Capitulo 1
Donghae
volvía tarde de la escuela una vez más esa misma semana. Su curso había quedado
en el último lugar del listado de notas y el profesor a cargo les designo el
doble de tarea como castigo por esto.
Entró
a la casa tirando su mochila sobre uno de los sillones negros de la sala. Por
suerte estaba encendida la calefacción. Estaban en pleno invierno y hacia un
frio que congelaba los huesos. Respiro profundo sintiendo como su cuerpo se
desentumecía lentamente.
-
Llegas
tarde – Donghae se volteo a mirar la escalera que conducía al segundo piso, en
donde estaban las habitaciones. Tres para ser exactos.
Un
pálido joven pelirrojo, vestido por completo de negro, lo miraba desde el
descanso de la escalera con cara de pocos amigos.
-
Lo
siento Hyukjae hyung, tuve tarea extra gracias a mis compañeros de clases –
dice el castaño sin darle importancia, caminando hacia la cocina estilo
americana que adornaba su casa. Sentía su estomago rugir de hambre. No había
comido nada desde las 4 de la tarde. Abrió el refrigerador, pero no alcanzo a
meter la cabeza dentro ya que fue cerrada de golpe.
-
Para
que mierda crees que te compramos esto!? – pregunta el pelirrojo, enojado,
enseñándole el celular que tenía en la mano para luego empujarlo hacia un lado
haciéndolo tropezar hacia atrás, golpeando su hombro con un celular una y otra
vez. El pequeño miro hacia el sofá donde había dejado su mochila encontrando
los libros tirados por todos lados.
-
Hyung!
Lo lastimas! – un joven rubio se interpuso entre medio de ambos con los brazos
abiertos. El pelirrojo bufo molesto tirando el celular al suelo haciéndolo
añicos. Paso por el lado de ambos y se fue hasta los sillones en donde se sentó
cruzado de brazos. – estas bien? – pregunto el rubio examinando a Donghae
-
Si
Eunhyuk hyung, gracias – responde un poco adolorido, tocándose el hombro donde
lo habían golpeado.
-
Te
preparé la cena – dice Eunhyuk, cambiando de tema, sonriéndole de forma alegre,
mostrándole una olla con sopa y la arrocera cargada con arroz que humeaba.
Donghae sintió sus tripas moverse en señal de protesta lo que hizo sonreír a
Eunhyuk.
-
Gracias
– dijo sonrojado, saboreándose con anticipación.
-
Ve
a lavarte, cuando vuelvas tendré la mesa puesta – dice el rubio sonriendo,
haciendo un gesto con la mano para indicarle a Donghae que subiera. El pequeño
asintió y corrió escaleras arriba.
-
Lo
consientes demasiado – dice el pelirrojo apoyando sus codos en la mesa de la
cocina, mirando al otro joven recogiendo los restos del celular del suelo,
botándolos a la basura para luego sacar los platos. Eunhyuk lo ignoraba
mientras terminaba de colocar todo en orden sobre la mesa, recordando no
olvidar nada.
-
Tendremos
que comprar uno nuevo – dice Eunhyuk poniendo el arroz y ya terminando su
tarea.
-
No
lo necesita – Hyukjae se da vuelta sobre el banquillo donde estaba sentado,
dándole la espalda. – ni si quiera llama avisando que llegara tarde. Comprar
otro seria un desperdicio - Eunhyuk sonrió divertido. Bordeo la mesa para
pararse frente a él, apoyando sus manos sobre sus hombros.
-
No
te pongas así. Tienes que controlar tu fuerza. Llevamos con él más de 4 años. –
el pelirrojo lo toma de la cintura apegándolo más a él, abriendo las piernas.
Colándolo entre ellas.
-
4
años ya? – dice lamiéndose los labios al verlo tan cerca – tienes que estar
bromeando. – el rubio suelta una suave carcajada antes de inclinarse un poco
para besar a su hermano. – es un niño muy desobediente – susurra sobre la boca
de Eunhyuk haciendo que sonriera divertido.
-
Hyung,
yo también tengo hambre. ¿No crees
que ya fue suficiente? – el rubio hace un puchero a lo que el otro solo asiente
cerrando los ojos para apoyar su cabeza sobre el pecho de Eunhyuk.
-
Que
hacen? – pregunta Donghae curioso, al ver a ambos abrazados de forma amorosa.
Hyukjae se pone de pie mirando enojado al castaño unos segundos para luego
correr la vista.
-
Saldré
a dar una vuelta. Volveré más tarde – dice hablándole a Eunhyuk quien solo
asiente recibiendo un beso en la mejilla de su hermano antes de salir por la
puerta principal dando un portazo. Donghae mira con el ceño fruncido la puerta,
terminando de bajar las escaleras.
-
Ven
a comer – lo llama Eunhyuk, palmeando el banquillo de madera que tenía en
frente, el que estaba siendo ocupado por Hyukjae hace unos momentos. Donghae
camina hacia él sintiéndose extraño.
Luego
de comer, Eunhyuk lo manda a su cuarto a modo de castigo, no dándole permiso
para prender su computadora o la televisión. Había hecho que ambos se
preocuparan por él al no llegar a la hora de siempre después de clases. Donghae
obedeció para no ocasionar problemas. El que Hyukjae estuviera enojado con él
ya era suficiente. No quería que Eunhyuk también se enojara.
****
Hyukjae
llego después de medianoche.
Necesitaba
alimentarse lo suficiente para satisfacer a Eunhyuk, y como era pleno invierno
le fue difícil encontrar victimas, más aun después de prometerle a su hermano
que no mataría a nadie. Y el hecho de que no podía juntarse con esa persona hasta dos días más por no
tener la sangre necesaria, le complico
aun mas las cosas.
Tenía que
beber sangre de mínimo 5 personas para no quedar seco después de alimentar a su
rubia debilidad.
Entró a
la casa en silencio sin prender ninguna luz, no lo necesitaba.
Subió
las escaleras para ir directo a su habitación, pero se detuvo a mitad del pasillo
frente a la puerta de Donghae, su luz estaba encendida.
Se asomo
sigilosamente, metiendo solo la cabeza.
Había
sido muy brusco con el pequeño y tenía que pedirle disculpas por eso o Eunhyuk
no se lo perdonaría.
Donghae
estaba echado sobre el escritorio con varios libros abiertos encima. Al parecer
se había puesto a estudiar y se quedó dormido a medio camino de terminar.
Hyukjae sonrió
un tanto enternecido.
Se
acercó a su lado y con cuidado lo levantó de la silla, tomándolo en brazos. Donghae
de inmediato lo abrazo por el cuello apoyando su cabeza sobre el pecho del
mayor soltando un suave suspiro. El pelirrojo lo dejó encima de su cama, acostándolo
con suavidad.
El
pequeño se acomodo de inmediato murmurando algo entre sueños.
Hyukjae
acaricio su rostro, corriendo un par de mechones.
-
No
vuelvas a preocuparme así - susurro apartándose un poco de su lado. Donghae se removió
en la cama quedando de espaldas.
-
perdóname
hyung... - murmuro entre sueños haciendo al mayor sonreír. Se inclino nuevamente
y lo beso en los labios, apenas rosándolos.
-
Duerme
tranquilo mi pequeño - susurro antes de apartarse del todo.
Salió de
la habitación en silencio y algo pensativo.
Apago la
luz de la lámpara con un gesto de su mano y cerró la puerta.
Ya habían
pasado 4 años juntos. Eso era una eternidad para muchos, pero para él
significaban tan solo unos minutos. Aun no comprendía bien era el por qué su
hermano había decidido adoptarlo. Pero ya que estaba en sus vidas, le era difícil
imaginarse un día sin ese mocoso o pequeño rebelde como le gustaba llamarlo.
Llego a
la puerta de su habitación y de inmediato sintió el aroma a hambre, parecido al
acido, mezclada con vainilla.
Abrió la
puerta y ahí, sobre su cama, estaba un ser idéntico a él en muchos sentidos.
-
Hambriento?
- pregunto Hyukjae quitándose la chaqueta de cuero y tirándola al sofá que
estaba contra la pared, quedando con una playera negra sin mangas y sus jeans
negros ajustados.
Eunhyuk
gruño en respuesta al ver a su hermano caminando hacia él con la mirada cargada
de deseo.
Al
pelirrojo no le sorprendería si saltara encima suyo, le había hecho ayunar por
tres días y ya estaba más que hambriento.
Hyukjae
llego frente al rubio lamiéndose los labios.
Eunhyuk
solo tenía una toalla sobre las caderas. Se había duchado para esperar que su
hermano volviera.
Ese era
el aroma a vainilla que se sentía en el aire.
-
Abre
las piernas - le ordeno el mayor, a lo que el otro obedeció de inmediato.
El
pelirrojo se quito la playera antes de lanzarse sobre la boca de su hermano en
un acalorado beso que fue respondido de igual forma.
Aparto
la toalla que lo cubría y tomo el miembro erguido del rubio para masturbarlo
mientras lo besaba.
Eunhyuk gemía
desesperado. El ayunar también significaba no tener sexo con Hyukjae y eso lo
mortificaba aun mas, colocándolo ansioso.
-
Córrete
para mi - susurro sobre su boca mordiéndole el labio inferior. - Vamos, hazlo -
ordeno el pelirrojo de forma brusca, pasando el pulgar por la punta de su pene.
No
necesito que se lo repitieran una tercera vez.
Abrió la
boca recibiendo la lengua del mayor, chupándola, mientras gritaba de placer. Soltó toda su escancia
en la mano de su hermano y parte de su torso.
Hyukjae
llevo sus dedos a su boca lamiendo parte del semen que tenían para saborearlo
con una sonrisa maliciosa. Luego levanto ambas piernas del rubio, abriéndolo
aun más.
Introdujo
los dos dedos cubiertos de semen y saliva en el ano del menor comenzando a
ensancharlo con diligencia.
-
Ah!
mierda! - exclamo Eunhyuk extasiado, cerrando los ojos. echando la cabeza hacia
atrás. - Ah... hyung...
-
Quieres
más? - pregunto el pelirrojo en tono amenazante. No espero a que le respondiera
e introdujo dos dedos más.
Eunhyuk
respiraba con dificultad. Estaba a punto de correrse nuevamente y Hyukjae no se
lo iba a impedir.
El
pelirrojo comenzó a besar el torso del menor, pasando la lengua de forma lasciva
por sobre sus tetillas, bajando por su abdomen hasta llegar a su erección. La
tomo con su mano libre para llevarla a su boca, chupándola con gula mientras seguía
ensanchándolo con su otra mano.
Eunhyuk gemía
desesperado. Era demasiado el estimulo para sus sentidos y la lengua de Hyukjae
siempre lograba trastornarlo.
Se corrió
con más fuerza esta vez y sin aviso. Gritando el nombre del pelirrojo.
Hyukjae
se aparto limpiándose la boca con los dedos.
-
Eres
exquisito - dijo mirando al rubio que apenas
se movía sobre la cama. - Y eres solo mío - sonrió al ver que su hermano abría
los ojos.
Tenía más
hambre que antes, sus ojos brillaban en la oscuridad y a Hyukjae le daba escalofríos
de emoción el solo pensar en su hermano clavándole sus colmillos y chupando su
sangre.
Podría
eyacular tan solo imaginando aquella escena.
Se sentó
en la cama, corriéndose hasta el respaldo. Eunhyuk aun necesitaba unos segundos
antes de recuperarse por completo.
El rubio
se sentó de golpe sobre la cama, girándose de inmediato hacia su hermano.
Parecía
un depredador por la forma felina en la que se movía.
El
pelirrojo se mantuvo quieto, esperando a que el menor le saltara encima. Cosa
que no tardo en ocurrir.
Eunhyuk
se lanzo al cuello de su hermano con la boca abierta, dispuesto a morderlo.
Pero se arrepintió a mitad de camino.
Quería
torturarlo por tenerlo en ayunas y sin sexo por tanto tiempo.
Lo
abrazo por el cuello, lamiendo su yugular. Omitiendo el hecho que moría de
ganas de morderlo. Siguió lamiéndolo por su torso. Mordiendo con fuerza,
sacando sangre de las heridas las cuales lamia para saborear las gotas de ese
liquido rojo que tanto había ansiado.
Con sus
agiles dedos ya había desabrochado el pantalón y tenía el miembro del pelirrojo
entre sus manos, masturbándolo con suavidad.
Hyukjae
miraba a su hermano embelesado. Amaba sus muecas de concentración o las caras
que ponía cuando planeaba hacer algo malo. Lo amaba por completo.
Subió
una mano hasta el rostro del rubio, desconcentrándolo.
-
Devórame
como quieras, no hay apuro - le susurro tocando sus labios con el pulgar.
Eunhyuk asintió
sonriendo. Para luego cambiar su semblante a una expresión feroz. Aparto de
golpe la mano del pelirrojo azotándola contra el respaldo de la cama.
-
No
me vuelvas a tocar a menos que yo te lo pida! - siseo furioso. Hyukjae sonrió
encantado. - Y para asegurarme que lo hagas... - tomo la playera que se había quitado
el pelirrojo y le amarro las manos al respaldo, dejándolo medio recostado en la
cama con los brazos en alto.
-
Hmm...
esto me gusta – molesto el mayor al rubio, lamiéndose los labios de forma
lasciva. Eunhyuk no lo tomo en cuenta y siguió con su tarea de masturbarlo con
sus manos.
Termino quitándole
toda la ropa, dejándolo desnudo. Le hizo doblar una pierna hacia arriba,
besando su muslo interior. Hyukjae ya sabía lo que iba a hacer. No necesitaba
leerle los pensamientos para saberlo. Su hermano era demasiado predecible para él.
-
Ah!
mierda! - grito el mayor al sentir como Eunhyuk le clavaba los colmillos en esa
carne tan delicada, cerca de su virilidad. - Hmm.. eun..- gimoteo mordiéndose
el labio, moviendo los brazos, intentando soltarse de la amarra que tenía en
sus muñecas.
El
rubio sorbió una buena cantidad de sangre sin dejar de masturbarlo con sus
manos. Paso su lengua con cuidado para cerrar la herida y así seguir su camino,
esta vez mordiendo su cadera.
Ya
podía sentir como el pene de su hermano soltaba un poco de semen debido a la excitación.
Se
montó a horcadas sobre las piernas del pelirrojo, pasando sus manos por
los costados, sintiendo cada musculo y
algunas cicatrices que tenía, parte de su pasado como demonio rojo. Bajo con su
boca hasta su torso, lamiendo una tetilla y tomándola entre sus dientes para
molestarlo. Podía sentir la erección de su hermano en su trasero, caliente y
palpitando. Su propia erección estaba ya bastante dura y sabía que si hacía que
lo penetrara ahora eyacularía al instante.
-
Eres
tan hermoso – susurró Hyukjae mirando a su hermano sobre él. Tenía un brillo en
los ojos mientras lo observaba.
-
Lo
soy? – preguntó el rubio subiendo sus manos hasta las muñecas de su hyung para
desatarlas.
-
Lo
eres – aseguró el pelirrojo, enderezándose al instante, abrazando a Eunhyuk y
enterrando su cabeza en la curvatura de su cuello y hombro. El rubio soltó una
risita al sentir la lengua de su hermano sobre su cuello – quiero follarte
hasta dejarte inconsciente – declaró besando los labios de Eunhyuk, succionando
el inferior.
El
rubio ni si quiera tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió como lo empalaban.
Aun estaba sentado sobre su hermano y su miembro se enterraba profundamente en
su interior.
-
Móntame
– pidió Hyukjae dejando de abrazarlo para acomodarse sobre la cama, apoyando su
espalda en el respaldo. Eunhyuk comenzó a moverse, un poco torpe en un
comienzo, pero luego tomando el ritmo. Apoyo sus manos sobre el torso del
pelirrojo para sostenerse mientras se penetraba a sí mismo con un poco de
dificultad.
Hyukjae
usaba todo el autocontrol que poseía para no moverse. El tener a su hermano así
sobre él lo estaba volviendo loco. Sabía que él no había bebido la sangre
suficiente, pero lo único que quería ahora era hacerlo gritar de placer. Se
mordió el labio con tanta fuerza que un pequeño hilo de sangre corrió por su
mentón, cayendo un par de gotas sobre sus clavículas. Eunhyuk lo miro de
inmediato. Sus ojos brillaban de hambre al sentir el aroma a sangre y sus
colmillos se alargaron. Eso ya toco su límite.
Derribó
al rubio sobre la cama levantándole una pierna, llevándola hasta su hombro,
embistiéndolo con fuerza. Eunhyuk gemía descontrolado, removiéndose en la cama
sin poder contenerse. Se vino en unos segundos gritando con fuerza, pero
Hyukjae no dejó de embestirlo. Bajo la pierna del rubio sosteniéndola hacia un
lado. Con la uña de su mano se hizo un corte en el cuello en donde la sangre
comenzó a manar, manchando su torso y cayendo sobre la cara del menor. Eunhyuk
se acerco de inmediato abrazándolo por los hombros para sostenerse, lamiendo la
sangre y la herida de forma desesperada. Cuando la herida se cerró, el rubio enterró
sus colmillos gimiendo de gusto al recibir una gran cantidad de sangre en su
garganta. El pelirrojo gruño de placer, moviéndose aun más rápido dentro de su
hermano alcanzando el clímax. El estar penetrándolo y que Eunhyuk lo mordiera
era su fetiche máximo. Se vino con fuerza tomando el pelo del menor para
separarlo de su cuello y así besarlo con ansias. Aun tenía el sabor metálico de
la sangre en su boca.
Eunhyuk
respiraba con dificultad, pero aun se sentía hambriento de sangre.
Hyukjae
se salió de dentro de su hermano tomándose el cuello, aun tenía la herida
abierta de los colmillos y eso le encantaba.
Bajo
de la cama y fue hasta un mueble en donde saco algunos objetos que llevo de
vuelta. Eunhyuk los miraba emocionado. Unas esposas y una venda para los ojos.
El pelirrojo tomo la venda y se la puso a su hermano.
Esto
recién comenzaba.
***
Donghae despertó
temprano sintiendo su cuerpo reposado. Hace tiempo que no descansaba tan bien.
Se metió
a la ducha y se cambio de ropa, colocándose el uniforme escolar.
Bajo las
escaleras sintiendo de inmediato el aroma a comida.
Así era
como comenzaban todas sus mañanas.
Eunhyuk
estaba en la cocina preparando el desayuno para todos y Hyukjae sentando en su sillón
favorito, negro y de cuero, cambiando los canales de tv. viendo todas las
noticias del mundo y el periódico del día abierto en la mesa de centro.
Según
Donghae sabia, los gemelos manejaban una empresa internacional y es por esto
que Hyukjae veía tanto las noticias. Necesitaba saber que ocurría en el mundo
para poder mantener la empresa a flote.
Dejo su
mochila en el sofá de tres cuerpos que estaba junto a Hyukjae y caminó hasta la
cocina para ayudarle a su hyung rubio.
-
A
mí no me saludas? - pregunto Hyukjae volteándose levemente para mirar sobre su
hombro.
Donghae
se detuvo de golpe sintiendo sus mejillas teñirse de rojo. Miro a Eunhyuk y
este sonreía haciéndole un gesto afirmativo para que lo hiciera.
El
pequeño suspiro nervioso y se devolvió unos pasos hasta quedar detrás del sofá
del pelirrojo. Vio como este estiraba una mano hacia el lado sin dejar de ver
la pantalla.
Donghae cerró
los ojos y la tomo.
Estaba
tibia y suave. Cosa inusual en él. Para Donghae el mayor era un ser frio y
lejano. Por más que el pequeño se acercara, el pelirrojo se encargaba de crear
una gran barrera entre ambos. Lo que no era igual con el rubio. Con él si se sentía
a gusto y bienvenido.
Le hizo
dar la vuelta al sillón colocándolo frente a él, tomando el mando del plasma
que colgaba en la pared para ponerle mute.
Donghae podía
contar con los dedos de sus manos las veces que había visto a Hyukjae de frente
y tan cerca. Y la mayoría había sido para regañarlo por algo. Pero no por eso
dejaba de admirar la belleza de su rostro y de sus facciones afiladas junto al
extraño color celeste de sus ojos. Iguales a los de Eunhyuk pero a la vez mas fríos
y distantes.
-
Hyung,
yo...- comenzó a decir, siendo interrumpido por la mano del mayor acariciando
su mejilla.
-
Relájate,
no te voy a morder - dijo esbozando una suave sonrisa. A Donghae le pareció
escuchar una maldición por parte de Eunhyuk, pero estaba muy lejos como para
saber si había oído bien. - Ayer nos preocupaste mucho - dice el pelirrojo
apartando su mano del rostro del pequeño.
-
Lo
siento Hyung, no fue mi intención preocuparlos así - Hyukjae asentía en
silencio. Percibía el nerviosismo de Donghae y eso le gustaba.
-
Está
bien, no fue tu culpa después de todo y yo también me disculpo por perder el
control. - El pequeño lo miraba con detenimiento un tanto sorprendido. No era común
el que Hyukjae se comportara de esta forma. – Toma - dijo sacando una caja de
la nada colocándola frente a sus ojos.
Donghae
la tomo con cuidado destapándola. Dentro venia un celular nuevo y más moderno
que el que tenía antes.
-
Pe...
pero..- balbuceo el pequeño sin palabras.
-
Tiene
GPS - dice Hyukjae guiñándole un ojo, poniéndose de pie para ir a la cocina. El
desayuno estaba listo.
Donghae
miraba atónito el inusual regalo en sus manos, aun sin saber cómo reaccionar.
-
Hae,
ven a desayunar - le dijo Eunhyuk, corriendo la silla en la que el pequeño
siempre se sentaba, palmeando el asiento con una sonrisa cómplice.
El
castaño camino con torpeza hacia la mesa. Dejo la caja a un lado tomando sus
palillos para comenzar a comer.
-
Sungmin
se paseaba en su habitación como animal enjaulado.
Todos
los "Juguetes" nuevos que adhería a su colección terminaban por
aburrirle.
Sintió unos
leves golpes en su puerta, un mayordomo delgado y canoso entró con unas bolsas
de basura vacías en las manos.
-
Saca
esto de aquí! Rápido! - ordeno apuntando hacia el gran ventanal que tenia al
lado derecho de su cama, cerca de su biblioteca personal.
Ahí había
dos cuerpos sin vida de unos gemelos de no más de 17 años. Uno de ellos tenía
el pelo rubio oxigenado y el otro tenía el pelo de un rojo intenso.
El
mayordomo se acerco a los cuerpos y con gran habilidad metió a cada uno dentro
de las bolsas de basura que cargaba.
-
Llévalos
al sótano e incinéralos - dijo Sungmin, sentándose en el borde de su cama de
brazos cruzados.
El
hombre canoso le hizo una leve venia y se retiro, cargando con ambos cuerpos
como si pesaran menos que bolsas llenas de plumas.
El
moreno se tiro sobre su cama exhausto.
Odiaba
el no poder encontrar un par de gemelos que llenaran sus expectativas.
-
Pasa
y no digas nada, ya estoy harto - dijo enderezándose de golpe.
Frente a
él estaba Siwon, un joven alto y de apariencia distinguida. Todo un caballero
para ponerlo en palabras simples. Vestía un traje negro confeccionado a su
medida, como todos los que usaba.
Actualmente
era el juguete favorito (y único) de Sungmin.
-
Que
ocurrió? - Pregunto mirando a Sungmin de forma seria. Podía sentir el aroma a
sangre fresca en el ambiente.
El más
bajo lo miro enfadado a lo que el otro bajo los ojos de forma obediente.
Sungmin sonrió
complacido.
-
Por
qué no puedo encontrar juguetes como tú? Esta generación está podrida! -
exclamo poniéndose de pie, caminando hacia Siwon.
-
Los
gemelos no fueron lo que esperabas? - pregunto el pelinegro alto mirando a
Sungmin de reojo.
-
Podridos
- bufó al llegar a su lado.
-
El
rubio era un poco lindo - murmuro el más alto, mirando hacia el ventanal de
donde provenía el aroma a sangre fresca.
-
Jamás
encontrare algo decente en esta época - Alzo una mano tocando el mentón de Siwon,
haciendo que lo mirara. - Hace cuanto no te alimentas?
-
Cuatro
días y contando – soltó sonrojándose un poco. Estaba famélico pero su voluntad seguía
intacta y eso a Sungmin le encantaba.
-
Excelente.
- esbozó una tierna sonrisa - Mereces un premio - dijo el mayor por siglos de
los dos, lo tomó de la mano para
acercarlo a la cama. Siwon lo siguió en silencio.
Sungmin
era un vampiro con más de 300 años de existencia. Tan sádico como su reputación
le precedía. Tomaba a jóvenes inocentes para formar su harén personal y cuando perdía
los estribos esos pequeños esclavos se reducían en cantidad.
Era bien
conocido dentro de la raza. Pero gracias a su edad nadie se atrevía a decirle
nada. Más aun después de saber que él había creado al famoso "demonio
rojo".
Los demás
hermanos preferían dejarlo con sus locuras de viejo y su colección de cuerpos jóvenes.
Siwon se
sentó en el borde de la cama con Sungmin frente a él desabotonándose la camisa
blanca de algodón con cuidado, exponiendo aun mas su cuello y parte de su pálido
torso.
Siwon sintió
como sus colmillos se alargaban. Tenía hambre y el ver a Sungmin así
incrementaba sus ansias de beber de aquel líquido que lo alimentaba más que
cualquier plato de arroz.
-
Tómame
- ordeno Sungmin acercándose mas a él, colocándose entremedio de sus piernas.
Siwon
siseo hambriento, tenía los ojos brillantes. Incapaz de contenerse aun más,
acerco su boca al cuello de Sungmin enterrando sus colmillos, rasgando la
carne.
La
sangre no tardo en manar en buena cantidad llenándole la boca. Comenzó a tragar
de forma lenta y pausada, gimiendo de éxtasis.
Sungmin
se mantuvo quieto por unos momentos, esperando a que el otro bebiera un poco,
para luego tomar una de las manos del más alto y colocarla sobre su cadera.
Siwon paro
de beber sintiéndose lleno. Había vuelto a ganar color en su rostro y sus ojos
no brillaban con tanta fuerza. Acerco su boca a la clavícula del mayor besando
y mordiendo con suavidad, bajando por su pecho mientras que con sus manos
terminaba de desabotonar por completo la camisa que lo cubría. Una vez abierta
por completo, la deslizo por sus brazos dejándola caer al suelo. Luego se deshizo
de sus pantalones, dejando a Sungmin completamente desnudo frente a él.
-
Tómame
– volvió a repetir el mayor con una voz ronca, estirando una mano para tocar el
rostro de Siwon.
A Sungmin
le gustaba el sexo brusco y eso Siwon podía dárselo sin problemas ya que no sentía
nada por él más que lujuria y hambre por su sangre. Sabía que el mayor lo seguía
manteniendo con vida por esto, era para lo único que le servía con eficiencia y
sin cansarse. A cambio lo recompensaba con su sangre, cosa bastante valiosa
debido a los años que tenia.
Sungmin sabía
que Siwon seguía en contacto con Hyukjae después de esa noche en que lo envió a
capturar a Eunhyuk. Sabía que el amor que Siwon profesaba por Hyukjae algún día
le serviría para recuperar al gemelo rubio. Pero debía jugar bien sus cartas
esta vez y ya tenía un plan armado para llevarlo a cabo.
Cuando Siwon
despertó en la cama de Sungmin, encontró una nota con instrucciones. Debía ir
al instituto Hansung en búsqueda de un alumno llamado Cho Kyuhyun.
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