Capitulo 2
Lloro hasta quedarse dormido. Cuando despertó, se dio cuenta de que sus muñecas y tobillos estaban limpios y vendados. Sus mangas estaban enrolladas hasta sus codos y la chaqueta yacía sobre una silla cerca del bar. No sabía muy bien cómo reaccionar en esta extraña situación. Se levantó observando a su alrededor, examinando la habitación. Se acomodó de espaldas sobre la cama, apoyándose contra el respaldo. La habitación era bastante grande. La cama se encontraba en el centro apoyada contra una pared. A su lado derecho estaba el bar junto con una televisión pantalla plana. A la izquierda había una mesa con una repisa sobre esta, donde se encontraban diferentes objetos que no sabía cómo explicarse que eran. Parecían juguetes por los colores tan extraños que tenían. No había notado el ambiente romántico que tenía la habitación. Con cortinas y luces bajas, muebles colocados en lugares específicos para hacer del lugar más acogedor.
Sus ojos recorrieron más el lugar y se fijó en un rincón en específico, donde se encontraban dos pilares junto con unas amarras. Eso le hizo recordar la experiencia que había pasado al ingresar a la habitación. El como Siwon y los demás lo maniataron y lanzaron a las garras de un desconocido. Ahora sabía que no saldría de esta suite sin antes ser violado por este extraño y quien sabe cómo y con qué.
El solo pensarlo le dio escalofríos. Su mano de inmediato llego hasta su trasero para checar que estuviera todo en orden. Su otra mano se fue hasta su órgano. Suspiro de alivio al notar que todo se encontraba bien y a salvo. Trago saliva al observar de nuevo esas cuerdas de color burdeo, no eran feas, es más hasta pensaba que se verían bonitas como adorno de las cortinas que tenía en su habitación. Sin embargo no era tonto ni lo suficientemente ingenuo como para no saber lo que esas inocentes cuerdas podían hacer. Había escuchado suficientes historias de Siwon, sobre todo las que hablaban de unos extraños juegos y juguetes.
Lloro hasta quedarse dormido. Cuando despertó, se dio cuenta de que sus muñecas y tobillos estaban limpios y vendados. Sus mangas estaban enrolladas hasta sus codos y la chaqueta yacía sobre una silla cerca del bar. No sabía muy bien cómo reaccionar en esta extraña situación. Se levantó observando a su alrededor, examinando la habitación. Se acomodó de espaldas sobre la cama, apoyándose contra el respaldo. La habitación era bastante grande. La cama se encontraba en el centro apoyada contra una pared. A su lado derecho estaba el bar junto con una televisión pantalla plana. A la izquierda había una mesa con una repisa sobre esta, donde se encontraban diferentes objetos que no sabía cómo explicarse que eran. Parecían juguetes por los colores tan extraños que tenían. No había notado el ambiente romántico que tenía la habitación. Con cortinas y luces bajas, muebles colocados en lugares específicos para hacer del lugar más acogedor.
Sus ojos recorrieron más el lugar y se fijó en un rincón en específico, donde se encontraban dos pilares junto con unas amarras. Eso le hizo recordar la experiencia que había pasado al ingresar a la habitación. El como Siwon y los demás lo maniataron y lanzaron a las garras de un desconocido. Ahora sabía que no saldría de esta suite sin antes ser violado por este extraño y quien sabe cómo y con qué.
El solo pensarlo le dio escalofríos. Su mano de inmediato llego hasta su trasero para checar que estuviera todo en orden. Su otra mano se fue hasta su órgano. Suspiro de alivio al notar que todo se encontraba bien y a salvo. Trago saliva al observar de nuevo esas cuerdas de color burdeo, no eran feas, es más hasta pensaba que se verían bonitas como adorno de las cortinas que tenía en su habitación. Sin embargo no era tonto ni lo suficientemente ingenuo como para no saber lo que esas inocentes cuerdas podían hacer. Había escuchado suficientes historias de Siwon, sobre todo las que hablaban de unos extraños juegos y juguetes.
Se dio cuenta de que se encontraba completamente solo y encerrado en esa habitación con el hombre que lo desato. No había escapatoria. Iba a ser violado y tenía que asumirlo.
Observo ahora con detenimiento la repisa con los juguetes de colores, notando las formas que tenían. Si recordaba bien las historias de Siwon, esos eran consoladores. El hecho de tan solo pensar en cómo podían ser usados en el hizo que su estómago se revolviera nuevamente. Hizo una arcada, sus manos rápidamente llegaron hasta su boca para evitar cualquier desastre. Respirando de forma agitada se echó hacia delante, sintiendo como su estómago se contraía. “Por favor no! No quiero vomitar” pensó. Otra parte de él quería hacerlo. Quizás vomitando haría que el otro sujeto sintiera asco y enojado lo echaría fuera de la habitación. Así salvaría su trasero de ser violado. Sí. Esa era una gran idea. Donghae comenzó a sentirse esperanzado, pero ahora, el haber pensado en ser libre le emociono tanto que hizo que sus nauseas desaparecieran.
- Maldición!
Bufo molesto, su emoción se desvaneció. Se sentó derecho sobre la cama. Este era su castigo por alguna vez haber deseado besar a un hombre en vez de a una mujer. Para hacerlo peor, se le había ocurrido la maravillosa idea de pedirle ayuda a Siwon. Que mala broma.
- Quiero morir… - murmuro mirando sus manos – Porque no pude mantener mi boca cerrada! – dijo empuñando las manos para golpear la cama
- Así que decidiste despertar – Donghae se giró sobresaltado mirando de dónde provenía esa voz. Una figura se acercaba a la cama y por la luz que entraba en la habitación solo veía parte de su cuerpo iluminado. Estaba saliendo del balcón, dándole la espalda a este por donde se colaba un poco de sol. – Dormiste casi todo el día – El hombre frente a él lo miró – Como te sientes? – una pregunta amable, pero todo lo que Donghae podía hacer era mirarlo. El hombre debió notar como Donghae lo miraba con dificultad, así que decidió acercarse más hacia la cama, sentándose en el borde lo suficientemente cerca para permitir que Donghae lo observara bien, pero con la distancia suficiente para no hacerlo sentir incómodo.
Este era el mismo hombre que lo liberó de las cuerdas que ataron Siwon y aquel hombre tan atractivo que ahora sabía que se llamaba Sungmin. Se dio cuenta de que no se veía como un malvado. Pero tampoco iba a fijarse en eso cuando estaba atado y sufriendo de dolor en el suelo al tener sus brazos atados sin que circulara sangre por casi dos horas.
- Te hice una pregunta – aunque su tono de voz sonaba demandante, su rostro no se veía enfadado.
- Estoy bien, gracias! – contesto de forma brusca.
- Bien – una ligera sonrisa cruzo el rostro de aquel hombre, como si estuviese entretenido. No era del todo desagradable a la vista. Era atractivo en una forma extraña. Era muy pálido; Donghae casi podía ver las venas azules que tenía en el cuello. Cabello negro, pestañas negras remarcando muy intensamente aquellos penetrantes ojos. Tenía una forma de sentarse que indicaba que era de naturaleza autoritaria. – Toma – extendió su mano y ahí Donghae se fijó que sostenía un tazón. También se fijó en sus manos, tan pálidas y con dedos largos, sus uñas pulidas y si no fuera por los nudillos podrían pasar por manos de una mujer. Unos pensamientos se le agolparon en la cabeza, la posibilidad de que esos dedos… “Oh dios” pensó mordiendo su labio inferior. – Esto te hará sentir mejor – Donghae observo el tazón humeante con cautela, podía contener drogas o algún tipo de veneno. – Es chocolate, no tiene drogas si eso es lo que estás pensando – El hombre sonrió nuevamente luciendo más atractivo que antes. Donghae no podía dejar de mirarlo. “Qué estoy pensando?!”. La forma un poco cínica en que miraba, la curva de sus labios, sus dedos largos, su piel lechosa, sus labios tan sonrosados… Un gemido escapo de su boca sin querer. Esto le hizo pensar al hombre frente a él que tenía miedo del tazón que le estaba ofreciendo. – Como no puedo probarte mi inocencia de otra forma, beberé un poco de tu chocolate. – llevo el tazón hasta su boca, haciendo que Donghae lo observara con detenimiento. Sus labios se posaron en el borde del tazón, abriéndolos ligeramente para beber una buena cantidad de chocolate. Donghae inclinó un poco su cabeza hacia el lado. No se veía como un monstruo… y era de verdad agradable. Sintiéndose mejor dejo escapar un suspiro.
- ¿Contigo es con quien tengo que tener sexo?
Al escuchar esta pregunta, el hombre hizo una serie de cosas. Se giró, casi tirando el tazón, tosió, se atoró, exhalo y se rió todo a la vez. La mitad del líquido que estaba en su boca fue a parar a la cara de Donghae. Matando el buen humor que comenzaba a tener. Lo miró, boquiabierto, con su rostro tiñéndose de rojo oscuro. Se lanzó sobre la cama cubriéndose la cara con la almohada y el resto del cuerpo con la sabana de esta. Enrollándose como un gato. Logró cubrirse bien con la sabana exceptuando por su trasero, cosa que lo hacía verse más cómico aun, causando que el otro tipo se riera a carcajadas.
Se sentía morir. Para hacerlo peor, le habían herido sus sentimientos. Sin mencionar que el hombre le escupió en la cara. ¿Cómo podía alguien reírse de él? Esto hirió un poco su orgullo; nunca admitiría que la verdad le hirió bastante que se rieran de él de esa manera. Era de naturaleza tímida, no era su intención hacer esa pregunta, pero de alguna forma las palabras escaparon de su boca antes de darse cuenta.
Comenzó a lloriquear. “Jódete” pensó. “Cuando salga de aquí, estas muerto, junto con Siwon y los otros tres bastardos. Todos morirán por esto” pensando esto, un par de lágrimas rodaron por sus mejillas, mordiendo la almohada para asegurarse de no emitir ningún sonido.
********
Hyukjae no pudo evitar seguir riéndose mientras se bañaba. Dejando correr el agua por su cuello y espalda. Había pasado mucho tiempo desde que se rió de esta manera por una situación tan chistosa.
“¿Qué idiota haría una pregunta cómo esa?” negó con la cabeza, dejo que el agua corriera por su cabeza y rostro. No entendía bien el por qué lo encontraba gracioso. Quizás fue por la forma tan seria y repentina que preguntó. Y el hecho de que escupiera chocolate caliente en la cara del pobre chico sin querer, fue lo suficientemente cruel. Aparte, el reírse de eso agravo más las cosas.
- Ojala no lo haya hecho sentir muy mal – suspiro, no importándole mucho si el jovencito sentía rencor hacia él. Tenía que admitir que estaba ansioso por saber cómo reaccionaría el chico la próxima vez que los dos hablaran. – Quizás esto sea más divertido de lo que creí. – Salió de la ducha pensando en lo que Sungmin esperaba que sucediera al enviar a semejante muchacho a su habitación. – Qué piensa que soy? ¿Un pedófilo? – murmuro tomando una toalla.
******
Donghae se sentó abrazando sus piernas, apoyando su cabeza sobre sus rodillas. Podría ser capaz de respirar mejor si la sabana no estuviese cubriéndolo por completo. Si alguien entrara a la habitación y lo encontrara de esa forma, seguramente se llevarían un gran susto, sobre todo porque estaba meciéndose adelante y atrás. Aun mortificado. Volvió a la realidad cuando sintió que cortaban el agua de la ducha. “Mierda” pensó “ahora seré violado! Por un HOMBRE!” Si hubiese podido gritar para que lo ayudaran, ya lo habría hecho. “Por qué yo? Soy muy joven para perder mi virginidad por el culo” pensaba mientras seguía meciéndose.
La imagen de Siwon sonriendo y diciéndole que se callara antes de que lo pateara, llego hasta su mente. Podía ver esa sonrisa haciéndose más grande, los ojos de Siwon brillando, sus dedos crispándose mientras echaba su cabeza hacia atrás mientras rompía en carcajadas.
- Ayúdenme! – exclamo en un gemido. Cerrando los ojos con fuerza. “¿Por qué confié en él? ¡¿Por qué no mantuve mi boca cerrada?!”
- QUE DEMONIOS!! – lloro su violador – Que mierda estás haciendo!? Intentas que me dé un ataque al corazón? – luego la sabana fue retirada de él y cuando levanto la cabeza, sus ojos se encontraron con un hombre bien desnudo. Causando que Donghae casi se atore con su propia saliva. Su toalla debe haberse caído y ni si quiera estaba completamente seco. – Mierda, quien demonios intentabas ser? Samara la chica del Aro? – de verdad se veía enojado.
Para el punto de vista de Donghae, su rostro se había vuelto más pálido, con un pequeño sonrojo en sus mejillas. Luego los ojos de Donghae bajaron hasta ese lugar entre las piernas de aquel sujeto. Bueno, ¿Cómo no podría fijarse en aquello? Estaba justo ahí. Colgando. Y aún un poco mojado, gotitas de agua caían de su pubis. Intentó imaginar como esa cosa seria usada contra él. ¿Cómo puede ser que mis vellos púbicos no son tan negros? Donghae ladeo la cabeza, examinándolo de un ángulo diferente. ¿Y por qué no son tan rizados?.
Frunció el ceño, sintiéndose un poco inferior. ¿Por qué el mío no es tan grande como el de él? Hizo un puchero. ”Bueno, el mío aún tiene que crecer. Aun no soy del todo un adulto. Quizás algún día lo supere.” Estos pensamientos le hicieron sentir mejor, hasta sonrió ligeramente. Una mano moviéndose frente a su rostro lo hizo regresar a la realidad.
- Es grosero mirar de esa manera – Levanto la vista encontrándose con unos ojos negros mirándolo de forma amenazadora. Gimoteo asustado y avergonzado. Y sintiéndose aún más mortificado que antes.
Trago saliva, dejando escapar un gemido de desesperación al ser atrapado sonriendo al mirar la entrepierna de otro hombre. Observo el rostro del sujeto y se encontró con que aquel extraño lo miraba con un gesto divertido en su rostro.
Donghae tomo la sabana, quitándosela de las manos al tipo, se tiró sobre la cama y volvió a taparse con aquella manta blanca. Una vez más enrollándose como gato. Estaba tan avergonzado que podía sentir todo su cuerpo rojo. Su cara podía hervir del calor de la sangre que le había subido. Si hubiese podido habría cavado un agujero en la tierra y se enterraría ahí para nunca salir. De pronto, sintió unas ganas enormes de vomitar. Podía sentir las contracciones en su estómago. Su boca ya comenzaba a soltar mucha saliva.
- Oh mierda! – murmuro. Se tapó la boca con las manos obligándola a mantenerse cerrada. Hizo una arcada.
- Oye, ¿Estas bien? – pregunto el hombre preocupado. “No! no ahora! ¡¿Por qué justo en este momento y no antes cuando el tipo no estaba desnudo?!” pensó cerrando los ojos.
Intentó tragar, dándose cuenta de que no servía de nada ya que se le devolvía, eso solo indicaba una cosa…
Se quitó la sabana de encima y se levantó de la cama, las manos sobre su boca mientras volvía a hacer una arcada. Miró al hombre parado frente a él de forma suplicante, aún muy desnudo y aún muy húmedo. Se veía un poco preocupado y confundido.
- Maldición, no me digas que…
Donghae salto de la cama empujándolo hacia un lado haciendo que perdiera un poco el equilibrio, bailo sobre sus pies no sabiendo donde ir ya que no tenía idea donde estaba el baño. Sintió un brazo alzándolo del torso con fuerza, al principio pensó lo peor, pero luego vio que lo llevaban hasta el baño.
Su cara fue dirigida hasta el lavamanos en forma de concha, justo a tiempo antes de que vomitara por segunda vez en el día. Esta vez le dolió más que la primera vez ya que no tenía prácticamente nada en el estómago para devolver más que jugos gástricos. Sentía su garganta arder, su estómago y pecho se contraían de forma dolorosa mientras volvía a vomitar.
Tenía las dos manos apoyadas en el borde del lavamanos, apretándolo con fuerza mientras volvía a hacer arcadas. No le había dolido tanto antes y eso era porque siempre tenía el estómago lleno. Los ojos se le llenaron de lágrimas. Intento decir algo, pero fue interrumpido por otra arcada. Su respiración se aceleró. Sentía que en cualquier momento se iba a desmayar del dolor, solo gracias a este hombre que lo sujetaba por detrás rodeando su torso con su brazo fuerte y firme evitaban que se cayera. Su otra mano estaba apoyada contra su frente, evitando que su pelo cayera sobre su rostro mientras vomitaba sus entrañas.
Intento llorar pero esa ni si quiera era una opción, nuevamente vomito botando un líquido viscoso por la boca. Respiro con dificultad, tratando de calmarse, pero la experiencia de verdad le había quitado todas las fuerzas causando que su cuerpo se relajara. Una rodilla se interpuso entre sus piernas, obligándolo a mantenerse derecho.
- Sigue respirando – hizo lo que le ordenaron y tomo varias bocanadas de aire. – Eso es – la voz sonaba agradable. Donghae había olvidado que este hombre estaba completamente desnudo. Ni si quiera notaba cierto bulto frotándose contra el cachete izquierdo de su trasero. Gimoteo echando su cabeza hacia atrás, tratando de expandir sus pulmones en busca de más aire. Llego hasta su nariz un aroma acido, haciendo que volviera a hacer arcadas.
Su cabeza fue forzada hacia delante, sus ojos se cerraron con fuerza haciendo una nueva arcada que le dolió más que las anteriores. “No, no otra vez… me duele…” pensó gimoteando, no se había dado cuenta de que estaba llorando.
- Relájate… - lo intentaba, pero no podía. Su estómago se retorció de forma violenta. Respiro con dificultad, abriendo la boca y cerrando los ojos con fuerza tratando de relajarse como le habían dicho.
Luego de eso sintió que le tiraban agua sobre su cara y una mano limpiando su boca. Esa misma mano se curvo sobre sus labios con agua en ella haciendo que la bebiera. La escupió de inmediato, haciendo que el proceso se repitiera un par de veces. Una vez sus labios y rostro estuvieron limpios por completo, lo recostaron hacia atrás con lentitud.
Echo su cabeza hacia atrás, dejando que su peso se recargara sobre unos hombros fuertes. Una rodilla aún estaba entre sus piernas ayudándole a estar derecho. Se encontraba muy cómodo en la forma como estaba sentado.
Abrió los ojos lentamente, no sabiendo cuanto rato llevaba en esa posición. Se dio cuenta de que estaba sentado en las piernas de alguien.
- Te sientes mejor?
Volvió a la realidad y se intentó levantar de golpe, solo para caer de rodillas al suelo. Se sentía débil, sus manos y rodillas le dolían por la caída. Nuevamente sintió unos brazos agarrándolo con fuerza, levantándolo del suelo.
- Siéntate aquí y trata de relajarte – dice aquel tipo de forma demandante.
Era imposible que se sentara en el borde de una bañera de forma relajada con un hombre desnudo a su lado. ¿Qué idiota se relajaría en una situación como esta? Se apoyó contra la pared que tenía al lado, sentía su cuerpo pegajoso con todo lo que había sudado.
- Te preparé un baño de tina. No te preocupes, no te violare si eso es lo que te preocupa. – fue dicho con un tono divertido, haciendo que Donghae abriera los ojos encontrándose de frente con el órgano de aquel sujeto. Estaba al nivel de sus ojos, especialmente ahora que estaba sentado y el tipo de pie frente a él. Se le quedo mirando una vez más – Que te dije de mirar de esa manera? – sonaba un poco molesto, pero cuando Donghae levanto la vista para mirarlo no lucia como si lo estuviera, tenía una mirada divertida. El hombre tomo una toalla y se la amarro a las caderas. Cubriendo sus partes privadas de la mirada curiosa de Donghae. Donghae se ruborizó, observando cualquier otra parte haciendo que el hombre riera. – Pareciera que nunca hubieses visto el pene de otro hombre – El rubor de Donghae se intensifico, bajo la cabeza avergonzado mirando sus pies – Está bien, no hay nada malo en ver el cuerpo de otro hombre. Solo no te le quedes viendo su entrepierna por tanto tiempo. – si Donghae hubiese podido colgarse en esos momentos, lo habría hecho. – Métete a la tina, el agua está caliente. – Donghae lo volvió a mirar, esta vez sorprendido. “No esperara a que me desvista frente a él ¿O sí?” Su corazón se aceleró. ”Está completamente desnudo bajo esa toalla. Si me quito la ropa él…” Negó con la cabeza asustado. – Hueles a sudor y vomito. Quítate la ropa y métete a la tina – la voz del hombre sonaba molesta y demandante. Donghae volvió a negar con la cabeza apegándose más a la pared. – Deja de ser malcriado – Donghae siguió negando con la cabeza. – Quieres que te desvista yo mismo? Eso es lo que quieres? – Donghae se levantó de golpe, causando que la cabeza le diera vueltas. Apoyo un hombro contra la pared mientras que con las manos comenzaba a desabotonarse la camisa que traía puesta con rapidez. Ahora el hombre se reía de él.
- No es gracioso! – dijo molesto
- Claro que no – el tono de voz era completamente indiferente, frustrando aún más a Donghae
- Entonces deja de burlarte y reírte!
- No me estaba burlando ni riendo, solo me dio mucha tos.
- Fuera!! – Donghae apunto la puerta mientras hacía pucheros. Ya había tenido suficiente y no le importaba el comportarse como un malcriado después de todo lo que había ocurrido. Es más, hasta se sentía mejor al actuar así. Había tenido miedo de este hombre desde que despertó, imaginando las crueldades que le haría. Pero ahora, había probado los límites y se dio cuenta de que podía hacer lo que se le viniera en gana.
- Claro que te dejare bañar tranquilo – el hombre sonrió, mirándolo divertido. Salió del baño con tranquilidad dejando a Donghae solo.
Donghae se sumergió en el agua, pensando en ahogarse. Tantas emociones vividas en un par de horas lo habían agotado por completo. Emergió del agua tosiendo. Llevaba más de una hora metido en la tina. Sin muchas ganas de salir y enfrentar a ese hombre tan detestable que sabía que estaba afuera esperándolo para burlarse de él nuevamente.
Se recostó apoyando su cabeza en el borde de la tina, pero el agua se estaba enfriando. Abrió la llave de agua caliente y saco el tapón para volver a llenar la tina mientras la drenaba. Se relajó una vez más al sentir el agua a la temperatura que le gustaba. Suspiro, intentando no pensar en nada. Pero lo que acababa de ocurrir volvió a su mente de forma clara. Un cuerpo desnudo presionado contra su cuerpo, músculos fuertes sosteniéndolo para que no se cayera. Manos gentiles que evitaban que su pelo se le pegara en la cara.
Al menos había un toque de gentileza en lo que recordaba. ¿No era eso algo bueno? Y de todas formas, Siwon le grito en la mañana que era mejor perder su virginidad con un completo extraño que tenía cierta experiencia en esto. Nunca nadie se enteraría, y no es como si mantuvieran el contacto después de esta experiencia. “Maldición, no quiero seguir pensando…”
Además, el hombre no era del todo desagradable. Tenía que admitir que era bastante atractivo, especialmente ahora que la imagen de él desnudo se había grabado en su memoria. Desnudo y mojado, de pie frente a él como si nada le importara. “Y dios, ¿Por qué tenía esa odiosa sonrisa? Al menos no era un viejo, gordo y caliente…” razonó. ”Pero definitivamente NO voy a perder nada! Especialmente mi… bueno… mi virginidad…” se sonrojo al pensarlo. No es como si no hubiese fantaseado con sexo anal antes, gracias a Siwon que le informo que era posible y que se podía hacer a la perfección. Maldito Siwon! Tuvo un par de fantasías sexuales después de aquella charla, pero nunca lo admitiría.
En sus fantasías, alguien, preferiblemente un hombre muy atractivo, lo cortejaba. Y después de rechazarlo muchas veces, él seguiría insistiendo hasta que Donghae se rindiera a sus encantos. Entregando su cuerpo a la lujuria de ese hombre. Todo lo que venía después estaba confuso. Sabía que el sexo anal era posible, pero no podía imaginarse el como el pene de un hombre podría si quiera entrar por ahí. Y como él era un completo novato en el tema del sexo, no sabía cuáles eran todos los pasos que se debían seguir. Al menos no aun. Así que cada vez que él fantaseaba, siempre lo llevó a tener que masturbarse por su propia cuenta, muy concentrado en alcanzar el orgasmo como para preocuparse en cómo se debía tener sexo con otro hombre.
Era tan solo una coincidencia de que este sujeto encajara tan bien en el perfil del hombre con el que se fantaseaba teniendo sexo. Donghae cerró sus ojos.
- Porque tiene que ser tan atractivo – alegó – Y tiene que verse tan bien desnudo?
De verdad no era justo. Era como si todo formara parte del plan de Siwon para molestarlo. Quizás se estaba sintiendo atraído hacia aquel sujeto, incluso en tan poco tiempo. Y era por su presencia tan abrumadora. Como si nada pudiese tocarlo. Donghae podía imaginar que era una persona difícil de olvidar. Especialmente ahora que lo había visto totalmente desnudo en gloria y majestad. Como su cuerpo se había sentido contra él, su rodilla entre sus piernas, sintiendo como flexionaba los músculos. Se imaginó montándolo…
- Que?! Detente! – se regañó a sí mismo. Pero no podía evitarlo. ¿Era malo fantasear con él? ¿Lo era? Aquel cuerpo escultural con gotas de agua corriendo por su torso, pegado al suyo. Ese brazo firme envolviéndolo. – Oh dios… - “Se sentiría genial apretarse contra ese cuerpazo. Sentir sus músculos tan firmes, lamer esas gotas de agua”. No había notado como su mano de alguna manera se había escabullido hasta su entrepierna, comenzando a masajear su órgano muy sensible y ahora bien despierto. Se imaginó esos intensos ojos observándolo mientras el cuerpo de aquel hombre se montaba y movía sobre él, tocándolo, embistiéndolo con tanta fuerza que lo hacía gemir con ganas…
- Ha… - lamiéndolo, probándolo, observándolo con una pasión que quemaba, lo deseaba. Ese poderoso cuerpo moviéndose sobre él. Acariciándolo, gimiendo, un gemido tan fuerte que recorrió su garganta – Ah… ah… ha… nn! – Como esa lengua lo recorrería, sus dientes mordiendo sus puntos sensibles. Como clavaría sus dedos en su espalda, presionándolo aún más contra él, queriendo más, rápido, fuerte, hasta que lo penetrara hasta el fondo haciendo que se olvidara de todo! – Ah… ahn!! – finalmente, sintió esa sensación aplastante recorriéndolo momentáneamente, llenando todos su sentidos y su mente. Su cuerpo se tensó al instante del orgasmo. Deseando que esa sensación durara por más tiempo. Cerró los ojos más apretados, sintiendo como su cuerpo se relajaba en el agua que ahora estaba más caliente que antes ya que su cuerpo había elevado su temperatura. Echo su cabeza hacia atrás, respirando de forma agitada con la boca ligeramente abierta, su mano finalmente libero su órgano que ahora estaba flácido. Quería regresar a la cama para dormir, pero se sentía demasiado débil como para levantarse. Por ahora solo quería quedarse ahí.
Fue momentos después cuando se dio cuenta de un sobre salto en donde se encontraba. Debió sentirlo de algún modo, que algo iba mal. Abrió los ojos, su cuerpo se enderezó de golpe haciendo que su mano resbalara del borde de la tina. Se giró asustado al escuchar una risa a su lado.
- Veo que encontraste una buena manera para entretenerte – se encontró de golpe con una odiosa sonrisa – Ese fue un interesante despliegue de pasión – ahí, sentado en el borde de la tina, con las piernas cruzadas y sosteniendo una copa de vino con sus dedos estaba aquel hombre que había usado para su fantasía. – Quieres un poco de vino? Debes estar sediento – sonrió, mostrando sus blancos dientes. “Quiero morir” fue lo único que Donghae pensó.
*******
Sollozando, intentó limpiar las lágrimas que una vez más bajaban por sus mejillas con la sabana que volvía a cubrirlo. Había tocado fondo. Si anteriormente se había sentido avergonzado, lo que ahora sentía era aún peor. Era como una enfermedad incurable que le entumecía el cuerpo. Y por alguna extraña razón, no tenía ganas de vomitar. Quizás era porque la última vez le dolió demasiado hacerlo. Pero sabía que no podría ver la cara de ese hombre otra vez. ¿Cómo no notó su presencia? Estuvo ahí todo el tiempo, observándolo mientras se masturbaba. Y lo que es peor, debió pensar que era un pervertido por estar haciéndolo, en un baño que ni si quiera era de él. “Quiero morir”
- Oye niño, te vas a enfermar si no te secas apropiadamente – “Vete al infierno!! Bastardo!!” – Estas dejando toda la cama mojada – Donghae sintió su pecho contraerse de furia. ¿Cómo se atrevía este hombre a hablarle de esa manera? ¡¿Por qué le estaba hablando de esa forma tan burlona?!
Hyukjae sonrió al ver a ese muchacho curvado como una pelota. No había esperado a que él abriera los ojos tan de repente, pero debió sentir su presencia de alguna forma. La sorpresa grabada en su mirada había sido demasiado tentadora para él como para no molestarlo por aquello. Tenía que admitirlo, se sentía como un maldito por hacerlo, pero el chico le daba demasiadas oportunidades. Tenía que aprovechar una o dos.
Nadie tenía la culpa, pero si debían culpar a alguien, seria al jovencito. Había tomado demasiado tiempo en la bañera, haciendo que Hyukjae se preocupara. Justo cuando iba a tocar la puerta, escucho los gemidos. Claro que cualquiera se preocuparía; quizás el chico se golpeó la cabeza y estaba lastimado. Cuando abrió la puerta, se encontró con una escena que jamás imagino. Ahí estaba ese niño, con su cuerpo sumergido en el agua, respirando agitado y gimiendo, su mano moviéndose rápidamente en por su erección. ¿Quién no se sentiría atraído al ver esto? Solo fue casualidad que tuviera una copa de vino en la mano. Así que se tomó la atribución de sentarse en el borde de la bañera y disfrutar el espectáculo.
- Voy a pedir la cena, dime que es lo que vas a querer para comer – le dio una pequeña palmada al cuerpo recostado sobre la cama, que fue respondida con una fuerte sacudida. – No te pongas así, escucho tu estomago gruñir – sonrió imaginando las reacciones que tendría cuando saliera de su escondite.
Nada ocurrió.
- Sabes qué? No quiero jugar este jueguito contigo. Contare hasta tres y si no te quitas esa manta de encima, lo haré yo mismo – dijo bufando molesto. Donghae dejo de sollozar por unos momentos pensando en sus posibilidades, pero luego volvió a sollozar no importándole lo que sucediera. – Escucha, tu secreto está a salvo conmigo. Prometo no decirle a nadie que estabas en el baño masturbándote – Hyukjae cubrió su risa con tosidos. Ni si quiera podía decirlo de corrido sin largarse a reír. – Uno – Suspirando, espero – Dos – Este chico ni se movía – Tres! – Agarro la manta y la quito de un tirón. – Buenos días jovencito…
Curvado en un ovillo, con la cara cubierta con sus manos encontró al muchacho que ahora se sentaba de golpe sobre la cama con una mirada de rabia en los ojos. Bueno, al menos se veía bien estando desnudo. Su físico estaba bien, un poco pálido para su gusto pero igualmente muy atractivo. Aún tenía esa delgadez juvenil, pero se veía perfectamente sano. Hyukjae se tomó la atribución, una vez más, de deleitarse mirando a este joven desnudo sentado sobre la cama. Llevo una mano hasta su mentón y asintió dándole el visto bueno a lo que veía.
- Que vas a querer para cenar? – pregunto sonriendo
- Déjame tranquilo!! – Hyukjae no espero que le gritaran ni que lo golpeara un brazo volador.
- No te puedo dejar tranquilo si actúas de esta manera. Por ahora eres mi responsabilidad. Ahora dime que mierda quieres para comer antes de que te cargue hasta el balcón para amarrarte desnudo a uno de los pilares! – Quizás no tenía tanta paciencia como esperaba. Pero ahora, él no tenía la culpa por esto. Había sido divertido hasta ahora, pero no podía permitir que se saliera de control. El muchacho debió imaginarse toda la escena y volteó a mirarlo más enrabiado aun, tenía las mejillas teñidas de rojo y los ojos hinchados de tanto que había llorado.
- Vete al infierno!!
- Perdona, no entiendo tu idioma – Hyukjae sonrió de forma burlona - ¿Qué querías para cenar?
Hyukjae no esperó ser golpeado con una almohada, le llego de lleno en la cara. Ahora sí que estaba cabreado.
Se fue directo hasta el teléfono y pidió su comida. Esta llego en unos instantes, llenando la mesa para cuatro que estaba en la habitación. Hyukjae se sentó en una punta, se ubicó especialmente ahí para que el chico lo observara mientras comía. Después de que la almohada lo golpeara, contó hasta 10 cerrando los ojos intentando calmarse, no quería perder el control y comenzar a darle unas buenas palmadas en el trasero, aunque la idea era tentadora.
Ahora no era su culpa de que el chico no quisiera nada para comer.
Eso paso hace 45 minutos atrás, ahora él de adrede había prolongado su cena, escogiendo con lentitud lo que se echaba en la boca. Sabiendo que el chico sentado sobre la cama, con la manta cubriéndolo por completo, exceptuando por la cabeza, tragaba saliva cada vez que Hyukjae digería algún bocado. Sentía un placer enfermo al saber que estaba haciéndolo sufrir. No era como si le fuese a negar la comida si se la pedía. Tenía la libertad de escoger el sentarse junto a él en la mesa o quedarse en donde estaba sufriendo de hambre.
Pasó una hora y finalmente terminó de comer. Dejo los palillos sobre la mesa y se reclino sobre la silla suspirando de lo lleno que estaba. Nuevamente tomo el teléfono y espero a que contestaran.
- Si, gracias todo estaba delicioso. Envíen a alguien para que se lleven los platos – observo al chico de reojo mientras sonreía – no, nada de postres. Gracias.
Cuando observo la cama, el chico seguía ahí, ahora acostado, pero esta vez estaba completamente cubierto con la sabana. No emitía ningún sonido, solo estaba ahí quieto sin decir nada. Hyukjae lo observo por algunos minutos esperando alguna clase de reacción, pero nada ocurrió. Simplemente siguió ahí tirado sobre la cama sin moverse, sin si quiera quejarse. Esto molesto a Hyukjae, especialmente ahora que comenzaba a sentirse culpable. Se rasco la cabeza y bufo molesto.
¿Qué pasaba con este chico? Quería gritarle pero mejor no lo hacía, se sentiría peor después de hacerlo. Se levantó de la silla y camino hasta la cama. Se sentó en el borde y esperó. Obviamente el chico tiene que haber sentido como se hundía la cama con su peso. Pero ciertamente aquel joven estaba decidido a ignorarlo. Ahora Hyukjae lo escucho. Estaba intentando callar sus sollozos, tratando de llorar en silencio. Ahora sí que se sentía como un completo idiota. Si pudiera, se daría de cachetadas por haber sido tan cruel.
Desde que le quitó la chaqueta para limpiarlo y vendarlo se dio cuenta de que no era uno de los trabajadores de la mansión. ¿Qué clase de empleado usaría una chaqueta que cuesta más de 500 dólares? Tenía una idea de quien sería este jovencito en la sociedad, pero lo que no sabía era que lo había traído a este lugar.
Sintiéndose la peor persona del mundo prometió no volver a ser cruel con aquel niño. Luego palmeo lo que sería el hombro del chico y pregunto de forma gentil lo que quería para cenar. Claramente no recibió respuesta, así que se levantó y tomo el teléfono llevándolo de vuelta a la cama.
- Presiona 1 y espera a que te respondan ahí les dices que es lo que quieres para comer – dijo de forma amable mientras metía el teléfono bajo la manta. Tomo un poco de tiempo antes de que Hyukjae sintiera que se movía. Luego el sonido familiar de tono del teléfono.
- Si… me puede dar un pocillo con helado de chocolate por favor?... No, eso es todo – la voz sonaba triste. El teléfono emergió de debajo de las sabanas y luego el chico se quedó quieto sobre la cama. Hyukjae se sintió aún más culpable. Le molesto que solo pidiera helado, siendo que antes había vomitado hasta las entrañas y no tenía nada en el estómago. Quería enojarse y regañarlo pero de verdad no tenía las energías para hacerlo. Presiono la tecla y espero a que le respondieran.
- Pueden traer sopa de pollo y carne ya cortada en pedazos pequeños, un vaso con jugo de naranja y otro de leche?... Sí, junto con el helado de chocolate. Gracias
Eso hizo que Hyukjae se sintiera mejor y menos culpable. Cuando palmeo nuevamente el hombro del chico, su mano no fue removida. Suspiro, acomodándose mejor en la cama sin dejar de masajearle el hombro al jovencito, esperando a que vinieran a dejar lo que habían ordenado y se llevaran los platos sucios. “Soy un imbécil” se dijo a sí mismo.
Fin capitulo 2
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