jueves, 10 de mayo de 2018

[Oneshot] Between Heaven and Hell {EunHae}




SUMMARY: Lo único que lamentaba dejar atrás era a su hermano, hermanastro a decir verdad. Hijo de la esposa de su padre con la que se caso luego de separarse de su madre. Su madre, una mujer de clase baja que se caso enamorada entregándole prácticamente su vida al hombre que amaba para que la abandonara así, de la noche a la mañana al ser rechazada por la familia de este, quitándole al hijo que habían tenido ambos fruto de su amor verdadero. Murió al poco tiempo. Algunos dijeron que de pena, otros decían que la habían asesinado para que no hablara. Donghae nunca llego a conocerla realmente. Era demasiado pequeño cuando la vio por última vez como para recordarla.



Título del fanfic: Between Heaven and Hell
Parejas: EunHae, HyukHae
Tipo: Yaoi
Género: Angst, drama
Clasificación: PG-13
Comentario Autora: ando random y recuperando las ganas de escribir xd. Tiene final abierto :D
sin dedicatoria a nadie mas que a mi, para darme animos de seguir escribiendo aun que sea estas cosas random.
El fic fue inspirado por una cancion de Boa con el mismo titulo que fue parte del ost del kdrama Shark.
Aqui esta el mv con subs en español para quien le interese :D





Between heaven and hell

Donghae había vuelto a su hogar después de mucho tiempo, encontrando todo igual a cuando se había ido. Los mismos muebles, el mismo papel mural y todo correctamente puesto en su lugar.

Al cumplir la mayoría de edad decidió irse a vivir solo, lejos de su familia. Sentía que si se quedaba un segundo más con ellos iba a enloquecer.

Su padre, dueño de una importante empresa, quería meterlo en el negocio familiar. Pero Donghae no quería eso, él quería vivir su vida de forma diferente, sin estar regido por esas reglas tan extrañas que lo estrangularon cada día mientras estaba bajo el mismo techo que ellos.

Lo único que lamentaba dejar atrás era a su hermano, hermanastro a decir verdad. Hijo de la esposa de su padre con la que se caso luego de separarse de su madre. Su madre, una mujer de clase baja que se caso enamorada entregándole prácticamente su vida al hombre que amaba para que la abandonara así, de la noche a la mañana al ser rechazada por la familia de este, quitándole al hijo que habían tenido ambos fruto de su amor verdadero. Murió al poco tiempo. Algunos dijeron que de pena, otros decían que la habían asesinado para que no hablara. Donghae nunca llego a conocerla realmente. Era demasiado pequeño cuando la vio por última vez como para recordarla.

Entro por la gran puerta de madera cargando un bolso y una maleta. Una vieja sirvienta salió a recibirlo, saludándolo con cariño. Donghae le sonrió sincero, dejando las cosas en el suelo mientras entraba hasta la sala.

-          Su padre está en el despacho joven amo – dijo la amable viejita, hablándole con cariño. Llego otro sirviente, más joven, para tomar las maletas del suelo y ayudar a cargarlas hasta la antigua habitación de Donghae.
-          Gracias nana, iré enseguida – respondió sin mirarla, estaba concentrado observando las fotos que estaban ordenadas sobre la chimenea.

Fotos de él cuando pequeño junto a su padre, luego con su nueva esposa e hijo. Foto familiar de los 4 juntos sonriendo a la cámara. Tomo el siguiente marco sonriendo con nostalgia. Él junto a su hermano en su primer día de clases, tenía tomada su mano y una sonrisa de felicidad infinita adornaba su rostro. La volvió a dejar en su lugar, pasando a la siguiente.

Abrió los ojos sorprendido. No podía ser cierto.

-          Donghae? – una voz lo hizo saltar sorprendido, volteándose de inmediato. No pudo evitar emocionarse cuando lo vio, sus ojos llenándose de lágrimas al instante. Habían pasado demasiados años desde que lo vio por última vez. Quería correr a echarse en sus brazos y así lo hizo.

-          Hyung!! – exclamo en cuanto llego a su lado, abrazándolo fuerte por el cuello, sintiendo como los brazos de él también lo rodeaban apretándolo contra su cuerpo, temblando ligeramente.


-          Déjame mirarte  - pidió con voz emocionada, tomando el rostro de Donghae entre sus manos para mirarlo. Sonreía feliz. Pequeñas arrugas formándose en sus ojos al achicarlos de esa forma. – no sabes cuánto te extrañe, mi pequeño rebelde – dijo, volviendo a abrazarlo, tirando un brazo por sobre su hombro para acercarlo a él. Donghae hundió su rostro sobre su pecho aspirando su aroma. Seguía oliendo igual aun que ahora usara traje de gerente. Su corazón latía desbocado, palpitando hasta sus oídos. – ven, vamos a sentarnos. Papá está en una conferencia ahora así que será mejor si no lo molestas aun. – tomo su mano llevándolo hasta el sillón de dos cuerpos color crema, sentándose e instándolo a que se sentara a su lado. Donghae no quería que soltara su mano – supongo que volviste para quedarte – dijo en tono de reproche, pero con una sonrisa.

-          Claro que si hyung, volví y espero quedarme. Aun que todo depende de si nuestro padre no se pone en el mismo plan a cuando me fui – miro la mano de su hermano, subiendo la vista de apoco por su brazo hasta llegar a su rostro. Ese color castaño en su cabello se le veía bien, aun que nada se le vería tan atractivo como cuando se lo tiño de rojo. Al solo recordarlo le daba escalofríos.

-          No te preocupes, ya se calmo. Los negocios van bien y me tiene a mí para hacer el trabajo extra – sonrió apoyando su otra mano sobre la de Donghae, acariciándola levemente. – me hiciste falta, sabes? – su tono de voz cambio un poco. Donghae no supo cómo interpretarlo, pero al mirar hacia el frente volvió a ver esa foto que le había perturbado.

-          Hyung, tu… te casaste – dijo volviendo su vista al rostro de Hyukjae, su hermano 4 años mayor que él ya había sentado cabeza. Bajo su vista hasta su mano izquierda donde lucia el anillo de bodas color plateado. Hyukjae aparto su mano de inmediato, como intentando esconderla. – te casaste – volvió a repetir, poniéndose de pie, caminando hasta la foto para apuntarla – quien es ella? – pregunto un poco mas alterado de lo que realmente quería sonar.

-          Fue.. fue un matrimonio arreglado – dijo Hyukjae sonriendo con tristeza – Pero ven acá, siéntate conmigo, cuéntame que has hecho durante todos estos años – pidió estirando su brazo hacia Donghae para que tomara su mano. Pero él estaba molesto. Su hyung había roto la única promesa que habían hecho antes de que se fuera.

-          La amas? – pregunto sin si quiera mirarlo. Observaba la foto con detenimiento queriendo romperla en pedazos. Se sentía traicionado.

-          Donghae.. yo..-

-          Oh! Pero quien es este joven? – la voz de una mujer los interrumpió. Donghae la miro con detenimiento notando que era la misma de la fotografía. Con su pelo rubio, esbelta y cara pequeña. Era hermosa.

Miro a su hyung con rabia empuñando su mano. Se lo había prometido, pero al parecer las promesas no significaban nada para él. Tomo aire intentando relajarse. Recién había vuelto, no podía hacer un escándalo de la nada.

-          Hola – la saludo, sonriendo. Esa sonrisa falsa que había aprendido a poner cada vez que tenía que enfrentar a su padre y hacer algo que no quería. – soy Donghae, supongo que sabes quién soy – dijo sin dejar de mirarla fijamente, estudiándola. Ella se sorprendió unos segundos y luego una gran sonrisa apareció en su rostro.

-          Donghae! – exclamo aun sorprendida – sabía que volverías hoy, pero no nos habían dicho a qué hora! Vaya, esto sí que es una sorpresa, no crees querido? – le hablo a Hyukjae, suavizando la voz al pronunciar lo último, haciendo a Donghae crisparse aun mas.

-          Si, también me pillo de sorpresa. Pero es una bonita y alegre sorpresa que me hace muy feliz – puntualizo su hermano, mirándolo, esperando a ganar su aprobación con lo que decía, pero Donghae lo ignoraba. Estaba enojado, molesto y no se le iba a pasar con unos cuantos halagos.

-          Yo tampoco sabía a qué hora saldría mi vuelo hasta que llegue al aeropuerto, supongo que es una sorpresa para todos – dijo acentuando su sonrisa – supongo que tendré que decirte cuñada? – pregunto, sorprendiéndose al ver como la joven se sonrojaba ligeramente, mirando a Hyukjae y caminando hasta él para sentarse a su lado. Mierda. Recién había llegado y ya se quería ir.

-          Claro, dime cuñada o Sunji, como quieras – respondió la joven, tomando la mano de Hyukjae a lo cual el mayor no se negó e incluso la miro con una sonrisa que revolvió el estomago de Donghae. Quizás ahora sería bueno subir a su cuarto a desempacar o a meditar si era buena idea quedarse después de todo.

Se puso de pie de forma rápida. Si iban a comenzar a demostrar su afecto delante de él no sería capaz de soportarlo. Miro a su hermano unos segundos antes de correr la mirada hasta su ahora cuñada, sonriéndole de forma cínica, enseñándole todos sus dientes.

-          Iré a mi habitación – informo comenzando a caminar – estoy cansado por el viaje y supongo que papá estará ocupado hasta tarde con los asuntos de la empresa. Así que lo veré en la cena. – apuro el paso antes de que alguno de los dos lo detuviera, de verdad no quería estar allí más tiempo.

Llego hasta la escalera mirando hacia la pareja una última vez antes de subir.

Era la peor noticia que pudo recibir en cuanto volvió a su hogar luego de 7 años. Pero en parte era su culpa al haber desaparecido así sin más. No pudo recibir la noticia con anticipación para por ultimo haber asistido a esa boda y quizás detenerla.

Pero aun así, su hermano le había prometido que lo esperaría. Eso era lo que más le alteraba. Más que la noticia en sí. Porque él, a diferencia de Hyukjae, si había mantenido esa estúpida promesa. Porque ahora era estúpida al ser solo él el que la mantuvo durante todo este tiempo.

Se tiro sobre su cama cerrando los ojos. Todo seguía igual en su cuarto. Al parecer esperaban a que volviera alguna vez ya que ni si quiera habían despegado los posters de grupos de música de las paredes ni movido sus autos de juguete de los estantes. Sentía nostalgia al estar de vuelta en su viejo cuarto con sus cosas de esa época. Era como si el tiempo se hubiese detenido allí dentro y al volver a entrar ahora era el Donghae de 18 años nuevamente, pensando en escapar de su casa. Abandonando a su familia y a ese amor imposible, dejando todo atrás.

No se dio cuenta de que se había quedado dormido hasta que una mano sobre su rostro lo despertó. Por unos segundos se sintió aturdido sin saber donde se encontraba, pestañeando pesado, mirando ese rostro familiar que le sonreía enternecido.

-          Hyukkie? – pregunto volteándose sobre la cama, acostándose de lado, estirando una mano para tocar a su hermano que sonreía aun mas al escuchar ese apodo tan tierno que solo él le decía.

-          Sí, estoy aquí. Estas aquí – dijo acariciando la mejilla de Donghae con suavidad, soltando un suave suspiro – no sabes cuánto te he extrañado. – Donghae sonrió ante su caricia, cerrando los ojos, apoyando una mano sobre la de él. Cuando de pronto recordó que no estaba en el pasado, había llegado hoy y él, él era un traidor. Aparto su mano con fuerza enderezándose sobre la cama al sentarse. Se estiro un poco antes de ponerse de pie.

-          Esta lista la cena? – pregunto sin mirarlo, arreglándose la ropa y pasando sus manos por su cabello para ordenarlo un poco. Vería a su padre ahora y debía estar presentable.

-          Donghae..

-          Vamos entonces, no hay que hacer esperar a nuestro padre – camino hasta la puerta, abriéndola pero de golpe fue cerrada antes de que él saliera por ella. Se volteo sorprendido para mirar a Hyukjae que seguía con la mano apoyada contra la puerta, acorralándolo contra ella. – que haces? – pregunto alterado, sintiendo como su hermano se acercaba mas a él.

-          Escúchame por favor, te explicare lo que ocurrió pero no te comportes así conmigo.

-          Explicar qué? Que no sabes mantener promesas? No gracias, me quedo bastante claro al ver esa foto de matrimonio. Supongo que tu cuarto debe estar lleno de ellas también. – hizo un gesto de asco que Hyukjae pudo apreciar bien a pesar de estar el cuarto en penumbras. – ahora déjame en paz que no volví por ti – lo empujo hacia atrás, apoyando sus manos sobre el pecho del mayor y este aprovecho para tomarlo de las muñecas, inmovilizándolo.

-          Es eso cierto? O solo lo dices para lastimarme?

-          Lastimarte? Por favor hyung! Déjame tranquilo. Tu eres el que me lastimo a mí, que no ves?? Está embarazada? Así puedo terminar de matarme de una vez al saber que estas cogiendo con ella como conejos. – se apego más hacia la puerta cuando su hermano sostuvo sus muñecas con fuerza, lastimándolo un poco.

-          No, no lo está. Pero quiere quedar embarazada – dijo con una sonrisa burlona al ver la cara que había puesto Donghae – aun me amas –a firmo apegándose a su cuerpo, metiendo una rodilla por entre sus piernas. – me amas – volvió a repetir esta vez cerca de su rostro. Su aliento golpeando la mejilla del menor. – mierda, Donghae. – bramo abrazándolo por la cintura, devorando su boca en un beso fogoso que Donghae recibió con sorpresa, respondiéndolo igual de apasionado, colando sus brazos por su cuello, abriendo la boca para recibir su lengua y frotarla con la propia.

Era un sabor conocido y que había extrañado, junto con esos suaves quejidos que hacia Hyukjae cada vez que él movía sus caderas para apegar más sus cuerpos al besarse así.

         te amo, te amo – jadeo sobre su boca, tomado su rostro entre sus manos volviendo a besarlo – jamás he dejado de hacerlo. Donghae, tu eres el único para mí – lo beso con más lentitud, disfrutando de los labios del menor, de su lengua y saliva que siempre fueron como una droga para él. – perdóname por favor, yo no quería… - se aparto de su lado con brusquedad, pasando una mano por su cara y pelo sin saber que hacer – no tuve opción! – dijo desesperado – intente ponerme en contacto contigo muchas veces para pedirte que volvieras! Si hubieras estado aquí… - murmuro apenado, sintiendo ganas de llorar. Pero no lo haría.

-          Hyukjae.. – Donghae se acerco a su hermano, tomándolo del chaleco abierto que estaba usando, haciendo que lo mirara. Sentía su desesperación, pero aun así ya no había nada que hacer. Él estaba casado y formaría una familia aun que ambos siguieran amándose igual que antes. Quizás no había sido buena idea después de todo el volver.

El mayor lo abrazo con fuerza, al igual que en la mañana, temblando ligeramente al tener a Donghae entre sus brazos una vez más. Y Donghae no podía sentirse más feliz al estar en los brazos de su hermano nuevamente.

Todos los días se había prometido olvidarlo, seguir adelante con su vida después de que se fue de la casa. Pero en su mente siempre estuvo presente la promesa que se habían hecho. Como si eso lo hubiera amarrado de por vida aun mas a Hyukjae.

Lo mismo fue para Hyukjae.

A pesar de haberse casado por arreglos de su padre para mejorar el negocio familiar. En su corazón solo existía Donghae. Seguía esperando por él aun que no sabía si algún día volvería a su lado o no. Hubo días en que se prometía olvidarlo, ser feliz junto a su esposa pero no podía renunciar a él. Simplemente le era imposible hacerlo.

-          Tenemos que bajar – dijo Hyukjae, acariciando la espalda de Donghae con sus manos, recorriéndola desde sus hombros hasta su cintura. Seguían abrazados pero ahora Hyukjae estaba contra la puerta sosteniendo a Donghae entre sus brazos. Tenían los labios hinchados de tantos besos que se habían dado, como recuperando el tiempo perdido al estar separados.

-          Que haremos ahora? – pregunto Donghae inclinándose nuevamente para besarlo, mordiendo su labio inferior. – vivirás una doble vida? – sonrió burlón.

-          Si con eso te puedo mantener a mi lado siempre, sí. Espera un año más y me separare de ella. Podremos huir o hacer lo que tú quieras – dijo llevando sus manos hasta el trasero del menor para apretarlo, disfrutando de su suave quejido. Sí, recuperarían todo el tiempo perdido y luego vivirían felices después de ese año o eso esperaba.

Donghae pareció meditarlo unos segundos. Un año no sonaba a tanto tiempo, había pasado siete años sin Hyukjae. Un año soportando el tener que compartirlo a medias con su esposa no tenía que ser un problema, además, siempre podían enviar todo al cuerno y huir del país.

Sería como vivir entre el cielo y el infierno a la vez. Pero mientras estuviera con Hyukjae nuevamente todo valdría la pena.

-          Bajemos – dijo Donghae, separándose de su hermano, ayudándose mutuamente a arreglarse la ropa.

Iba a ser un largo año y recién estaba comenzando el invierno.

Fin.

1 comentario:

MonkeyP dijo...

OMG Que es esto?? Que se dejen llevar de esa forma sin importar el que, ammo ese estilo de Eunhae lol
Y omg! Amo esa cancion! Es la razon por la cual decidi verne Shark y no me arrepiento, ese drana fue denasuado para mi hahaha
Anyway, me encanto esta cosa que hiciste!