus labios. Dios! Son tan sonrosados y besables.” Inconscientemente Donghae lamió sus propios labios.
- Entonces ¿Porque pareciera que te hago sentir incomodo? – lucia triste, al menos para el parecer de Donghae.
- No, no. No es nada – sonrió nervioso. Fue ahí cuando finalmente se dio cuenta de cuan desnudo se encontraba. Vio su reflejo en aquellos ojos negros, enmarcados con largas pestañas igual de negras. Se miró a sí mismo y dejo escapar un grito
- Que sucede? – Hyukjae sonrió, una vez más, ese tono burlón en su voz. Aunque mantuvo la calma, sabía muy bien el por qué Donghae había gritado.
- Oh por dios! – Donghae tomo la manta y se recostó tan rápido en la cama que se golpeó con la cabecera. Se cubrió como pudo sus partes privadas de la mirada de Hyukjae. Respirando de forma agitada mientras su cara se ponía roja de vergüenza. ”Todo este tiempo eh estado desnudo! Y él ha estado mirándome!” podía escuchar la risa de ese sujeto, cerró los ojos apretándolos con fuerza. ”Bueno, te ha visto desnudo antes, es más hasta te estabas masturbando frente a él. Esto no es nada nuevo, no deberías llorar por esto” se dijo a sí mismo para tranquilizarse. Abrió los ojos y deseo no haberlo hecho. Ahí, frente a él, estaba Hyukjae. Se encontraba tan cerca que podía sentir el aire caliente saliendo de su boca. Se sobresaltó, alejándose asustado y sorprendido.
- Te encuentras bien?
- Estas invadiendo mi espacio personal!
- A que te refieres, Donghae?
- Deja de decir mi nombre así!
- Así como, Donghae? – Hyukjae se acercó aún mas, sonriendo ampliamente
- Así!
- Me gusta decir tu nombre así – finalmente Hyukjae decidió que era suficiente. Se alejó un poco para sentarse más lejos de él, mientras el pequeño suspiraba molesto.
*****
- Quieres algo para beber? – ya habían pasado suficientes minutos desde su intento de seducir al joven que ahora sabía que se llamaba Donghae. Obviamente no había esperado el ser rechazado de esa manera. Pero se convenció a si mismo diciéndose que Donghae era demasiado joven como para saber qué era lo que estaba sucediendo. No podía recurrir a algo tan bajo como emborracharlo para que no supiera lo que estaba haciendo, claro que no. Solo quería que tomara lo suficiente para que se soltara un poco.
Ahora Donghae se sentaba en la cama, la manta rodeando su cuerpo, mirando a Hyukjae como un halcón. Sería fácil para Hyukjae llamar por teléfono y pedir una muda de ropa para las próximas 39 horas que aún le quedaban, pero la verdad es que no tenía ganas, quería darse ese gusto de tener a ese jovencito desnudo.
- No gracias
- Como quieras – respondió Hyukjae. Ok, quizás emborracharlo quedaba tachado de la lista. Decidió entonces que no podría avanzar ni un poco esa noche, así que se rindió por ahora.
Cuando dieron las 9, ambos estuvieron de acuerdo que un pequeño juego de cartas no les haría mal ya que no serviría como una herramienta para seducirlo, así que Donghae accedió a jugar una partida de póker. Ya estaba más tranquilo después de su casi paro cardiaco tras el descubrir que estaba desnudo y expuesto ante la mirada de Hyukjae. Ahora se sentía más cómodo, permitiendo que Hyukjae se sentara con él en la cama, pero aún estaba envuelto en aquella manta.
- Cuáles serán las reglas? – pregunto de forma inocente, mientras Hyukjae revolvía las cartas. No noto la forma en que brillaban sus ojos al mirarlo con una gentil sonrisa en sus labios.
- Sabes cómo jugar póker, verdad? – pregunto observando la reacción del pequeño.
- Claro que si! Siempre jugamos en las fiestas de mis padres
- Entonces el que gane 4 juegos de 7 obtiene un masaje en la espalda del perdedor – Donghae lo observo con detenimiento, luego decidió que no había malicia en el premio. Y que era un masaje en la espalda de todas formas, él siempre visitaba spas y los masajes allí eran excelentes. Decidió que necesitaba un buen masaje en su espalda.
- Ok, pero debes saber que soy muy bueno en este juego, ¿Te arriesgaras?
- Claro, porque no – Hyukjae sonrió, bajando la vista hasta las cartas para cubrir ese brillo en sus ojos. Pobre chico, si solo supiera que él era un maestro haciendo trampa en este juego.
******
Hyukjae observo como Donghae cambiaba de un rostro culpable a uno incrédulo mientras observaba las cartas sobre la cama. Negó con la cabeza sin poder creer su derrota. Hyukjae se dio el gusto de saborear su victoria, aún era increíble para él. ¿Cuán seguido se le da la ocasión de jugar sucio en el póker? Afortunadamente Donghae aún era muy joven e ingenuo para darse por enterado de que fue lo que paso realmente. Hyukjae dejo que ganara los primeros tres juegos para luego masacrarlo con 4 derrotas. Quería terminar pronto con el juego, especialmente después de que Donghae se pusiera tan contento al ganar que había modificado las reglas diciendo que el masaje debía durar dos horas. ¿Quién en su mente depravada haría que el juego durara tanto si sabía que ya lo tenía ganado? Especialmente después de que el premio se había vuelto más excitante aun.
Después de dos segundos de completo silencio, Donghae despertó de su trance. Hyukjae no dejaba de sonreír ante su victoria y el rostro de derrota del pequeño.
- Cómo… - dijo en un susurro
- Tienes una suerte horrible pequeño – suspiro Hyukjae, moviendo su cabeza para simular que sentía pena por lo que acababa de ocurrir. Cosa que era totalmente falsa. Pero Donghae se lo creyó por completo.
- Pero iba ganando – dijo incrédulo
- Ya está bien – dice posando una mano en el hombro descubierto de Donghae, notando que no le molestaba el contacto. Comenzó a masajearlo, comprobando lo firme y suave que era su piel. Hyukjae sentía envidia de su juventud. – A veces estas cosas pasan. Toma tu derrota como un hombre – dicho esto, corrió las cartas a un lado y se echó sobre la cama para esperar por su premio.
- No es justo! – dijo Donghae haciendo pucheros, ahora claramente frustrado. Esperaba ganar. Debió haber ganado. Gano 3 juegos seguidos!. Su probabilidad de ganar era mucho más alta, era imposible que Hyukjae ganara los últimos 4 juegos. – Debí haber ganado.
- Entiendo cómo te sientes, es como cuando te dan una mamada y de repente te muerden el pene para evitar que te vengas. – negó con la cabeza y exhalo con tristeza – Desafortunado – dijo como recordando algún evento de su vida.
Donghae se le quedo viendo sorprendido. Su comparación fue tan inesperada que no sabía cómo reaccionar. Sintió que se elevó la temperatura de todo su cuerpo al avergonzarse. Su rostro se tiño con un leve tono de rojo. Cuando Hyukjae lo miró, Donghae corrió la vista. Incapaz de soportar la mirada de Hyukjae. Nunca había escuchado algo tan sexualmente explicito, Siwon nunca había hablado así delante de él. Y diciéndolo tan casualmente, como si no importara. Pudo imaginar a alguien mordiéndole el pene, hasta sintió el dolor causando que se retorciera un poco.
- Eso no debe doler? – las palabras escaparon de sus labios sin pensarlo. Se tapó la boca observando con los ojos bien abiertos a Hyukjae quien pestañeo incrédulo ante lo inocente de su pregunta.
- Claro… - respondió el mayor con lentitud – Definitivamente duele
- ¿Alguien te ha mordido antes? – pregunto curioso.
- ¿Por qué tan interesado? – Hyukjae sonrió - ¿Quieres intentarlo? – Donghae lo miró sorprendido, con la cara teñida de rojo y la boca abierta. Exactamente la reacción que espero a que tuviera. A este ritmo, se pondría aún más difícil intentar seducirlo para terminar teniendo sexo. Era demasiado inmaduro. Hyukjae estaba comenzando a dudar de su poder de seducción. Pareciera que el pequeño no tenía ninguna experiencia de este tipo tampoco. Pero estaba esa escena del baño que le hacía conservar la esperanza. Al finalizar estos dos días, este pequeño inocente se convertiría en un gato salvaje.
- Claro que no! – Donghae resoplo molesto - ¿Por qué querría hacer eso?!
- Quien sabe, quizás te gustaría probar, solo por experimentar.
- No querría… - ahora, Hyukjae detectaba un poco de duda en sus palabras. ¿Acaso tenía problemas sexuales? – Me refiero a que nunca me han hecho eso antes… - Su sonrojo se acentuó, llegando a las orejas.
- ¿De qué hablas? – preguntó Hyukjae haciéndose el desentendido, cuando sabía perfectamente a lo que Donghae se refería. El pequeño lo observo molesto – dime, no entiendo a qué te refieres.
- No es te tu incumbencia! – grito Donghae, girando la cara para no mirar al mayor.
- Nunca te han dado una mamada? – Eunhyuk lo dijo sorprendido – pero no los chicos de hoy en día son más liberales? Tienes que ser un apartado social.
- Cállate! – dijo entre dientes – deja de burlarte – bajo la vista, como apenado. No era su culpa no ser parte del grupo de jóvenes activamente sexuales. De los que pensaban en tener sexo todo el día. Pero si estaba en el grupo del que tenía fantasías. Hyukjae noto como el pequeño se había deprimido. ”Pobre chico” pensó.
- Lo siento, no me estaba burlando – Lentamente acerco una mano hasta el mentón de Donghae, haciendo que girara la cabeza para que lo mirara. Sonrió, intentando animarlo. – En realidad, admiro a los jóvenes que no son promiscuos. Toma mucha fuerza de voluntad y disciplina. Algo que nunca tuve cuando tenía tu edad. Debes sentirte orgulloso de ti mismo.
De alguna forma, la atmósfera se tornó tensa. Donghae se removió, claramente incómodo. Había algo en su mente que estaba pujando por salir por su boca. Pero no podía. Hyukjae se dio cuenta por la forma en que esquivaba su mirada.
- Quieres decirme algo? – pregunto el mayor, después de notar como Donghae jugaba con sus dedos, retorciéndolos y mordía sus labios. El pequeño lo miro, dudando si hablar o no. Se sentía temeroso.
- Prometes no enojarte? – se veía tan frágil que Hyukjae no pudo evitar bromear con él nuevamente.
- Por qué? ¿Descubriste mi oscuro secreto y ahora quieres revelarlo al mundo? – esto parece haber decepcionado al pequeño, lo miro un tanto triste. – lo siento. Prometo no enojarme. Así que dime que sucede – suspiro Hyukjae. Una mirada dudosa, un labio siendo mordido y unos ojos esquivos. Hyukjae poso una mano sobre su pierna. – Dime, no me enojaré. – lo dijo con seriedad. Por la dificultad que tenía Donghae de decirlo, debía ser algo realmente grave. Algo que cargaba sobre sus hombros con pesar.
- Eres… gay, verdad? – la seriedad de su voz y la forma en que enrollo la sabana en sus manos de forma nerviosa. Toda esta tensión para esto. Hyukjae pensó en estrangularlo. ”Tanta incomodidad para esto? ¿Qué se supone que es estúpido?” Hyukjae cerró los ojos por un momento, intentando concentrarse en el asunto. Luego se recostó de espaldas observando el cielo
- Soy bi
- ¡¿Qué significa eso?! – exclamo Donghae, claramente frustrado. No era la respuesta que esperaba y su reacción era la prueba.
- Significa que me gustan ambos sexos
- Pero te gustan los hombres, eso significa que eres gay, ¿Verdad?
- También me gustan las mujeres – añadió Hyukjae
- Pero cómo?! No te pueden gustar los dos! ¿O sí?
- Si puedes y a mí me gustan – Hyukjae suspiro. – Escúchame Donghae, sé que enfrentar tu verdadera sexualidad es algo aterrador, especialmente para ti a esta edad.
- Pero no te pueden gustar los dos sexos! Es algo…
- Quizás cuando seas mayor y más experimentado en esta área lo entiendas.
Silencio…
- Entonces eres bi? – Hyukjae se rió. La expresión de Donghae era demasiado adorable para su pregunta.
- Eso te decepciona? Quizás bi no sea la forma para describirme. Me siento atraído por la belleza – Hyukjae se giró para mirar mejor a Donghae, observando sus ojos que reflejaban su confusión – Sea hombre o mujer, no tiene importancia para mi – Donghae hizo una mueca, claramente no le gustaba lo que estaba escuchando.
- Es la belleza la que importa cuando se trata de atracción física.
- Me estas mal interpretando. Dije que me gusta la belleza, no especifique cual y de todas formas mi forma de ver la belleza no es la misma que tienen todos.
- ¿Entonces como defines tu tipo de belleza? – desafió Donghae, sus labios haciendo un puchero y con la mirada fija en los ojos del mayor. Hyukjae lo miró, en ese instante una extraña sensación se instaló en su abdomen causándole cosquillas. Se mantuvieron en silencio por unos segundos, pero parecieron horas. Hyukjae pasó una mano por su cabello.
- Quieres que te lo explique? – dijo mirando al pequeño, apoyando una de sus manos en la mejilla de Donghae. Al principio el pequeño se asustó, pero luego se dio cuenta de que aquella mano tan gentil no podía lastimarlo.
- Eres igual que el resto del mundo. La belleza no dura para siempre, sabes? La gente envejece y las cosas se mueren – quito la mano de Hyukjae de su rostro - ¿Encuentras belleza en esas cosas?
- Encuentro bellas tus imperfecciones – dijo Hyukjae con suavidad, volviendo a colocar su mano en la mejilla del pequeño para que lo mirara – Como estas orejas – unos dedos alcanzaron su lóbulo – Y estos labios que pareciera como si siempre estuviesen haciendo pucheros – paso un dedo por sus labios, acariciándolos – Y tus ojos, la forma que tienen y como me miras. Obsérvate ahora, con esa mirada tan penetrante. Cosas así son las que encuentro atractivas en alguien. – La otra mano de Hyukjae subió desde su cadera hasta el hombro del pequeño, dándole un pequeño masaje. – Y esto, tu juventud es hermosa. Cuando alcances la madurez, no te volverás a ver así. Y eso es lo que encuentro bello, porque no dura. Las cosas siempre cambian. Y pienso que cuando seas mayor serás aún más atractivo.
Sin pensarlo, Hyukjae ganó la admiración de Donghae. El pequeño lo miraba con brillos en sus ojos y sus mejillas sonrojadas. Completamente fascinado observando como una sonrisa aparecía en los labios de Hyukjae. Después de aquello, cualquier cosa que Hyukjae dijera le entraba por un oído y le salía por el otro. Estaba demasiado concentrado observando aquellos labios sonrosados. Los observaba de forma ensoñadora; esas palabras habían sido tan románticas, que toda su rabia se apagó transformándose en adoración. La mano de su mejilla se puso firme, esos labios que observaba tan fijamente comenzaron a acercarse. Donghae también se acercó. Permitiendo que Hyukjae tomara sus labios, sin imaginarlo, sus ojos se volvieron pesados y todo lo que pudo hacer fue cerrarlos.
Sintiendo una suavidad en sus labios, la sensación era dulce, y la mano firme en su nuca y en su hombro de alguna manera se sentía bien. Llevo su propia mano hasta el hombro de Hyukjae, acercando más su cuerpo hacia esa fuente de calor y dureza. Era tal cual se lo había imaginado.
Besar si se sentía bien.
Podía escuchar su corazón palpitando en sus oídos, su sangre corriendo rápidamente por su cuerpo. Sentía la urgencia de recorrer con sus dedos aquel cuerpo que tenía enfrente. Ninguna fantasía se había sentido tan real antes, eso hasta que sus labios fueron separados con gentileza, una lengua cálida choco contra sus dientes buscando su propia lengua, encontrándola para frotarse. Olvido donde se encontraba. Todo lo que podía escuchar era unos bajos y sensuales gemidos que parecían vibrar en su garganta. Su boca se abrió aún más, permitiendo que esa lengua la explorara por completo. Sus manos fueron a parar a la espalda del mayor, enterrando sus dedos en ella, atrayendo aún más ese cuerpo hacia él.
Sintiéndolo moverse, retorcerse y contraerse. Su cuerpo temblaba por los escalofríos que recorrían su columna, llevando más sangre hasta aquella parte entre sus piernas. Todo su cuerpo se relajó, siendo sostenido solo por unos brazos fuertes que lo rodeaban. Donghae podía sentirlo, aquella parte de él comenzaba a despertar.
La sensación era tan dulce que no quería abrir los ojos, pero como con toda fantasía, debía despertar. Se le estaba acabando el aire. Se separó de aquellos brazos empujando el cuerpo de Hyukjae hacia atrás. Su respiración estaba entrecortada, sintió unos dedos sobre sus labios, levantando su mentón para depositar un suave beso sobre su boca que lo dejo deseoso de más.
- Hmm… exquisito - susurro Hyukjae, observando los ojos de Donghae – Eres tan delicioso… - dijo con apenas un susurro sobre el oído del pequeño, haciendo que se su sonrojo se acentuara. Y para molestarlo aún más paso su lengua por el lóbulo de su oreja sorprendiendo a Donghae. Hyukjae se rió al observar lo rojo que se había puesto el pequeño, luego se tiró de estómago sobre la cama a un lado de Donghae.
- Me debes un masaje – dijo con seriedad, acomodándose sobre la cama para quedar en una mejor posición. Donghae lo miro incrédulo. Su mandíbula podría haber chocado contra la cama de lo abierta que tenía la boca.
- QUE!!!? – exclamo enfadado. El dolor ahora se estaba poniendo insoportable. Gruño mientras se agarraba su órgano demasiado erguido para su gusto. ”Fue solo un beso!” se dijo a sí mismo. ”Por qué me excité tanto con un maldito beso!!”. Pero era demasiado tarde. Intento nivelar su respiración, muy enojado consigo mismo por ser tan fácil de excitar. Su cuerpo lo había traicionado, era lamentable. Intento relajarse para bajar su erección, para calmar los latidos de su corazón y para alejar esa sensación de lujuria que le recorría el cuerpo hasta la punta de los dedos. Pero su furia solo lo encendió aún más.
Mientras Donghae peleaba con sus nuevas sensaciones, Hyukjae se hacia el desentendido, ignorando la excitación del pequeño. Era un jovencito, a esa edad bastaba solo un poco para lograr tal grado de excitación. Sonrió pensando en lo fácil que había sido. Ahora se sentía más confiado con sus métodos de seducción, se relajó sobre la cama mientras suspiraba. ”Aun no pierdo mi toque! Sus reacciones son adorables. Me recuerdan a un gatito consentido”
Como se atrevía, era un desgraciado. Después de besarlo de esa manera, ahora se tiraba sobre la cama como si nada hubiese ocurrido! Se sentía tan avergonzado, al dejar que un idiota que le hablaba bonito lo besara para luego pretender que no había pasado nada! Era imperdonable. Especialmente ahora que se cubrió sus caderas con la manta, mientras se sentaba sobre su erección para esconderla en caso de que se notara.
Donghae se mordió el labio, intentando no gritar y matar a este hombre, tan atractivo e increíble y relajado frente a él. ”Que?! En que estoy pensando?! No es increíble. Es un odioso! Es demasiado pálido y muy flacucho. Me gustan los hombres fuertes y con carne en sus huesos. No esta cosa pálida y flacucha! Con una espalda y brazos fuertes, un cuello pálido, hombros… y… unos dedos largos. Míralo! Solo echado así, como si nada ocurrió! Maldito bastardo! Estabas jugando conmigo! Quieres un masaje? Bien! Te daré uno!”
Empuño sus manos y luego comenzó a golpear la espalda de Hyukjae, quien pareciera no estar sorprendido por esta reacción. Lo que solo causo que Donghae se enfureciera aún más.
- hmm.. eso se siente bien. Siento como estas deshaciéndote de mis nudos ahí – ”Argh! Que está pensando este tipo! No se supone que se sienta bien!”
Donghae comenzó a golpear con el lado de sus manos la espalda del mayor, intentando infligir dolor. Pronto descubrió que se estaba lastimando más él que a Hyukjae. Y que su erección se había puesto aún más dura de tan enojado que estaba. Gruño frustrado, ya rindiéndose con lo del masaje doloroso. Cerro los ojos mordiéndose los labios, intento relajarse pensando en que su erección se bajaría si solo se concentraba en darle un masaje en la espalda. Con esto en mente, Donghae comenzó nuevamente a masajear la espalda de Hyukjae. Esta vez con más delicadeza. Llevo sus dedos por sus hombros delineándolos para luego bajar a la espalda. Noto lo suave que era su piel, aun que tenía algunas cicatrices, aún era increíble. Suave, pero los músculos la hacían firme. Quizás era delgado, pero estaba tonificado.
Donghae estiro las manos, pasando las palmas sobre la espalda de Hyukjae, comenzando a frotarla por todos lados, sintiendo la textura de la carne. Se dio cuenta de que era la primera vez que le hacía esto a otro hombre. Una nueva sensación de fascinación creció sobre su pecho. Había tenido tantas fantasías a cerca de hacer esto que ahora, cuando lo tenía frente a él, lo encontraba increíble. No sabía por dónde comenzar. Así que hizo lo que le dijo su instinto. Solo sintiendo, recorrió con sus dedos la espalda, luego por los lados, llevando sus manos de los lados hasta sus caderas. Sintiendo las curvas y músculos de este hombre. Nuevamente subió, solo para memorizar que así se sentía un hombre.
No se había fijado que esto ya no era un masaje, si no que una inspección. Llevo un dedo desde su nuca pasando por su columna vertebral suavemente, sintiendo vértebra por vértebra. Luego volvió a trazar sus lados. Suspirando de forma efusiva, Hyukjae logro sacar de su trance a Donghae; los dedos en su espalda se volvieron rígidos, para luego apartarse.
- Eso se siente bien, me dan ganas de dormir – murmuro girando su cabeza para mirar al pequeño – Tienes manos suaves – No eran manos duras como las de otros hombres. Y la suavidad de su toque era relajante. Algo que necesitaba en su vida, especialmente después de ser bendecido con un adorable hermanito. Se dio vuelta quedando de espalda, mirando el techo. Era obvio que Donghae estaba sonrojado y evitando el mirarlo. Se debe haber dado cuenta de lo que estaba haciendo. – por mucho que disfruto de tu masaje en mi espalda, mi torso se siente celoso. También necesita de tu atención – tomo las manos de Donghae, sorprendiéndolo, y las llevo hasta su pecho cerca de su corazón. Queriendo que sintiera lo rápido que latía – Podrías masajearme aquí también? – pregunto con seriedad. Quería que Donghae entendiera a lo que se refería – Eso… - por un momento lo dudo. Donghae aún era joven, fácil de seducir y desesperado por atención masculina. Y en su estado podría fácilmente caer con cualquiera. Pero entonces, era lo suficientemente adulto para entender la situación, y que este lugar vendía ese tipo de cosas… - si quieres claro – Donghae lo miró, confundido, pero pronto entendió a lo que Hyukjae se refería. Sus mejillas se pusieron más rojas aun
- Pero…
- Temprano me preguntase si yo era con quien debías tener sexo – Hyukjae mantuvo su mirada y sostuvo con firmeza la muñeca de Donghae. – no te voy a mentir. Ahora mismo, te encuentro muy atractivo y de verdad te deseo. Si estás dispuesto, me gustaría ser el primero… - Donghae abrió la boca para hablar pero no salían palabras, dejo escapar un gemido. Completamente sorprendido – Me dejaras? Donghae?
- Yo… - el pequeño movió la cabeza, demasiado embelesado como para saber que decir. Nuevamente podía sentir su corazón latiendo en sus oídos, todo su cuerpo se tensó. Ahora sabía que la posibilidad de tener su primera experiencia con un hombre estaba frente a él. Y este pensamiento le asustaba. Todo lo que hizo fue pedirle ayuda a Siwon para averiguar que iba mal con él, y si de verdad era lo que creía que era.
Nunca pensó que esas fantasías con hombres eran una indicación de lo que era, le echaba la culpa a su juventud, que quizás solo era una etapa. Pero tener un hombre de verdad, que estaba seguro de su sexualidad, invitándolo a enfrentarse a una realidad que se había negado a aceptar. Miedo mezclado con ansiedad lo excito aún más. Sentía todo su cuerpo arder, las palmas de sus manos comenzaron a sudar y su garganta se secaba, no importando cuanta saliva tragara.
Su mano, guiada por la de Hyukjae, comenzó a moverse, el mayor le permitió sentir su torso, llevando la mano de Donghae lentamente por su abdomen. El pequeño podía sentir como temblaban sus manos y su cuerpo. ¿Cuántas veces no deseo hacer esto? ¿Cuántas veces no imagino hacerlo mientras se tocaba a sí mismo? Sintiendo la carne del torso de un hombre subir y bajar por su respiración.
Dejo que Hyukjae lo guiara, llevando a que uno de sus dedos tocara el borde de su pantalón. Hyukjae lo miraba, observaba con detenimiento sus expresiones. La forma en que sus ojos seguían el recorrido de su mano. Como se mordía el labio imaginando quizás que. Se sentía fascinado con este pequeño. Donghae quitó la mano que sujetaba la suya y comenzó a explorar por sí mismo. Metió los dedos dentro del pantalón del mayor, tocando el borde de los bóxer. Los delineo con delicadeza y siguió explorando más adentro. Podía sentir los pequeños vellos que nacían desde su ombligo y que iban hasta más allá de su vista, incrementándose en número mientras más bajaba con la mano. Todo este tiempo Hyukjae no se movió, no emitió ningún sonido y tampoco pareció respirar.
Donghae dudo por unos momentos. En la punta de sus dedos podía sentirlo. Esa cosa que se había convertido en un fantasma de sus sueños húmedos, esa cosa por la que siempre sintió curiosidad en las personas de su mismo sexo, esa cosa…
Estaba tan cerca, todo lo que tenía que hacer era zambullirse. Por así decirlo. Ya podía sentir el calor que emitía, invitándolo a acercarse. Nuevamente, podía escuchar su corazón latiendo en sus oídos, su respiración acelerarse. Todo su pecho parecía contraerse mientras comenzaba a temblar. En un segundo su cuerpo se congelo, sintiendo como subía la temperatura.
Tan cerca… en esos momentos el miedo y la ansiedad regresaron para atormentarlo. Y antes de que pudiese sacar su mano, otra mano se posó sobre la suya y la llevo hacia adelante, hasta que sus dedos rodearon ese objeto de su fascinación. Emitió un gemido. Nunca espero que Hyukjae hiciera aquello. Él sostuvo su mano con fuerza, cerrando los ojos por un momento, luego lo soltó y la apoyo sobre sus pantalones. Donghae no salía de su asombro, tenía sus ojos bien abiertos y respiraba entre cortado.
Se giró para mirar a Hyukjae, encontrándose con su intensa mirada. Se sintió aún más fascinado por esos ojos tan negros y la seguridad que emitían. Podía sentir aquel miembro palpitante entre sus dedos, creciendo, expandiéndose. Mordió sus labios evitando gemir más fuerte de lo que ya lo había hecho. Todo su cuerpo temblaba tan solo con pensar en cómo aquello podría sentirse al ser usado con él.
La sonrisa no tardó en aparecer en los labios de Hyukjae, llamando la atención del pequeño.
- Es solo un pene Donghae – dijo mientras sonreía – No le tengas miedo, no te va a lastimar… - luego en un susurro – mucho… - Donghae gimió una vez más, envolviendo con sus dedos aquel miembro que tenía bien agarrado – Uhnn… - gimió el mayor – No lo aprietes tan fuerte… sí, así – Llevo su otra mano hasta la cara de Donghae forzándolo a que se acercara a él. Lamiendo sus labios cuando se encontró con los del pequeño.
Donghae abrió la boca, quizás porque toda la situación lo excitaba, permitiendo que Hyukjae una vez más deslizara su lengua entre sus dientes. Esta vez, Hyukjae fue más apasionado y brusco. Presiono a Donghae contra él con fuerza, sus labios casi fundiéndose. Esto le permitió al pequeño olvidarse de lo que sostenía en su mano, y como palpitaba de forma furiosa. Ahora él sin pensarlo comenzó a frotarlo bajo la guía de Hyukjae que continuaba con su mano sobre sus pantalones. No sabía lo que hacía, solo se dejaba guiar por su instinto. Volvió a sus sentidos cuando Hyukjae rompió el beso. Parecía adolorido, mientras su rostro se contaría con gemidos escapando de su boca. Donghae entonces se dio cuenta de lo rápido que estaba moviendo su mano, y el por qué el rostro de Hyukjae mostraba esa expresión de dolor. Detuvo su movimiento de golpe y su mano fue removida de aquel lugar. Sintió que su cuerpo se relajaba. El mayor lo ayudo a recostarse sobre él con cuidado intentando remover la manta que aún lo cubría.
- Qué… qué estás haciendo?! – asustado intento levantarse y quitarse de ahí, pero las manos de aquel hombre se posaron con fuerza sobre sus caderas.
- Relájate Donghae
Cómo podía relajarse? Menos aun cuando sentía que algo lo pinchaba por detrás. Podía sentirlo, especialmente ahora que estaba por completo desnudo. Lo único que lo separaba de aquello era esa pequeña manta. No era algo agradable. Conocía el tamaño y las dimensiones de esa cosa y eso lo asusto aún más.
- Hyukjae… - gimió, temblando. Una mano se introdujo bajo la manta, Donghae se puso rígido, su respiración se aceleró. No se atrevía a moverse. – Hyukjae… - observo al mayor suplicante.
- Shh… - fue la respuesta de Hyukjae. Deslizo su mano por sus muslos hasta el miembro erecto del menor. Amaba la sensación de los músculos contrayéndose por culpa de su toque. Lentamente se acercó, hasta que sus dedos envolvieron la fuente de dolor de Donghae.
El joven tembló en cuanto sintió sus dedos fríos, un corto y suave gemido escapo de sus labios al sentir el contacto con otra piel.
Hyukjae comenzó a frotarlo, muy lentamente, observando las caras que ponía Donghae. Un pequeño gemido, pequeños temblores en su cuerpo, pestañeos rápidos, un labio mordido. Observo como el joven echaba su cabeza hacia atrás, con su mirada perdida queriendo alcanzar el orgasmo. Era como la fantasía de cualquier pedófilo, el tener a este pequeño temblando, gimiendo por cada toque. Sus reacciones eran tan puras y sin restricciones, que era natural que se dejara guiar por su instinto.
Donghae comenzó a mover sus caderas hacia adelante. Y tan pronto como inicio aquel movimiento Hyukjae se detuvo. Liberándolo. Donghae abrió los ojos asustado, luego con una mirada de desilusión observo al mayor.
- Hyukjae – gruño, haciendo un puchero. Apoyo sus manos en los hombros de Hyukjae intentando recuperar el aliento. – No… no te detengas – se lamentó, se acercó más hacia el sintiéndose débil.
Hyukjae lo tomo de la nuca y presiono sus labios a los de él, abriendo su boca, deslizando su lengua para lamer solo los labios del pequeño. Luego la guardo, con su boca aún abierta. Volvió a besarlo con más fuerza. Quería que Donghae sacara la lengua para juguetear con ella, quería que el pequeño aprendiera. Pero Donghae parecía dudar, no sabiendo muy bien qué hacer.
Hyukjae bufo molesto, llevo su otra mano hasta la quijada de Donghae presionando con sus dedos cada lado de su mandíbula, infringiendo dolor. Causando que Donghae se quejara y abriera aún más la boca. El joven pareció comprender lo que el otro quería, y con temor, deslizo su propia lengua dentro de la boca de Hyukjae. Probando saliva caliente, sintiendo la lengua del mayor frotándose con la suya guiándolo. Con esta distracción, Donghae comenzó a mover sus caderas nuevamente, pero esta vez Hyukjae lo incentivo. Podía sentir como su miembro se frotaba contra el abdomen duro de Hyukjae, y su propio abdomen. Haciendo un sándwich con sus dos cuerpos. Dándole la satisfacción que necesitaba.
Gimió en el beso, sintiendo como su miembro se ensanchaba hasta que ya no pudo concentrarse más en aquella lengua que jugueteaba con la suya. Se apartó de su boca, respirando con dificultad, presionando su frente sobre la de Hyukjae mientras seguía envistiendo su miembro contra aquel abdomen.
Podía sentirlo, esa sensación que deseaba estaba tan cerca. Todo lo que necesitaba hacer era moverse aún más rápido y podría llegar a su ansiado clímax. Pero antes de alcanzarlo, Hyukjae lo detuvo, levantándolo de encima de él para que volviera a sentarse. Lloró de frustración y rabia, casi hasta las lágrimas. Pero antes de que dijera algo, lo botaron sobre la cama recostándolo de espaldas. Su cabeza casi llegando hasta el borde de esta.
Muy sorprendido como para reaccionar mientras Hyukjae abría sus piernas colocándose de frente sobre la cama entremedio de su entrepierna. Donghae solo pudo observar sin pestañear lo que el mayor hacía. Se lamio los labios antes de soplar el miembro de Donghae. El pequeño tembló con los escalofríos que sintió recorrer en su espina.
- Hyukjae… - lloro Donghae de forma apasionada, dándose cuenta de lo que planeaba hacer el mayor – Hyukjae… – volvió a llorar.
Y antes de que se atreviera a decir su nombre por una tercera vez, un gemido escapo de su garganta mientras su cuerpo se contraía. Hyukjae introdujo el miembro de Donghae dentro de su boca causando que el pequeño se tirara aún más atrás contra la cama, golpeándose la cabeza con la sensación tan aplastante. Fue tan repentina y brutalmente inolvidable. El como Hyukjae lo tomo dentro de su boca, húmeda y caliente. Salvajemente rápido. Hasta olvido como respirar.
Todo lo que Donghae podía hacer era gritar, sintiendo una calurosa humedad moviéndose por su miembro de forma rápida, succionando, mordiendo. Causando que arqueara su espalda mientras tomaba con fuerza la cabecera gimiendo y gritando. Podía sentir la lengua de Hyukjae lamiendo y girando alrededor de su pene. Hasta que la presión se volvía insoportable. Creyó que su vida estaba siendo succionada.
- Oh… dios… ahh… ah! – comenzó a mover sus caderas hacia adelante, al ritmo de Hyukjae. Sus gemidos incrementaban cada vez más. Podía sentir la lengua de Hyukjae presionando, girando, moviéndose. Apretando sus labios, intentando ahogarlo. – Hyuk… Hyuk… Hyukjae…! Hmm…. Ah… haa… - lloro sintiendo como el mayor giro su lengua alrededor y hacia arriba de su miembro. Hyukjae volvió a bajar, succionando con fuerza, llegando hasta el final de su garganta, sintiendo ganas de vomitar. Provocando que Donghae gritara su nombre una vez más.
Mientras Hyukjae se movía rápidamente de arriba abajo, comenzó a mover sus manos hacia el cuerpo de Donghae, acariciando sus costados con fuerza. Abrió aún más sus piernas para tener más espacio donde trabajar. Volvió a subir y succiono con fuerza la punta donde se encontraba aquel pequeño agujero, succiono, lamio y volvió a bajar. Esto parecía enloquecer a Donghae. Respiraba con dificultad y gemía sin control. Hyukjae repitió esto y luego se concentró solo en la punta del pene de Donghae hasta que este no pudo aguantarlo más. Su cuerpo se convulsionaba de forma violenta. Abrió los ojos observando como Hyukjae se deslizaba arriba y hacia abajo de su miembro. Causando que su pene se pusiera aún más duro de lo que ya estaba. Antes de que perdiera el control de nuevo, sintió como unos labios lo succionaban, y una lengua caliente lamiendo su longitud ayudándolo a alcanzar el clímax.
Agarro con fuerza las sabanas de la cama con una mano mientras se mordía la otra sintiendo como su cuerpo se tensaba, sus músculos se pusieron tan rígidos que le dolían. Los dedos de sus pies se retorcieron mientras arqueaba su espalda. Dejo escapar un largo gemido, sintiendo como liberaba su esperma en la boca de Hyukjae que no dejaba de succionar su punta. Con suaves temblores comenzó a calmarse. Tenía la mente en blanco.
Fue momentos después cuando recupero la conciencia y se dio cuenta de cómo estaba respirando con dificultad. Este fue sin duda el más intenso orgasmo que jamás había tenido. Ninguna fantasía ni su propia mano masturbándolo se había sentido tan genial. Se dio cuenta de que su pene había quedado muy sensible y tan pronto como Hyukjae termino de lamer hasta la última gota de su esencia lo libero. Sintió como un dolor se instalaba en su entrepierna. La manta bajo él se sentía dura y le raspaba. Gimió y Hyukjae pareció entender el por qué. Tomo el miembro entre sus manos y comenzó a lamerlo, dejándolo bien ensalivado. Tan pronto termino, soplo un poco sobre él y eso le hizo sentir mucho mejor.
Cuando el mundo dejo de girar a su alrededor, gruño, muy débil como para mover una mano. Pero de alguna forma se las arregló para sujetar a Hyukjae y hacer que se acercara a él para darle un beso. Lo abrazo a su cuerpo sintiendo como Hyukjae giraba sobre la cama para dejarlo sobre él. Donghae se recostó con gusto y riendo, apoyando una mano sobre su pecho.
- Ese… - comenzó a decir con dificultad – fue… - respiro – probablemente el más intenso… - soltó el aire – orgasmo que he tenido…
- “En toda mi vida” – Hyukjae termino por él, una vez más juntando sus labios en un beso dulce y apasionado. Reservado para los primerizos. Era apropiado para este momento, Hyukjae no podía pedirle más a Donghae. El pobre pequeño fue drenado. Donghae podía sentir su esencia en la boca de Hyukjae. – Que bueno que disfrutaste tu primera mamada. Nunca la olvidarás – susurro Hyukjae. Aun que fue corta, grosera y dulce a la vez. Estaba seguro de que Donghae disfruto de esta experiencia. Era un novato después de todo. Le habían comentado antes a Hyukjae que era brusco dando mamadas, pero por Donghae, intento ser lo más gentil que pudo. Abrazo al pequeño unos momentos, pero su propio órgano comenzaba a protestar.
- Fuiste… un… salvaje… - dijo Donghae entre cortado.
- Shh… - Hyukjae acaricio la cabeza del pequeño – este salvaje ahora necesita de tu atención – susurro sonriendo – así que reúne toda la energía que puedas en este rato – dicho esto levanto al joven de su cuerpo acomodándolo una vez más sentado sobre él. El pequeño dejo escapar un gritito asustado. Con sus ojos bien abiertos. Lamentablemente consiente que el hombre bajo él también necesitaba la misma atención que acababan de darle.
El terror recorrió su cuerpo, quitando toda sensación de placer que había experimentado hacia tan poco. Unos ojos cargados de deseo lo observaban. “dios sálvame” rezo antes de que sus labios fueran devorados.
Fin capitulo 3
No era como si se le permitiera a la gente entrar y salir libremente de las suites, solo algunos podían entrar a las habitaciones. Una era una muy educada y un poco sádica mujer llamada Yoorin. Comida y todo lo extra que necesitaran los clientes eran despachados a través de un sistema que Hyukjae tenía que admitir que era ingenioso. Ya que “El Cielo” tenía ciertas políticas de cómo atender a sus clientes sin ser molestados por terceros mientras se hospedaran aquí. Junto a la puerta principal se encontraba otra más pequeña, lo suficientemente amplia para que entraran y salieran carritos con platillos de comida o lo que hubiese ordenado el cliente.
A Donghae se le hacía agua la boca con el aroma a comida que llegaba hasta su nariz. Sopa de pollo, carne y helado de chocolate. Se lamió los labios y trago saliva. Tenía muchísima hambre. Tanta que sentía que podría comerse una vaca entera si se la sirvieran. O al menos eso era lo que creía. Pero no se movía de donde estaba, sabía que su comida estaba ahí, pero no quería salir de su escondite. Sintió los pasos de aquel hombre tan detestable acercándose a la cama, escucho sonidos de platos rechinando y supuso que cargaba una bandeja con su comida. La cama se hundió en una esquina y pronto el aroma a comida se hizo más fuerte.
- Sal de ahí, tu comida se enfriará – lo dijo en un tono que avergonzó aún más a Donghae, estaba seguro de que se estaba burlando de él por lo ridícula de la situación. Especialmente por culpa de su estómago que no dejaba de gruñir. Hizo lo mejor que pudo para disimularlo, pero el aroma a comida había desatado una pelea en su interior.
- Déjame tranquilo! – dijo bruscamente, cerrando los ojos. Intentando bloquear sus sentidos, pensando en otra cosa que no fuese comida.
- Estas hambriento, tu comida está aquí, puedes comerla – Casualmente, el hombre hablaba mientras que lentamente comenzaba a remover la manta de su cuerpo. Causando que Donghae se asustara, afirmo como pudo la sabana para no ser destapado y se negó a salir. El hombre la soltó, luego Donghae lo escucho bufar. Como si finalmente se diera por vencido.
- Déjame tranquilo!!
- Está bien. Si no sales de ahí en 3 segundos, me comeré tu comida – replico molesto. ”¡¿Qué?! ¡Pero esa es mi comida!” Lo único que salió de la boca de Donghae fue un gruñido. Sus ojos se abrieron de golpe cuando sintió que se llevaban la bandeja de la cama. El aroma de la comida pudo más que su vergüenza. Se enderezo sobre la cama, quitándose la manta de encima justo a tiempo, olvidando por completo el hecho que estaba desnudo. Miro furioso al hombre de pie frente a él sosteniendo la bandeja con una mano y con la otra dos vasos.
- Esa es mi comida! – declaró Donghae haciendo un puchero. Pero antes de que pudiese tomarla, el hombre se alejó de la cama caminando hacia la mesa – Oye! – lloro Donghae, sus ojos clavados en la bandeja.
- Ven a buscarla – una vez más apareció esa odiosa y burlona sonrisa. Pero esta vez, Donghae no se iba a dejar ganar. Le devolvió la sonrisa aún más amplia. Se levantó de la cama y le quito la bandeja antes de que se alejara aún más.
- Mierda! – exclamo el hombre al sentir las manos de Donghae quitándole la bandeja de forma brusca
- Esto es mío! – declaró, mirándolo con una sonrisa victoriosa en su rostro. Se devolvió a la cama y se acomodó sobre esta con la bandeja frente a él.
- Bueno, al menos saliste de tu escondite – murmuro el hombre mirando divertido a Donghae sentado sobre la cama.
Después de ver al joven disfrutar su comida por veinte minutos, el chico se sentía más tranquilo permitiendo que Hyukjae se le acercara unos metros. Aun no se daba cuenta de que estaba desnudo. Se sentó a los pies de la cama con las piernas dobladas, su órgano lánguido y feliz colgando expuesto. Suspiro alegremente saboreando la primera cucharada de su helado de chocolate.
Hyukjae lo miraba, sentado en una silla al revés, apoyando sus manos en el respaldo para descansar su cabeza en ellas. Se preguntaba cuando dios por fin le haría darse cuenta de cuan desnudo, expuesto y deliciosamente servido en un plato se estaba a comenzando a ver. Frunció el ceño, era culpa de la atmósfera de la habitación la que causaba estas alucinaciones. Si no estuviera en “El Cielo” y viera a este chico desnudo en su habitación o en su oficina, no le afectaría tanto como le estaba afectando ahora. “El Cielo” tenía ciertos inciensos que intensificaban el libido. Le hacían sentir cosquillas en muchos lugares. Ya sus palmas estaban sudorosas y sus dedos se crispaban de forma involuntaria. No era de mucha ayuda que este chico estuviera sentando en la cama, desnudo como el día que nació, comiendo chocolate con tanto placer, gimoteando por lo bueno que estaba.
Cualquiera, bueno probablemente no cualquiera, pero aquellos que han estado privado de sexo por un largo periodo, podrían encontrar aquella escena un tanto erótica. Especialmente ahora que Hyukjae se encontraba en “El Cielo” y que este lugar tenía ese aroma que le hacía sentir toda clase de sensaciones que aumentaban su lujuria y sobretodo un cierto calor en su entrepierna. ”¡Mierda! Esto no es bueno” razono Hyukjae. ”Es solo un niño! Y ni si quiera trabaja aquí!”
- Hmmmm… que rico! – declaro Donghae relamiéndose los labios con su lengua que aún tenía un poco de helado. Disfrutando por completo el sabor del chocolate. Esto solo hizo que Hyukjae frunciera aún más el ceño. Obviamente el chico no se daba cuenta de nada, solo estaba preocupado de su helado de chocolate.
- Eres tan egoísta – dijo Hyukjae finalmente, decidiendo arrojar sus valores morales por la ventana por un momento. - ¿No me vas a dar? – el chico lo miro sorprendido, debió olvidarse por completo de que no estaba solo en la habitación. Lo que hizo que Hyukjae se molestara aún más. El chico pestañeo, miro a Hyukjae y luego su gran pocillo de helado. Al comienzo no le gustó la idea y acerco más ese pocillo hacia él, pero luego debió pensarlo mejor. El pocillo era grande y no sería capaz de terminarlo él solo. Con un suspiro de resignación estiro las manos con el pocillo de helado ofreciéndoselo a Hyukjae, aun conservando la cuchara en su boca.
Hyukjae, no sabía si aguantar el sentirse molesto consigo mismo al encontrar a esos ojos que lo miraban, tan abiertos y curiosos, inocentes y temerosos… rogándole por ser desflorados de su inocencia. Parecía como si le estuvieran rogando que le hicieran cosas sucias. “Por favor, hazme tuyo… lo deseo… hmmm…” Hyukjae se levantó de la silla casi de un salto, demasiado sorprendido para creer que solo había imaginado esas palabras salir de la boca de aquel chico. Probablemente ni si quiera sabía lo que era tener sexo con otra persona. Solo conocía el toque de su propia mano. Al menos si se masturbaba.
“Pero eso es diferente!” se debatió a sí mismo “No es bueno el tener fantasías sexuales como esas! Es inmoral!” Luego la otra mitad de él, específicamente su parte baja le recordaba que aquel muchacho ya no era un niño, estaba a las puertas de convertirse en un adulto. Ya que estaba decidido a echar sus valores morales por la ventana, no había vuelta atrás.
- ¿Qué sucede? – Ah, la pregunta hecha de manera tan inocente y crédula que lo hizo parecer más como si estuviese rogando que haciendo una pregunta – ¿Acaso no quieres un poco?
Un joven desnudo, ofreciéndole un pocillo con helado, con una cuchara en su boca, sentado sobre sus piernas en una cama, completamente desnudo. ¡Cómo demonios no iba a querer más que un poco! ¿Qué idiota en esta situación no querría? Sólo se preguntaba el cómo no se había dado cuenta de lo tentador que se veía hasta este momento. El incidente del baño fue interesante pero no lo excitó tanto como esto de ahora. Desesperadamente necesitaba frotar un órgano que ya se estaba comenzando a sentir ahogado.
- Ah… - su voz se quebró un poco, tosió intentando cubrirla – Claro que quiero un poco – miro hacia otro lugar ya que a lo que se refería era a otra cosa completamente diferente. Con dificultad camino hasta la cama, se sentó lo suficientemente cerca como para no hacerlo sentir incómodo. Se acercó, comprobando que el chico no se sentía intimidado por él. Hyukjae miró el pocillo buscando otra cuchara, dándose cuenta de que sólo había una y estaba ubicada en la boca del chico. Bueno, ahora se encontraba lamiéndola, quitándole todo el resto de helado que tenía. El joven notó el dilema.
- Que sucede?
- Parece que solo hay una cuchara y la tienes tú – el destino tenía que estar de su lado. Hyukjae sonrió alegremente.
- Oh – parecía decepcionado, pero pronto se recuperó – bueno, supongo que podemos compartirla.
- Excelente! – quizás lo dijo con mucho entusiasmo – digo, eso es muy amable de tu parte.
- Toma – Hyukjae tomo la cuchara con cautela, pasando a llevar los dedos del chico que la sostenía para ofrecérsela. Sabiendo que estuvo en su boca, saliva y la posibilidad de alguna enfermedad o bacteria impregnada en ella no le importó. Metió la cuchara en el pocillo sacando una buena cantidad de helado y cuidadosamente se la llevo a la boca. Observando al chico de reojo, fijándose que tenía toda su atención. Tenía la boca ligeramente abierta, probablemente sin imaginarse lo que Hyukjae intentaba hacer con él.
Hyukjae deslizo la cuchara dentro de su boca y con lentitud la saco, paso su lengua por el borde para luego lamer sus labios de manera sensual.
- Hmm… esto esta delicioso – dijo sonriendo. Observo como el chico tragaba saliva sin si quiera pestañear mientras lo miraba. Nunca en su vida imagino que tendría que estar haciendo algo como esto, seduciendo a un inocente. Usualmente, él era el seducido y no al contrario. – No nos hemos presentado – dice sonriendo más ampliamente - ¿Cómo te llamas? – el niño movió la cabeza, como si despertara de un trance
- Do-Donghae! – exclamo de golpe para luego taparse la boca avergonzado. “¿Qué mierda estoy haciendo?” se regañó. ”Quizás ahora crea que soy un estúpido”. El hombre rió, luego extendió su mano. Donghae se le quedo mirando.
- Un placer conocerte Donghae – Oh! El énfasis en su nombre no fue pasado desapercibido y menos el destello en sus ojos cuando lo dijo. Aunque Donghae pudo creer que solo fue un truco de su imaginación y que no era lo que pensaba. No había razón para que este hombre estuviese tratando de ser sugerente con él. Quizás solo quería ser amistoso.
Aun no lo perdonaba por el maltrato que le había dado antes, pero también le pidió comida e intento hacer que la comiera. Hasta que él decidió comerla claro. Pero quizás solo era una treta para burlarse de él nuevamente.
- Me llamo Hyukjae – Donghae miró su cara nuevamente. Estaba tan cerca que sus rostros estaban a centímetros el uno del otro. ”¡¿Cuándo se acercó tanto?!”
- Gu-Gusto en conocerte Hyukjae! – se alejó un poco
- Que sucede? Hay algo en mi cara?
- No! – grito Donghae – Digo, no, no na-nada! – ”Bueno, me gustan tus ojos y tus labios. Dios! Son tan sonrosados y besables.” Inconscientemente Donghae lamió sus propios labios.
- Entonces ¿Porque pareciera que te hago sentir incomodo? – lucia triste, al menos para el parecer de Donghae.
- No, no. No es nada – sonrió nervioso. Fue ahí cuando finalmente se dio cuenta de cuan desnudo se encontraba. Vio su reflejo en aquellos ojos negros, enmarcados con largas pestañas igual de negras. Se miró a sí mismo y dejo escapar un grito
- Que sucede? – Hyukjae sonrió, una vez más, ese tono burlón en su voz. Aunque mantuvo la calma, sabía muy bien el por qué Donghae había gritado.
- Oh por dios! – Donghae tomo la manta y se recostó tan rápido en la cama que se golpeó con la cabecera. Se cubrió como pudo sus partes privadas de la mirada de Hyukjae. Respirando de forma agitada mientras su cara se ponía roja de vergüenza. ”Todo este tiempo eh estado desnudo! Y él ha estado mirándome!” podía escuchar la risa de ese sujeto, cerró los ojos apretándolos con fuerza. ”Bueno, te ha visto desnudo antes, es más hasta te estabas masturbando frente a él. Esto no es nada nuevo, no deberías llorar por esto” se dijo a sí mismo para tranquilizarse. Abrió los ojos y deseo no haberlo hecho. Ahí, frente a él, estaba Hyukjae. Se encontraba tan cerca que podía sentir el aire caliente saliendo de su boca. Se sobresaltó, alejándose asustado y sorprendido.
- Te encuentras bien?
- Estas invadiendo mi espacio personal!
- A que te refieres, Donghae?
- Deja de decir mi nombre así!
- Así como, Donghae? – Hyukjae se acercó aún mas, sonriendo ampliamente
- Así!
- Me gusta decir tu nombre así – finalmente Hyukjae decidió que era suficiente. Se alejó un poco para sentarse más lejos de él, mientras el pequeño suspiraba molesto.
*****
- Quieres algo para beber? – ya habían pasado suficientes minutos desde su intento de seducir al joven que ahora sabía que se llamaba Donghae. Obviamente no había esperado el ser rechazado de esa manera. Pero se convenció a si mismo diciéndose que Donghae era demasiado joven como para saber qué era lo que estaba sucediendo. No podía recurrir a algo tan bajo como emborracharlo para que no supiera lo que estaba haciendo, claro que no. Solo quería que tomara lo suficiente para que se soltara un poco.
Ahora Donghae se sentaba en la cama, la manta rodeando su cuerpo, mirando a Hyukjae como un halcón. Sería fácil para Hyukjae llamar por teléfono y pedir una muda de ropa para las próximas 39 horas que aún le quedaban, pero la verdad es que no tenía ganas, quería darse ese gusto de tener a ese jovencito desnudo.
- No gracias
- Como quieras – respondió Hyukjae. Ok, quizás emborracharlo quedaba tachado de la lista. Decidió entonces que no podría avanzar ni un poco esa noche, así que se rindió por ahora.
Cuando dieron las 9, ambos estuvieron de acuerdo que un pequeño juego de cartas no les haría mal ya que no serviría como una herramienta para seducirlo, así que Donghae accedió a jugar una partida de póker. Ya estaba más tranquilo después de su casi paro cardiaco tras el descubrir que estaba desnudo y expuesto ante la mirada de Hyukjae. Ahora se sentía más cómodo, permitiendo que Hyukjae se sentara con él en la cama, pero aún estaba envuelto en aquella manta.
- Cuáles serán las reglas? – pregunto de forma inocente, mientras Hyukjae revolvía las cartas. No noto la forma en que brillaban sus ojos al mirarlo con una gentil sonrisa en sus labios.
- Sabes cómo jugar póker, verdad? – pregunto observando la reacción del pequeño.
- Claro que si! Siempre jugamos en las fiestas de mis padres
- Entonces el que gane 4 juegos de 7 obtiene un masaje en la espalda del perdedor – Donghae lo observo con detenimiento, luego decidió que no había malicia en el premio. Y que era un masaje en la espalda de todas formas, él siempre visitaba spas y los masajes allí eran excelentes. Decidió que necesitaba un buen masaje en su espalda.
- Ok, pero debes saber que soy muy bueno en este juego, ¿Te arriesgaras?
- Claro, porque no – Hyukjae sonrió, bajando la vista hasta las cartas para cubrir ese brillo en sus ojos. Pobre chico, si solo supiera que él era un maestro haciendo trampa en este juego.
******
Hyukjae observo como Donghae cambiaba de un rostro culpable a uno incrédulo mientras observaba las cartas sobre la cama. Negó con la cabeza sin poder creer su derrota. Hyukjae se dio el gusto de saborear su victoria, aún era increíble para él. ¿Cuán seguido se le da la ocasión de jugar sucio en el póker? Afortunadamente Donghae aún era muy joven e ingenuo para darse por enterado de que fue lo que paso realmente. Hyukjae dejo que ganara los primeros tres juegos para luego masacrarlo con 4 derrotas. Quería terminar pronto con el juego, especialmente después de que Donghae se pusiera tan contento al ganar que había modificado las reglas diciendo que el masaje debía durar dos horas. ¿Quién en su mente depravada haría que el juego durara tanto si sabía que ya lo tenía ganado? Especialmente después de que el premio se había vuelto más excitante aun.
Después de dos segundos de completo silencio, Donghae despertó de su trance. Hyukjae no dejaba de sonreír ante su victoria y el rostro de derrota del pequeño.
- Cómo… - dijo en un susurro
- Tienes una suerte horrible pequeño – suspiro Hyukjae, moviendo su cabeza para simular que sentía pena por lo que acababa de ocurrir. Cosa que era totalmente falsa. Pero Donghae se lo creyó por completo.
- Pero iba ganando – dijo incrédulo
- Ya está bien – dice posando una mano en el hombro descubierto de Donghae, notando que no le molestaba el contacto. Comenzó a masajearlo, comprobando lo firme y suave que era su piel. Hyukjae sentía envidia de su juventud. – A veces estas cosas pasan. Toma tu derrota como un hombre – dicho esto, corrió las cartas a un lado y se echó sobre la cama para esperar por su premio.
- No es justo! – dijo Donghae haciendo pucheros, ahora claramente frustrado. Esperaba ganar. Debió haber ganado. Gano 3 juegos seguidos!. Su probabilidad de ganar era mucho más alta, era imposible que Hyukjae ganara los últimos 4 juegos. – Debí haber ganado.
- Entiendo cómo te sientes, es como cuando te dan una mamada y de repente te muerden el pene para evitar que te vengas. – negó con la cabeza y exhalo con tristeza – Desafortunado – dijo como recordando algún evento de su vida.
Donghae se le quedo viendo sorprendido. Su comparación fue tan inesperada que no sabía cómo reaccionar. Sintió que se elevó la temperatura de todo su cuerpo al avergonzarse. Su rostro se tiño con un leve tono de rojo. Cuando Hyukjae lo miró, Donghae corrió la vista. Incapaz de soportar la mirada de Hyukjae. Nunca había escuchado algo tan sexualmente explicito, Siwon nunca había hablado así delante de él. Y diciéndolo tan casualmente, como si no importara. Pudo imaginar a alguien mordiéndole el pene, hasta sintió el dolor causando que se retorciera un poco.
- Eso no debe doler? – las palabras escaparon de sus labios sin pensarlo. Se tapó la boca observando con los ojos bien abiertos a Hyukjae quien pestañeo incrédulo ante lo inocente de su pregunta.
- Claro… - respondió el mayor con lentitud – Definitivamente duele
- ¿Alguien te ha mordido antes? – pregunto curioso.
- ¿Por qué tan interesado? – Hyukjae sonrió - ¿Quieres intentarlo? – Donghae lo miró sorprendido, con la cara teñida de rojo y la boca abierta. Exactamente la reacción que espero a que tuviera. A este ritmo, se pondría aún más difícil intentar seducirlo para terminar teniendo sexo. Era demasiado inmaduro. Hyukjae estaba comenzando a dudar de su poder de seducción. Pareciera que el pequeño no tenía ninguna experiencia de este tipo tampoco. Pero estaba esa escena del baño que le hacía conservar la esperanza. Al finalizar estos dos días, este pequeño inocente se convertiría en un gato salvaje.
- Claro que no! – Donghae resoplo molesto - ¿Por qué querría hacer eso?!
- Quien sabe, quizás te gustaría probar, solo por experimentar.
- No querría… - ahora, Hyukjae detectaba un poco de duda en sus palabras. ¿Acaso tenía problemas sexuales? – Me refiero a que nunca me han hecho eso antes… - Su sonrojo se acentuó, llegando a las orejas.
- ¿De qué hablas? – preguntó Hyukjae haciéndose el desentendido, cuando sabía perfectamente a lo que Donghae se refería. El pequeño lo observo molesto – dime, no entiendo a qué te refieres.
- No es te tu incumbencia! – grito Donghae, girando la cara para no mirar al mayor.
- Nunca te han dado una mamada? – Eunhyuk lo dijo sorprendido – pero no los chicos de hoy en día son más liberales? Tienes que ser un apartado social.
- Cállate! – dijo entre dientes – deja de burlarte – bajo la vista, como apenado. No era su culpa no ser parte del grupo de jóvenes activamente sexuales. De los que pensaban en tener sexo todo el día. Pero si estaba en el grupo del que tenía fantasías. Hyukjae noto como el pequeño se había deprimido. ”Pobre chico” pensó.
- Lo siento, no me estaba burlando – Lentamente acerco una mano hasta el mentón de Donghae, haciendo que girara la cabeza para que lo mirara. Sonrió, intentando animarlo. – En realidad, admiro a los jóvenes que no son promiscuos. Toma mucha fuerza de voluntad y disciplina. Algo que nunca tuve cuando tenía tu edad. Debes sentirte orgulloso de ti mismo.
De alguna forma, la atmósfera se tornó tensa. Donghae se removió, claramente incómodo. Había algo en su mente que estaba pujando por salir por su boca. Pero no podía. Hyukjae se dio cuenta por la forma en que esquivaba su mirada.
- Quieres decirme algo? – pregunto el mayor, después de notar como Donghae jugaba con sus dedos, retorciéndolos y mordía sus labios. El pequeño lo miro, dudando si hablar o no. Se sentía temeroso.
- Prometes no enojarte? – se veía tan frágil que Hyukjae no pudo evitar bromear con él nuevamente.
- Por qué? ¿Descubriste mi oscuro secreto y ahora quieres revelarlo al mundo? – esto parece haber decepcionado al pequeño, lo miro un tanto triste. – lo siento. Prometo no enojarme. Así que dime que sucede – suspiro Hyukjae. Una mirada dudosa, un labio siendo mordido y unos ojos esquivos. Hyukjae poso una mano sobre su pierna. – Dime, no me enojaré. – lo dijo con seriedad. Por la dificultad que tenía Donghae de decirlo, debía ser algo realmente grave. Algo que cargaba sobre sus hombros con pesar.
- Eres… gay, verdad? – la seriedad de su voz y la forma en que enrollo la sabana en sus manos de forma nerviosa. Toda esta tensión para esto. Hyukjae pensó en estrangularlo. ”Tanta incomodidad para esto? ¿Qué se supone que es estúpido?” Hyukjae cerró los ojos por un momento, intentando concentrarse en el asunto. Luego se recostó de espaldas observando el cielo
- Soy bi
- ¡¿Qué significa eso?! – exclamo Donghae, claramente frustrado. No era la respuesta que esperaba y su reacción era la prueba.
- Significa que me gustan ambos sexos
- Pero te gustan los hombres, eso significa que eres gay, ¿Verdad?
- También me gustan las mujeres – añadió Hyukjae
- Pero cómo?! No te pueden gustar los dos! ¿O sí?
- Si puedes y a mí me gustan – Hyukjae suspiro. – Escúchame Donghae, sé que enfrentar tu verdadera sexualidad es algo aterrador, especialmente para ti a esta edad.
- Pero no te pueden gustar los dos sexos! Es algo…
- Quizás cuando seas mayor y más experimentado en esta área lo entiendas.
Silencio…
- Entonces eres bi? – Hyukjae se rió. La expresión de Donghae era demasiado adorable para su pregunta.
- Eso te decepciona? Quizás bi no sea la forma para describirme. Me siento atraído por la belleza – Hyukjae se giró para mirar mejor a Donghae, observando sus ojos que reflejaban su confusión – Sea hombre o mujer, no tiene importancia para mi – Donghae hizo una mueca, claramente no le gustaba lo que estaba escuchando.
- Es la belleza la que importa cuando se trata de atracción física.
- Me estas mal interpretando. Dije que me gusta la belleza, no especifique cual y de todas formas mi forma de ver la belleza no es la misma que tienen todos.
- ¿Entonces como defines tu tipo de belleza? – desafió Donghae, sus labios haciendo un puchero y con la mirada fija en los ojos del mayor. Hyukjae lo miró, en ese instante una extraña sensación se instaló en su abdomen causándole cosquillas. Se mantuvieron en silencio por unos segundos, pero parecieron horas. Hyukjae pasó una mano por su cabello.
- Quieres que te lo explique? – dijo mirando al pequeño, apoyando una de sus manos en la mejilla de Donghae. Al principio el pequeño se asustó, pero luego se dio cuenta de que aquella mano tan gentil no podía lastimarlo.
- Eres igual que el resto del mundo. La belleza no dura para siempre, sabes? La gente envejece y las cosas se mueren – quito la mano de Hyukjae de su rostro - ¿Encuentras belleza en esas cosas?
- Encuentro bellas tus imperfecciones – dijo Hyukjae con suavidad, volviendo a colocar su mano en la mejilla del pequeño para que lo mirara – Como estas orejas – unos dedos alcanzaron su lóbulo – Y estos labios que pareciera como si siempre estuviesen haciendo pucheros – paso un dedo por sus labios, acariciándolos – Y tus ojos, la forma que tienen y como me miras. Obsérvate ahora, con esa mirada tan penetrante. Cosas así son las que encuentro atractivas en alguien. – La otra mano de Hyukjae subió desde su cadera hasta el hombro del pequeño, dándole un pequeño masaje. – Y esto, tu juventud es hermosa. Cuando alcances la madurez, no te volverás a ver así. Y eso es lo que encuentro bello, porque no dura. Las cosas siempre cambian. Y pienso que cuando seas mayor serás aún más atractivo.
Sin pensarlo, Hyukjae ganó la admiración de Donghae. El pequeño lo miraba con brillos en sus ojos y sus mejillas sonrojadas. Completamente fascinado observando como una sonrisa aparecía en los labios de Hyukjae. Después de aquello, cualquier cosa que Hyukjae dijera le entraba por un oído y le salía por el otro. Estaba demasiado concentrado observando aquellos labios sonrosados. Los observaba de forma ensoñadora; esas palabras habían sido tan románticas, que toda su rabia se apagó transformándose en adoración. La mano de su mejilla se puso firme, esos labios que observaba tan fijamente comenzaron a acercarse. Donghae también se acercó. Permitiendo que Hyukjae tomara sus labios, sin imaginarlo, sus ojos se volvieron pesados y todo lo que pudo hacer fue cerrarlos.
Sintiendo una suavidad en sus labios, la sensación era dulce, y la mano firme en su nuca y en su hombro de alguna manera se sentía bien. Llevo su propia mano hasta el hombro de Hyukjae, acercando más su cuerpo hacia esa fuente de calor y dureza. Era tal cual se lo había imaginado.
Besar si se sentía bien.
Podía escuchar su corazón palpitando en sus oídos, su sangre corriendo rápidamente por su cuerpo. Sentía la urgencia de recorrer con sus dedos aquel cuerpo que tenía enfrente. Ninguna fantasía se había sentido tan real antes, eso hasta que sus labios fueron separados con gentileza, una lengua cálida choco contra sus dientes buscando su propia lengua, encontrándola para frotarse. Olvido donde se encontraba. Todo lo que podía escuchar era unos bajos y sensuales gemidos que parecían vibrar en su garganta. Su boca se abrió aún más, permitiendo que esa lengua la explorara por completo. Sus manos fueron a parar a la espalda del mayor, enterrando sus dedos en ella, atrayendo aún más ese cuerpo hacia él.
Sintiéndolo moverse, retorcerse y contraerse. Su cuerpo temblaba por los escalofríos que recorrían su columna, llevando más sangre hasta aquella parte entre sus piernas. Todo su cuerpo se relajó, siendo sostenido solo por unos brazos fuertes que lo rodeaban. Donghae podía sentirlo, aquella parte de él comenzaba a despertar.
La sensación era tan dulce que no quería abrir los ojos, pero como con toda fantasía, debía despertar. Se le estaba acabando el aire. Se separó de aquellos brazos empujando el cuerpo de Hyukjae hacia atrás. Su respiración estaba entrecortada, sintió unos dedos sobre sus labios, levantando su mentón para depositar un suave beso sobre su boca que lo dejo deseoso de más.
- Hmm… exquisito - susurro Hyukjae, observando los ojos de Donghae – Eres tan delicioso… - dijo con apenas un susurro sobre el oído del pequeño, haciendo que se su sonrojo se acentuara. Y para molestarlo aún más paso su lengua por el lóbulo de su oreja sorprendiendo a Donghae. Hyukjae se rió al observar lo rojo que se había puesto el pequeño, luego se tiró de estómago sobre la cama a un lado de Donghae.
- Me debes un masaje – dijo con seriedad, acomodándose sobre la cama para quedar en una mejor posición. Donghae lo miro incrédulo. Su mandíbula podría haber chocado contra la cama de lo abierta que tenía la boca.
- QUE!!!? – exclamo enfadado. El dolor ahora se estaba poniendo insoportable. Gruño mientras se agarraba su órgano demasiado erguido para su gusto. ”Fue solo un beso!” se dijo a sí mismo. ”Por qué me excité tanto con un maldito beso!!”. Pero era demasiado tarde. Intento nivelar su respiración, muy enojado consigo mismo por ser tan fácil de excitar. Su cuerpo lo había traicionado, era lamentable. Intento relajarse para bajar su erección, para calmar los latidos de su corazón y para alejar esa sensación de lujuria que le recorría el cuerpo hasta la punta de los dedos. Pero su furia solo lo encendió aún más.
Mientras Donghae peleaba con sus nuevas sensaciones, Hyukjae se hacia el desentendido, ignorando la excitación del pequeño. Era un jovencito, a esa edad bastaba solo un poco para lograr tal grado de excitación. Sonrió pensando en lo fácil que había sido. Ahora se sentía más confiado con sus métodos de seducción, se relajó sobre la cama mientras suspiraba. ”Aun no pierdo mi toque! Sus reacciones son adorables. Me recuerdan a un gatito consentido”
Como se atrevía, era un desgraciado. Después de besarlo de esa manera, ahora se tiraba sobre la cama como si nada hubiese ocurrido! Se sentía tan avergonzado, al dejar que un idiota que le hablaba bonito lo besara para luego pretender que no había pasado nada! Era imperdonable. Especialmente ahora que se cubrió sus caderas con la manta, mientras se sentaba sobre su erección para esconderla en caso de que se notara.
Donghae se mordió el labio, intentando no gritar y matar a este hombre, tan atractivo e increíble y relajado frente a él. ”Que?! En que estoy pensando?! No es increíble. Es un odioso! Es demasiado pálido y muy flacucho. Me gustan los hombres fuertes y con carne en sus huesos. No esta cosa pálida y flacucha! Con una espalda y brazos fuertes, un cuello pálido, hombros… y… unos dedos largos. Míralo! Solo echado así, como si nada ocurrió! Maldito bastardo! Estabas jugando conmigo! Quieres un masaje? Bien! Te daré uno!”
Empuño sus manos y luego comenzó a golpear la espalda de Hyukjae, quien pareciera no estar sorprendido por esta reacción. Lo que solo causo que Donghae se enfureciera aún más.
- hmm.. eso se siente bien. Siento como estas deshaciéndote de mis nudos ahí – ”Argh! Que está pensando este tipo! No se supone que se sienta bien!”
Donghae comenzó a golpear con el lado de sus manos la espalda del mayor, intentando infligir dolor. Pronto descubrió que se estaba lastimando más él que a Hyukjae. Y que su erección se había puesto aún más dura de tan enojado que estaba. Gruño frustrado, ya rindiéndose con lo del masaje doloroso. Cerro los ojos mordiéndose los labios, intento relajarse pensando en que su erección se bajaría si solo se concentraba en darle un masaje en la espalda. Con esto en mente, Donghae comenzó nuevamente a masajear la espalda de Hyukjae. Esta vez con más delicadeza. Llevo sus dedos por sus hombros delineándolos para luego bajar a la espalda. Noto lo suave que era su piel, aun que tenía algunas cicatrices, aún era increíble. Suave, pero los músculos la hacían firme. Quizás era delgado, pero estaba tonificado.
Donghae estiro las manos, pasando las palmas sobre la espalda de Hyukjae, comenzando a frotarla por todos lados, sintiendo la textura de la carne. Se dio cuenta de que era la primera vez que le hacía esto a otro hombre. Una nueva sensación de fascinación creció sobre su pecho. Había tenido tantas fantasías a cerca de hacer esto que ahora, cuando lo tenía frente a él, lo encontraba increíble. No sabía por dónde comenzar. Así que hizo lo que le dijo su instinto. Solo sintiendo, recorrió con sus dedos la espalda, luego por los lados, llevando sus manos de los lados hasta sus caderas. Sintiendo las curvas y músculos de este hombre. Nuevamente subió, solo para memorizar que así se sentía un hombre.
No se había fijado que esto ya no era un masaje, si no que una inspección. Llevo un dedo desde su nuca pasando por su columna vertebral suavemente, sintiendo vértebra por vértebra. Luego volvió a trazar sus lados. Suspirando de forma efusiva, Hyukjae logro sacar de su trance a Donghae; los dedos en su espalda se volvieron rígidos, para luego apartarse.
- Eso se siente bien, me dan ganas de dormir – murmuro girando su cabeza para mirar al pequeño – Tienes manos suaves – No eran manos duras como las de otros hombres. Y la suavidad de su toque era relajante. Algo que necesitaba en su vida, especialmente después de ser bendecido con un adorable hermanito. Se dio vuelta quedando de espalda, mirando el techo. Era obvio que Donghae estaba sonrojado y evitando el mirarlo. Se debe haber dado cuenta de lo que estaba haciendo. – por mucho que disfruto de tu masaje en mi espalda, mi torso se siente celoso. También necesita de tu atención – tomo las manos de Donghae, sorprendiéndolo, y las llevo hasta su pecho cerca de su corazón. Queriendo que sintiera lo rápido que latía – Podrías masajearme aquí también? – pregunto con seriedad. Quería que Donghae entendiera a lo que se refería – Eso… - por un momento lo dudo. Donghae aún era joven, fácil de seducir y desesperado por atención masculina. Y en su estado podría fácilmente caer con cualquiera. Pero entonces, era lo suficientemente adulto para entender la situación, y que este lugar vendía ese tipo de cosas… - si quieres claro – Donghae lo miró, confundido, pero pronto entendió a lo que Hyukjae se refería. Sus mejillas se pusieron más rojas aun
- Pero…
- Temprano me preguntase si yo era con quien debías tener sexo – Hyukjae mantuvo su mirada y sostuvo con firmeza la muñeca de Donghae. – no te voy a mentir. Ahora mismo, te encuentro muy atractivo y de verdad te deseo. Si estás dispuesto, me gustaría ser el primero… - Donghae abrió la boca para hablar pero no salían palabras, dejo escapar un gemido. Completamente sorprendido – Me dejaras? Donghae?
- Yo… - el pequeño movió la cabeza, demasiado embelesado como para saber que decir. Nuevamente podía sentir su corazón latiendo en sus oídos, todo su cuerpo se tensó. Ahora sabía que la posibilidad de tener su primera experiencia con un hombre estaba frente a él. Y este pensamiento le asustaba. Todo lo que hizo fue pedirle ayuda a Siwon para averiguar que iba mal con él, y si de verdad era lo que creía que era.
Nunca pensó que esas fantasías con hombres eran una indicación de lo que era, le echaba la culpa a su juventud, que quizás solo era una etapa. Pero tener un hombre de verdad, que estaba seguro de su sexualidad, invitándolo a enfrentarse a una realidad que se había negado a aceptar. Miedo mezclado con ansiedad lo excito aún más. Sentía todo su cuerpo arder, las palmas de sus manos comenzaron a sudar y su garganta se secaba, no importando cuanta saliva tragara.
Su mano, guiada por la de Hyukjae, comenzó a moverse, el mayor le permitió sentir su torso, llevando la mano de Donghae lentamente por su abdomen. El pequeño podía sentir como temblaban sus manos y su cuerpo. ¿Cuántas veces no deseo hacer esto? ¿Cuántas veces no imagino hacerlo mientras se tocaba a sí mismo? Sintiendo la carne del torso de un hombre subir y bajar por su respiración.
Dejo que Hyukjae lo guiara, llevando a que uno de sus dedos tocara el borde de su pantalón. Hyukjae lo miraba, observaba con detenimiento sus expresiones. La forma en que sus ojos seguían el recorrido de su mano. Como se mordía el labio imaginando quizás que. Se sentía fascinado con este pequeño. Donghae quitó la mano que sujetaba la suya y comenzó a explorar por sí mismo. Metió los dedos dentro del pantalón del mayor, tocando el borde de los bóxer. Los delineo con delicadeza y siguió explorando más adentro. Podía sentir los pequeños vellos que nacían desde su ombligo y que iban hasta más allá de su vista, incrementándose en número mientras más bajaba con la mano. Todo este tiempo Hyukjae no se movió, no emitió ningún sonido y tampoco pareció respirar.
Donghae dudo por unos momentos. En la punta de sus dedos podía sentirlo. Esa cosa que se había convertido en un fantasma de sus sueños húmedos, esa cosa por la que siempre sintió curiosidad en las personas de su mismo sexo, esa cosa…
Estaba tan cerca, todo lo que tenía que hacer era zambullirse. Por así decirlo. Ya podía sentir el calor que emitía, invitándolo a acercarse. Nuevamente, podía escuchar su corazón latiendo en sus oídos, su respiración acelerarse. Todo su pecho parecía contraerse mientras comenzaba a temblar. En un segundo su cuerpo se congelo, sintiendo como subía la temperatura.
Tan cerca… en esos momentos el miedo y la ansiedad regresaron para atormentarlo. Y antes de que pudiese sacar su mano, otra mano se posó sobre la suya y la llevo hacia adelante, hasta que sus dedos rodearon ese objeto de su fascinación. Emitió un gemido. Nunca espero que Hyukjae hiciera aquello. Él sostuvo su mano con fuerza, cerrando los ojos por un momento, luego lo soltó y la apoyo sobre sus pantalones. Donghae no salía de su asombro, tenía sus ojos bien abiertos y respiraba entre cortado.
Se giró para mirar a Hyukjae, encontrándose con su intensa mirada. Se sintió aún más fascinado por esos ojos tan negros y la seguridad que emitían. Podía sentir aquel miembro palpitante entre sus dedos, creciendo, expandiéndose. Mordió sus labios evitando gemir más fuerte de lo que ya lo había hecho. Todo su cuerpo temblaba tan solo con pensar en cómo aquello podría sentirse al ser usado con él.
La sonrisa no tardó en aparecer en los labios de Hyukjae, llamando la atención del pequeño.
- Es solo un pene Donghae – dijo mientras sonreía – No le tengas miedo, no te va a lastimar… - luego en un susurro – mucho… - Donghae gimió una vez más, envolviendo con sus dedos aquel miembro que tenía bien agarrado – Uhnn… - gimió el mayor – No lo aprietes tan fuerte… sí, así – Llevo su otra mano hasta la cara de Donghae forzándolo a que se acercara a él. Lamiendo sus labios cuando se encontró con los del pequeño.
Donghae abrió la boca, quizás porque toda la situación lo excitaba, permitiendo que Hyukjae una vez más deslizara su lengua entre sus dientes. Esta vez, Hyukjae fue más apasionado y brusco. Presiono a Donghae contra él con fuerza, sus labios casi fundiéndose. Esto le permitió al pequeño olvidarse de lo que sostenía en su mano, y como palpitaba de forma furiosa. Ahora él sin pensarlo comenzó a frotarlo bajo la guía de Hyukjae que continuaba con su mano sobre sus pantalones. No sabía lo que hacía, solo se dejaba guiar por su instinto. Volvió a sus sentidos cuando Hyukjae rompió el beso. Parecía adolorido, mientras su rostro se contaría con gemidos escapando de su boca. Donghae entonces se dio cuenta de lo rápido que estaba moviendo su mano, y el por qué el rostro de Hyukjae mostraba esa expresión de dolor. Detuvo su movimiento de golpe y su mano fue removida de aquel lugar. Sintió que su cuerpo se relajaba. El mayor lo ayudo a recostarse sobre él con cuidado intentando remover la manta que aún lo cubría.
- Qué… qué estás haciendo?! – asustado intento levantarse y quitarse de ahí, pero las manos de aquel hombre se posaron con fuerza sobre sus caderas.
- Relájate Donghae
Cómo podía relajarse? Menos aun cuando sentía que algo lo pinchaba por detrás. Podía sentirlo, especialmente ahora que estaba por completo desnudo. Lo único que lo separaba de aquello era esa pequeña manta. No era algo agradable. Conocía el tamaño y las dimensiones de esa cosa y eso lo asusto aún más.
- Hyukjae… - gimió, temblando. Una mano se introdujo bajo la manta, Donghae se puso rígido, su respiración se aceleró. No se atrevía a moverse. – Hyukjae… - observo al mayor suplicante.
- Shh… - fue la respuesta de Hyukjae. Deslizo su mano por sus muslos hasta el miembro erecto del menor. Amaba la sensación de los músculos contrayéndose por culpa de su toque. Lentamente se acercó, hasta que sus dedos envolvieron la fuente de dolor de Donghae.
El joven tembló en cuanto sintió sus dedos fríos, un corto y suave gemido escapo de sus labios al sentir el contacto con otra piel.
Hyukjae comenzó a frotarlo, muy lentamente, observando las caras que ponía Donghae. Un pequeño gemido, pequeños temblores en su cuerpo, pestañeos rápidos, un labio mordido. Observo como el joven echaba su cabeza hacia atrás, con su mirada perdida queriendo alcanzar el orgasmo. Era como la fantasía de cualquier pedófilo, el tener a este pequeño temblando, gimiendo por cada toque. Sus reacciones eran tan puras y sin restricciones, que era natural que se dejara guiar por su instinto.
Donghae comenzó a mover sus caderas hacia adelante. Y tan pronto como inicio aquel movimiento Hyukjae se detuvo. Liberándolo. Donghae abrió los ojos asustado, luego con una mirada de desilusión observo al mayor.
- Hyukjae – gruño, haciendo un puchero. Apoyo sus manos en los hombros de Hyukjae intentando recuperar el aliento. – No… no te detengas – se lamentó, se acercó más hacia el sintiéndose débil.
Hyukjae lo tomo de la nuca y presiono sus labios a los de él, abriendo su boca, deslizando su lengua para lamer solo los labios del pequeño. Luego la guardo, con su boca aún abierta. Volvió a besarlo con más fuerza. Quería que Donghae sacara la lengua para juguetear con ella, quería que el pequeño aprendiera. Pero Donghae parecía dudar, no sabiendo muy bien qué hacer.
Hyukjae bufo molesto, llevo su otra mano hasta la quijada de Donghae presionando con sus dedos cada lado de su mandíbula, infringiendo dolor. Causando que Donghae se quejara y abriera aún más la boca. El joven pareció comprender lo que el otro quería, y con temor, deslizo su propia lengua dentro de la boca de Hyukjae. Probando saliva caliente, sintiendo la lengua del mayor frotándose con la suya guiándolo. Con esta distracción, Donghae comenzó a mover sus caderas nuevamente, pero esta vez Hyukjae lo incentivo. Podía sentir como su miembro se frotaba contra el abdomen duro de Hyukjae, y su propio abdomen. Haciendo un sándwich con sus dos cuerpos. Dándole la satisfacción que necesitaba.
Gimió en el beso, sintiendo como su miembro se ensanchaba hasta que ya no pudo concentrarse más en aquella lengua que jugueteaba con la suya. Se apartó de su boca, respirando con dificultad, presionando su frente sobre la de Hyukjae mientras seguía envistiendo su miembro contra aquel abdomen.
Podía sentirlo, esa sensación que deseaba estaba tan cerca. Todo lo que necesitaba hacer era moverse aún más rápido y podría llegar a su ansiado clímax. Pero antes de alcanzarlo, Hyukjae lo detuvo, levantándolo de encima de él para que volviera a sentarse. Lloró de frustración y rabia, casi hasta las lágrimas. Pero antes de que dijera algo, lo botaron sobre la cama recostándolo de espaldas. Su cabeza casi llegando hasta el borde de esta.
Muy sorprendido como para reaccionar mientras Hyukjae abría sus piernas colocándose de frente sobre la cama entremedio de su entrepierna. Donghae solo pudo observar sin pestañear lo que el mayor hacía. Se lamio los labios antes de soplar el miembro de Donghae. El pequeño tembló con los escalofríos que sintió recorrer en su espina.
- Hyukjae… - lloro Donghae de forma apasionada, dándose cuenta de lo que planeaba hacer el mayor – Hyukjae… – volvió a llorar.
Y antes de que se atreviera a decir su nombre por una tercera vez, un gemido escapo de su garganta mientras su cuerpo se contraía. Hyukjae introdujo el miembro de Donghae dentro de su boca causando que el pequeño se tirara aún más atrás contra la cama, golpeándose la cabeza con la sensación tan aplastante. Fue tan repentina y brutalmente inolvidable. El como Hyukjae lo tomo dentro de su boca, húmeda y caliente. Salvajemente rápido. Hasta olvido como respirar.
Todo lo que Donghae podía hacer era gritar, sintiendo una calurosa humedad moviéndose por su miembro de forma rápida, succionando, mordiendo. Causando que arqueara su espalda mientras tomaba con fuerza la cabecera gimiendo y gritando. Podía sentir la lengua de Hyukjae lamiendo y girando alrededor de su pene. Hasta que la presión se volvía insoportable. Creyó que su vida estaba siendo succionada.
- Oh… dios… ahh… ah! – comenzó a mover sus caderas hacia adelante, al ritmo de Hyukjae. Sus gemidos incrementaban cada vez más. Podía sentir la lengua de Hyukjae presionando, girando, moviéndose. Apretando sus labios, intentando ahogarlo. – Hyuk… Hyuk… Hyukjae…! Hmm…. Ah… haa… - lloro sintiendo como el mayor giro su lengua alrededor y hacia arriba de su miembro. Hyukjae volvió a bajar, succionando con fuerza, llegando hasta el final de su garganta, sintiendo ganas de vomitar. Provocando que Donghae gritara su nombre una vez más.
Mientras Hyukjae se movía rápidamente de arriba abajo, comenzó a mover sus manos hacia el cuerpo de Donghae, acariciando sus costados con fuerza. Abrió aún más sus piernas para tener más espacio donde trabajar. Volvió a subir y succiono con fuerza la punta donde se encontraba aquel pequeño agujero, succiono, lamio y volvió a bajar. Esto parecía enloquecer a Donghae. Respiraba con dificultad y gemía sin control. Hyukjae repitió esto y luego se concentró solo en la punta del pene de Donghae hasta que este no pudo aguantarlo más. Su cuerpo se convulsionaba de forma violenta. Abrió los ojos observando como Hyukjae se deslizaba arriba y hacia abajo de su miembro. Causando que su pene se pusiera aún más duro de lo que ya estaba. Antes de que perdiera el control de nuevo, sintió como unos labios lo succionaban, y una lengua caliente lamiendo su longitud ayudándolo a alcanzar el clímax.
Agarro con fuerza las sabanas de la cama con una mano mientras se mordía la otra sintiendo como su cuerpo se tensaba, sus músculos se pusieron tan rígidos que le dolían. Los dedos de sus pies se retorcieron mientras arqueaba su espalda. Dejo escapar un largo gemido, sintiendo como liberaba su esperma en la boca de Hyukjae que no dejaba de succionar su punta. Con suaves temblores comenzó a calmarse. Tenía la mente en blanco.
Fue momentos después cuando recupero la conciencia y se dio cuenta de cómo estaba respirando con dificultad. Este fue sin duda el más intenso orgasmo que jamás había tenido. Ninguna fantasía ni su propia mano masturbándolo se había sentido tan genial. Se dio cuenta de que su pene había quedado muy sensible y tan pronto como Hyukjae termino de lamer hasta la última gota de su esencia lo libero. Sintió como un dolor se instalaba en su entrepierna. La manta bajo él se sentía dura y le raspaba. Gimió y Hyukjae pareció entender el por qué. Tomo el miembro entre sus manos y comenzó a lamerlo, dejándolo bien ensalivado. Tan pronto termino, soplo un poco sobre él y eso le hizo sentir mucho mejor.
Cuando el mundo dejo de girar a su alrededor, gruño, muy débil como para mover una mano. Pero de alguna forma se las arregló para sujetar a Hyukjae y hacer que se acercara a él para darle un beso. Lo abrazo a su cuerpo sintiendo como Hyukjae giraba sobre la cama para dejarlo sobre él. Donghae se recostó con gusto y riendo, apoyando una mano sobre su pecho.
- Ese… - comenzó a decir con dificultad – fue… - respiro – probablemente el más intenso… - soltó el aire – orgasmo que he tenido…
- “En toda mi vida” – Hyukjae termino por él, una vez más juntando sus labios en un beso dulce y apasionado. Reservado para los primerizos. Era apropiado para este momento, Hyukjae no podía pedirle más a Donghae. El pobre pequeño fue drenado. Donghae podía sentir su esencia en la boca de Hyukjae. – Que bueno que disfrutaste tu primera mamada. Nunca la olvidarás – susurro Hyukjae. Aun que fue corta, grosera y dulce a la vez. Estaba seguro de que Donghae disfruto de esta experiencia. Era un novato después de todo. Le habían comentado antes a Hyukjae que era brusco dando mamadas, pero por Donghae, intento ser lo más gentil que pudo. Abrazo al pequeño unos momentos, pero su propio órgano comenzaba a protestar.
- Fuiste… un… salvaje… - dijo Donghae entre cortado.
- Shh… - Hyukjae acaricio la cabeza del pequeño – este salvaje ahora necesita de tu atención – susurro sonriendo – así que reúne toda la energía que puedas en este rato – dicho esto levanto al joven de su cuerpo acomodándolo una vez más sentado sobre él. El pequeño dejo escapar un gritito asustado. Con sus ojos bien abiertos. Lamentablemente consiente que el hombre bajo él también necesitaba la misma atención que acababan de darle.
El terror recorrió su cuerpo, quitando toda sensación de placer que había experimentado hacia tan poco. Unos ojos cargados de deseo lo observaban. “dios sálvame” rezo antes de que sus labios fueran devorados.
Fin capitulo 3
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