viernes, 25 de septiembre de 2009

[Chapter fic] Teach Me! {Donghae x Chica}

Capitulo 17

Donghae había perdido todas las esperanzas de que su vida amorosa diera un giro y así dejar de estar solo. No podía echarle la culpa a Brian. No. Él era el único culpable de lo que le estaba pasando ahora. Dejo a Hanbyul sola una vez más al escuchar que Lee Bom estaba mal y eso le dio para pensar que quizás Hanbyul no era la respuesta a esta duda que tenia instalada en su corazón. Pero ¿Cómo saberlo? No podía arriesgarse nuevamente y utilizar a sus dos “amores” para saciar su curiosidad. No podía y no debía. No después del caos que ocurrió al traspasar la delgada línea de la moral que lo separaba de ser un profesor a un hombre con las hormonas revolucionadas. ¿Pero que podía hacer? Lee Bom no asistía a clases y no se atrevía a confrontarla en su casa y Hanbyul si pudiera arrancarle los ojos con la mirada de furia que le daba hace rato que ya estaría ciego.

- Estoy hecho un lio – murmuro revolviéndose el cabello mientras suspiraba.

Estaba en una cafetería del centro esperando a un amigo de la universidad que lo había llamado. Era sábado en la mañana y necesitaba distraerse. Todos estos pensamientos lo tenían abrumado. La llamada de su amigo le había caído del cielo ya que no quería molestar a Brian nuevamente. Él también necesitaba un descanso.
Tomo un sorbo de su café, mientras miraba por la ventana. Era un día agradable, pronto llegaría la primavera así que ya no hacia tanto frio.
Una moto se estaciono cerca de la ventana en donde estaba. En ella venían montados dos jóvenes, un hombre y una mujer. En cuanto se detuvo la moto, la chica bajo de ella quitándose el casco. Donghae escupió un poco de su café que recién había bebido al ver el rostro de la joven que ahora se desamarraba la cola de caballo, dejando caer su pelo de forma delicada sobre sus hombros y rostro. Era Hanbyul. Estuvo a punto de pararse y salir a hablar con ella. No podía creer que estuviese ahí. Pero se detuvo en la mitad del gesto de levantarse al ver como el otro joven también se bajaba quitándose el casco. Ella le sonrió de forma alegre y coqueta haciendo que su sangre hirviera de rabia. Le entrego el casco en las manos y él aprovecho de acercarse y hacerle cariño en la cara. Ella sonrió avergonzada bajando la mirada. Donghae no daba crédito a lo que veía. ¿Hanbyul con otro? Y haciéndole esos gestos que pensaba que solo él lograba sacar en ella. Apretó los puños con fuerza, sintiendo una oleada de celos apoderarse de sus sentidos. Tenía los dientes apretados para no gritar y en su rostro una mueca de enojo que asustaba a cualquiera. El sonido de la silla que estaba frente a él lo asusto, haciendo que se girara con cara de sorpresa a mirar quien estaba frente a él. Era su amigo que había llegado y ahora se sentaba en la silla, sonriendo ante el gesto de sorpresa que había puesto Donghae.

- Sé que no nos hemos visto hace mucho, pero no es para que pongas esa cara.- dijo acomodándose sobre la silla, cruzando sus manos sobre la mesa.
- Kibum! – Exclama cambiando su expresión a una sonrisa. Él aludido también le sonríe de vuelta – Lo siento, me asustaste. – Dice volviendo lentamente a mirar por la ventana. Hanbyul aun seguía allá afuera conversando con ese joven desconocido. Solo le veía la espalda.
- Que miras con tanto interés? – pregunta su amigo, volteándose a mirar también – Vaya vaya, quien es la belleza? – dice sonriendo. Donghae deja escapar un largo suspiro. Kibum se da vuelta a mirarlo sorprendido – Pero mira como te tiene! Hace mucho que no te escuchaba suspirar de esa manera
- Es una larga historia hyung – dice fijando su vista en los dos que aun seguían afuera.
- Me la contaras? – pregunta interesado.
- Quizás, pero primero dime que hizo que me llamaras después de tanto tiempo? – interroga Donghae sonriendo feliz. Los dos no se habían vuelto a ver después del gran desastre amoroso que había tenido a Donghae en su primer intento de formar su familia con la que creía que era el amor de su vida. Él era un amigo de su universidad, era un año mayor que él.
- Pues, te extrañaba – confeso Kibum avergonzado – quería que arregláramos las cosas entre los dos, después de lo que ocurrió… no volvimos a juntarnos – dice con tono de tristeza al mirar a Donghae. Este sigue mirando por la ventana demasiado intrigado.

Hanbyul y el otro joven se iban a otro lugar, dejando la moto estacionada ahí. Solo necesitaba esperar a que volvieran para exigir una explicación de lo que estaba ocurriendo. Se sentía con el derecho de pedirla. No podía ser posible que ella ya lo hubiese cambiado por otro. Aun que Brian le había dicho que si no se daba prisa otro tomaría su lugar y todo apuntaba a que eso era lo que estaba ocurriendo. Pero deseaba con todo su ser que no fuese así. Hanbyul le pertenecía y no podía estar con otro. No. No permitiría que alguien más se la robara sin antes pelear por ella.

- Donghae? – Kibum mueve una mano frente a su rostro, despertándolo del trance.
- Hyung! Lo siento – dice apenado, rascándose la nuca
- Tienes tu mente en otro lugar
- Si… últimamente estoy muy distraído. Discúlpame.
- Está bien – dice Kibum sonriendo – Pero dime, ¿Ella te corresponde esta vez? – Donghae asiente sonriendo, mirando su taza de café.
- Como te dije, es una larga historia – vuelve a suspirar – creo que solo las he hecho sufrir.
- Las? – Kibum lo mira sorprendido – Espera! Tu?! Y como? Si eres el hombre más bueno del mundo! Y que es eso de “Las”? Explícame – Donghae suelta una risotada.
- Creo que el tiempo de verdad me ha cambiado – Kibum asiente mirándolo fijamente.
- Pero cuéntame la historia. Supongo que no te moverás de aquí hasta que esos dos vuelvan. O me equivoco? – Donghae sonríe mirando su tazón. Kibum llama a una mesera y le pide una taza de café con leche esperando a que su amigo comenzara a relatar su historia.

Donghae comienza a hablar, contándole sobre su llegada a la escuela y el cómo las conoció. Al principio solo se sentía atraído platónicamente por ambas. Era algo nuevo en su vida y hace tiempo que no le había gustado nadie. Pero todo empeoro cuando sus emociones comenzaron a jugarle malas pasadas. Hasta llegar al caos de los primeros besos y ahora estaba aquí sin saber qué hacer.

- Que te dice tu corazón? – pregunta Kibum en tono serio.
- Ese es el problema, no me dice nada coherente. Ahora mírame! Estoy como loco viendo a Hanbyul saliendo con otro. Y yo que pensaba que me había equivocado en mi decisión…
- Si que tienes un problema… - murmura Kibum pensativo.
- Ni me lo digas hyung – Donghae apoya su cabeza sobre su mano y se puso a mirar por la ventana, ya habían pasado dos horas y Hanbyul aun no volvía.

*****

El viernes en la noche recibí una llamada de Gabriel para que nos juntáramos el sábado en la mañana. Me había prometido toda la semana que saldríamos un día, pero le toco trabajar siempre. Hasta ese sábado tenía trabajo y solo podríamos vernos en la mañana temprano para desayunar juntos.
Esa mañana madrugue para estar lista. Gabriel me pasó a buscar temprano en su moto y luego de hablar con Woojung me monte detrás de él en la moto y nos fuimos al centro a desayunar. Quería llevarme a su cafetería favorita para que la conociera.

Pasamos toda la mañana disfrutando de nuestra compañía. Me gustaba estar con Gabriel a pesar de que en un comienzo solo quería utilizarlo para darle celos al profesor Lee. Ahora estaba reconsiderando las opciones. Si al profesor Lee de verdad le gustaba la bruta de Lee Bom, no dejaría que estuvieran juntos. Ni muerta. Esa bruja nunca sería feliz con el si eso dependiera de mi. No después de todos los problemas y malos ratos que me había hecho pasar. No, no la dejaría tranquila nunca.

Gabriel contesto su celular frunciendo el ceño, al parecer era algo del trabajo por la forma en que hablaba. Colgó el teléfono bufando molesto.

- Tu trabajo? – pregunte tomándole la mano que tenia sobre la mesa. El asintió poniendo cara de pena.
- Lo siento, esperaba poder almorzar contigo – dice llevando mi mano hasta sus labios para besarla.
- Está bien. Trabajo es trabajo – dije sonriendo, acariciando su rostro y mentón. El sostuvo mi mano sobre su mejilla y se acerco a mí, besándome en los labios de forma suave haciéndome sonreír.
- Vamos – susurra frotando su nariz con la mía, sonriendo. Nos pusimos de pie y luego de que Gabriel pagara nos fuimos.

Salimos a la calle tomados de la mano. Gabriel tenia puesto unos lentes oscuros así evitaba que lo reconocieran, pero para mi gusto eso llamaba más la atención. Si no se cubría toda la cara no servía de nada ya que varias chicas con las que nos cruzábamos lo reconocían y cuchicheaban.
Llegamos hasta donde había estacionado la moto y él se apoyo en ella tomándome de la cintura para acercarme a él. Pase mis brazos por sobre sus hombros y lo abrace, recargándome sobre su pecho y apoyando mi mentón en su hombro. Lo sentí suspirar y eso me hizo sonreír.
El brillo de una de las ventanas de una cafetería que había cerca llamo mi atención. Había una persona sentada ahí mirándome fijamente. Observe mejor el rostro de esa persona y casi me da un ataque al corazón. Era el profesor Lee. Podía reconocerlo por las facciones de su rostro y esa postura con el mentón apoyado en sus manos. Era él sin duda alguna. Me aparte de Gabriel de forma brusca, tropezando un poco hacia atrás al empujarlo. Me había entrado pánico. Gabriel me sostuvo de los brazos evitando que cayera. Tenía el corazón acelerado y las mejillas teñidas de rojo por el nerviosismo.

- Hanbyul, estas bien? – pregunto asustado. Me sostuve de sus brazos con fuerza sintiéndome mareada. Era demasiada coincidencia que él estuviera ahí sin que yo lo planteara. No me sentía mentalmente preparada para llevar a cabo mi plan. Todo era demasiado repentino. – Hanbyul? – Gabriel se acerco a mi rostro, acariciando mi mejilla preocupado. Me sostuvo con fuerza girando mi cuerpo para apoyarme sobre la moto. Me tomo de la cintura y me subió a la moto haciéndome abrazarlo. – Estas temblando. – me dice en un susurro, apartándose un poco de mi para mirarme. Se había quitado los lentes y se veía angustiado.
- Estoy bien, solo me dio un mareo – dije tocando su rostro con mis dedos. El ver como se preocupaba por mi me hizo sentir culpable y feliz al mismo tiempo.
- Te llevare a tu casa – dice tomando uno de los cascos del manubrio para ponérmelo.
- No, no es necesario – intente bajarme de la moto, pero Gabriel me acorralo, sosteniéndome por la cintura. Impidiendo que me moviera. – Que ya estoy bien – dije sonriendo.
- No me arriesgare – dice subiendo el casco para ponérmelo, pero aparte su mano, colocando luego mis brazos sobre mi cabeza para bloquearla. - No te pongas así – dice enojado, haciéndome reír al verlo tan serio. Baje las manos y le quite el casco colocándolo sobre mis piernas.
- Estoy bien – le asegure, tomando su mano para llevarla a mi rostro. Él bufo molesto, no muy convencido.
- Hanbyul… - dice de forma seria, apoyando su otra mano en mi mejilla.
- Gabriel… - remendé sonriendo – no pongas esa cara. Ya te dije, solo fue un mareo leve. – apoye mi mano sobre su pecho para alejarlo. No podía dejar que me besara. Eso era ir demasiado lejos con el profesor Lee presenciando toda la escena. – Vas a llegar tarde – dije mirándolo a los ojos. Él bajo las manos y las apoyo sobre la moto, a mis costados. Quedando nuestros rostros a unos centímetros el uno del otro. Se inclino hacia delante para besarme, pero yo me corrí hacia atrás. Esquivándolo. Riendo de forma traviesa para simular.
- Está bien, tu ganas – dice enderezándose. No muy feliz. Me baje de la moto colocando el casco sobre el asiento y camine hasta la vereda. Gabriel se monto en ella tomando el casco para ponérselo. Se veía enojado y eso no me convenía. Me acerque a su lado sosteniéndolo del brazo, haciendo que me mirara. – Mándame un mensaje de texto cuando llegues a tu casa – dice apoyando los brazos sobre su casco. Yo asiento obediente. El levanta su casco para ponérselo.
- Gabriel – dije llamando su atención. Quedando con los brazos en el aire con el casco en sus manos. Me acerque rápidamente a él y le di un beso en los labios. Sorprendiéndolo. – Que tengas un buen día – dije alejándome lentamente, observando su reacción. Esa cara de enojo desapareció por completo y ahora sonreía mirándome aun sorprendido. Se termino de colocar el casco y prendió la moto. Me aleje subiéndome a la vereda. Gabriel coloco su mano sobre el casco en donde estaría su boca e hizo un gesto de lanzarme un beso haciéndome reír. Luego se fue calle abajo. Lo perdí de vista en una esquina.

Había cruzado los limites al besarlo. Pero por un instante sentí pánico al pensar que Gabriel se fuera enojado conmigo y ya no me hablara más.
Saque mi celular del bolsillo mandándole un mensaje de texto a Woojung para preguntarle donde estaba. Me coloque estratégicamente mirando la ventana. Él seguía ahí y eso me extraño. Quizás no se trataba del profesor Lee. Esperaba a que reaccionara y me pidiera explicaciones, pero si de verdad se trataba de él, esto solo confirmaba mis sospechas de que la bruja de Lee Bom era quien le gustaba. Pero pasara lo que pasara no permitiría que ellos dos estuvieran juntos. Si yo no lo tenía, ella tampoco. Coloque el celular sobre mi oreja y camine pasando junto a la ventana sin mirar para confirmar si era él o no. Prefería pecar de ignorante que ver su cara de espanto, celos o decepción.

Tome un taxi en la esquina y me fui rumbo al centro comercial en donde Woojung me esperaría. Necesitaba ir de compras para distraerme.

Llegue hasta la entrada del mall, encontrándome con la sorpresa de que Woojung no estaba solo, Hangeng le acompañaba y ambos estaban conversando muy animados. Se habían hecho muy amigos con el pasar del tiempo. Aun que a Woojung siempre le cayó bien, desde un principio cuando lo conoció.

- Hanbyul! – dice mi amigo saludándome alegremente.
- Ahgassi – dice Woojung en tono formal, haciéndome reír.
- Deja de actuar como sirviente! No hay nadie aquí para que te compren ese cuento – digo dándole un manotazo en el brazo, haciéndolo reír.
- Ahora no puedo saludar a mi ahgassi? – pregunta haciéndose el ofendido.
- Solo me dices así cuando estoy con alguien que no conoces – dije poniéndole caras. El pareció meditarlo por unos segundos.
- Y tú “amigo” – pregunta Hangeng sonando un poco molesto.
- Se fue a trabajar. Ahora quiero ir de compras – dije sonriendo – Pero no contigo – apunte a Woojung sacándole la lengua – Tienes el día libre así que vete a pasarlo bien – me acerque a Hangeng y lo tome del brazo haciéndolo sonreír por el gesto.
- Hanbyul, sabes que no puedo dejarte sola – dice Woojung preocupado.
- No estaré sola! Tengo a Hangeng conmigo – digo mirando a mi amigo.
- No te preocupes hyung, yo la cuido. – Hangeng pone una mano sobre su pecho haciendo una pose solemne, pero eso solo causo que Woojung estallara en risotadas.
- Vete a disfrutar de la vida sin mí – dije burlona, sacándole la lengua. Woojung asintió palmeando el hombro de Hangeng.
- Me llamas por cualquier cosa – dice apuntando su bolsillo en donde supongo tiene su celular.
- Ya lo sé! Y a ti se te olvida que tengo GPS? Vete de una vez! – Comencé a caminar tironeando a Hangeng para que me siguiera. Woojung espero a que entráramos al centro comercial para irse. No siempre tenía días libres ya que la mayoría del tiempo estaba cuidándome. Debe ser agotador el seguirme en todo momento.
- Te juntaste con ese “Gabriel”? – pregunta Hangeng diciendo despectivamente su nombre
- Algún problema con eso? – me detuve para mirarlo.
- No me cae bien – dice mirando hacia otro lado. Era notorio que estaba celoso y eso me causo gracia. Con la llegada del profesor Lee y ahora con Gabriel había dejado de lado a mi amigo.
- Ven, vamos a comprar – dije soltando su brazo para tomarle la mano. Eso pareció alegrarlo un poco.

Entramos a diferentes tiendas comprando ropa, zapatos y otras cosas. No quería que Hangeng cargara con tantas cosas así que la mayoría las pedía para despacho a domicilio. Pasamos por una tienda de ropa de hombre y luego de meditarlo unos segundos entramos a mirar. Había una chaqueta de cuero italiano que llamo mi atención. Estaba puesta en uno de los maniquí y no pude evitar el imaginarme a Gabriel usándola. Con una de sus playeras blancas, lentes de sol y jeans azules. Era la postal perfecta.

- Envuélvame esta – pedí a una de las vendedora que de inmediato corrió a hacer lo que dije. Hangeng me seguía en silencio mirando la ropa. – Acércate – dije mientras tomaba una camisa y la ponía sobre su cuerpo para ver cómo le quedaba – no, camisas no. – murmure pasando mis manos por los colgadores buscando playeras. Caminamos un poco más en la tienda encontrando la sección juvenil. Comencé a sacar playeras probándoselas a Hangeng. – Si, esta – se la entregue a la vendedora que nos seguía – Esta también – dije pasándosela.
- A quien le compras tanta ropa? – pregunta Hangeng enojado. Vi una playera gris perfecta para él.
- No te gusta? – pregunte mostrándosela, ignorando su pregunta.
- No me digas que es para el profesor Lee! – exclamo enojado, haciéndome reír.
- Tonto, esta es para ti – dije acercándome a su lado, probándole la playera – Sí, es perfecta. Te viene el gris, sabias? – dije sonriendo. Hangeng hacia una de sus muecas de no entender – esta también – pedí a la vendedora. La seguí hasta la caja para pagar por todo. Abrí mi billetera y saque una de mis tarjetas de crédito. – Necesito que estas 3 prendas las envíen a una dirección y esta playera es para llevar ahora – la vendedora asiente sonriendo. Comienzan a envolver todo y una de ellas me pasa un aparato para firmar el recibo electrónico. Luego me pasa una carpeta con una hoja en blanco y ahí anoto la dirección de Gabriel. Necesitaría mandarle un mensaje después para que recibiera los regalos y no pensara que eran de parte de una de sus fans.
- Aquí tiene, muchas gracias por su compra. Que tenga un buen día. – decía la vendedora sonriente. Tome la bolsa de papel y camine a la salida con Hangeng.

Fuimos hasta el patio de comidas y compre unas malteadas. Una de frutilla para mí y una de vainilla para él. Ya era tarde y tenía hambre así que decidí que fuéramos por algo para comer, con las malteadas no nos alimentaríamos tanto como para seguir comprando. Tome su mano y fuimos por los pasillos buscando la salida mientras bebíamos de nuestras malteadas.

- Que quieres comer? – le pregunte, mirándolo con la bombilla en mi boca
- Carne! – soltó de inmediato, como si estuviese esperando a que le preguntara. Pasamos por una tienda de ropa femenina y me detuve de golpe ya que me pareció ver algo. Retrocedí para mirar por la vitrina – pensé que tenias hambre de comida, no de seguir comprando – cometo Hangeng intentando parecer chistoso. Yo lo hice callar con un gesto, pegándome aun más al vidrio mirando al interior de la tienda.
- Una bruja! – dije sonriendo al ver quien se encontraba al interior. Iba a entrar, pero la mano de Hangeng me detuvo.
- No! – dice enojado, sosteniéndome con fuerza – vamos a comer.
- Eso puede esperar! – dije forcejeando un poco, logrando que me soltara.
- Hanbyul, por favor – intenta agarrarme de los hombros, pero tenía las manos ocupadas haciendo sus movimientos más lentos, así que no alcanzo a agarrarme.

Entre a la tienda observando los accesorios para hacerme la desentendida por si la bruja me veía. Se me acerco una vendedora con una amable sonrisa, pero le hice un gesto para que no me molestara. Tome una cartera examinándola. No era mi estilo pero me servía para cubrirme y así mirar lo que hacia la bruja de Lee Bom.

- Señorita por favor, necesito devolver esto – decía entregándole una bolsa de papel con la marca de la tienda.
- Ya le dije que sin el recibo ni vale de cambio no le puedo devolver su dinero.
- Y yo le dije que lo perdí! Que acaso no me escucha?! Por favor, necesito que me devuelva el dinero! – decía la bruja poniéndole caras.

Esta marca de ropa era muy costosa y no entendía el como la bruja tuvo dinero suficiente para comprar algo aquí. La vendedora recibió la bolsa de mala gana y comenzó a sacar las cosas. Era una blusa, unos pantalones y una caja de zapatos. Todos de la última colección que había salido el mes pasado. Ahora si que encontraba imposible que ella tuviese esas cosas. Solo la gente VIP de la tienda tenía acceso a esas prendas en exclusividad. Lo más seguro es que las haya robado. La mire de forma sospechosa y vi que la vendedora también la miraba de igual manera, cualquiera se daba cuenta de lo corriente que era por la forma en que vestía y se comportaba.
Un plan descabellado se formulo en mi cabeza.
Hangeng seguía en la entrada de la tienda mirándome, intentando hacerme gestos para que nos fuéramos. Lo ignore por completo.

- Deme esta – dije apuntando la cartera que había sostenido en mis manos unos segundos antes. Podría servir como regalo para mi madre y como una coartada excelente. La seguí hasta el mostrador donde aun estaba la bruja y la vendedora discutiendo. Tenían la ropa sobre la mesa y la caja de zapatos abierta.
- Son dos millones de won – dice la vendedora sonriéndome. Yo también le sonreí y abrí mi bolso para buscar mi billetera.
- Tienes que estar bromeando! – murmuro la bruja ente dientes haciendo que la mirara. Puse un gesto de sorpresa al verla.
- Lee Bom! ¿Tu por aquí?– dije observándola de pies a cabeza de forma despectiva. Le entregue mi tarjeta a la vendedora para cancelar mi compra. – Estas buscando trabajo en esta tienda para hacer algo provechoso en tu vida? – Ella hizo una mueca de molestia ante mi gesto de burla. Observe los objetos sobre la mesa confundida. – Que sucede? – pregunte apuntando las prendas.
- Esta señorita insiste en devolver estos productos diciendo que ella los compro. Pero no trae ningún comprobante para efectuar el cambio – dice aproblemada. Yo solo asiento a todo lo que dice.
- Ya veo – digo tomando uno de los botines – Pero esto… esto no es de la colección pasada? – pregunto a la vendedora sonando sorprendida.
- Así es señorita – dice ella preocupada. Mire a Lee Bom y ella me observaba enojada murmurando cosas entre dientes.
- Sabe que más! Devuélvame todo! Buscare el maldito recibo y volveré! – exclamo la bruja tomando las prendas para guardarlas.
- Oh! Espera un segundo! – digo apuntando la blusa para tomarla – Eso… eso es mío! – le arrebate la blusa de las manos, examinándola. La vendedora hace una mueca de sorpresa.
- Suéltalo lagartija! Esto es mío! – dice la bruja tironeando la blusa.
- Acaso piensas que hacen dos prendas iguales en esta tienda?! – exclame enojada – exijo ver al encargado! – dije mirando a la vendedora, soltando la blusa. La bruja aprovecho de guardar las cosas en la bolsa, pero la otra vendedora ya había llamado a los guardias y le quitaron las cosas rodeándola para que no se fuera.

Nos encaminaron hasta el salón VIP que consistía en un cuarto donde habían sillones blancos junto con 2 grandes probadores con espejos de cuerpo completo. Me senté en uno de los sillones, dejando mi malteada sobre la mesa de centro. Hangeng estaba en un rincón sin decir nada y a la bruja la tenían custodiada por dos guardias en uno de los sillones. Tenía los brazos cruzados y una mirada mortal enfocada en el suelo.
El encargado llego y en cuanto me vio comenzó a hacer reverencias y a pedir disculpas.

- Hanbyul-nim, le aseguro que nuestras prendas son exclusivas – decía sonriéndome, colocando caras para alivianar mi enojo.
- Entonces esa chica de ahí o tiene una copia o me robo! – dije apuntándola – esa ropa mi madre vino a comprarla para mí el mes pasado en cuanto salió la colección! – no era mentira lo que decía ya que mi madre era una clienta VIP de esta tienda y siempre venia a ver la ropa nueva que sacaban y compraba las más caras para ella y para mí. La bruja no decía nada, solo nos aniquilaba con la mirada.
- Le aseguro que no son una copia, las prendas que trajo esta joven son originales de esta tienda – dice el encargado sonriendo preocupado
- Entonces me robo! – dije poniéndome de pie, apuntándola. Las vendedoras se miraron entre si asustadas.
- Esa es una acusación muy grave ahgassi – decía el encargado haciéndome gestos con las manos para que me calmara.
- Esta tipa es una compañera de clases y en año nuevo hice una fiesta en mi casa a la cual asistió – comencé a decir, la bruja levanto la vista y me miro aun mas enojada – fácilmente pudo meterse a mi cuarto y sacar la ropa ya que aun no las había sacado de la bolsa para guardarlos en mi closet, mi madre no me los había pasado hacia mucho. – el encargado lo medito mirando a Lee Bom y a mi sin decir nada.
- Aun así ahgassi, el acusar a alguien de robo es algo que no se puede tomar a la ligera.
- ESTAS INSINUANDO QUE ESTOY MINTIENDO?! – grite furiosa
- No sería la primera vez – murmuro la bruta mirándome seria. Hice una mueca de rabia.
- Cálmese Hanbyul-nim – decía el encargado tomándome la mano la cual aparte de golpe.
- No me toques! Esto lo sabrá mi padre y mi madre! Están acusando a su hija de mentirosa – dije mirando al encargado enojada. Saque mi celular del bolsillo haciendo hipar al encargado de susto – hare que cierren este lugar! Sabes cuánto tiempo tomaría eso?! Menos de 3 días! – amenace marcando el numero de mi madre.
- Por favor Hanbyul-nim, tranquilícese.
- Alo? Mama? Estoy en la tienda a la que siempre vienes – dije mirando al encargado que ya estaba blanco de miedo – viniste a comprar la vez pasada verdad? – pregunte esperando su respuesta – y que compraste? Una blusa, un pantalón y un par de zapatos para mí? De qué color era la blusa… Gris con negro y los pantalones? – todos escuchaban con atención, creyendo que mi madre me estaba dando esos detalles pero la verdad era que yo le estaba dictando las cosas a ella – y los zapatos?... unos botines negros. Si, ahora escúchame madre. Aquí un estúpido encargado esta acusándome de mentirosa diciendo que tu no me compraste esas cosas… si madre, puedes creerlo? Esta papa por ahí? Puedes decirle que han ofendido a su hija y que cierre esta pocilga? – el encargado comenzó a hacerme gestos desesperado – quieres hablar con el imbécil? Está bien – me acerque al tipo y le entregue el celular. Estaba temblando. Me devolví hasta mi asiento y espere. La bruja estaba perdida y ella lo sabía. Aun que todo fuese una mentira, no había forma que una pobretona como ella ganara en esto. El encargado no dejaba de hacer reverencias y pedir disculpas, lo mas seguro es que después de esto él fuese despedido. Colgó el teléfono y me lo entrego, estaba sudando de los nervios.
- Mis más sinceras disculpas Hanbyul-nim – dice haciendo una profunda reverencia. Las vendedoras también hacen lo mismo.
- Ustedes creen que una chica como ella tiene el dinero suficiente como para comprar en esta tienda? – dije aun enojada. No podía creer que me costara tanto el convencerlos. – con revisarle la billetera bastaba para saberlo – dije mirando a la bruja. Ella seguía callada. Algo inusual en su persona, en estos momentos debería estar pataleando y amenazando con matarme pero su aura maligna no se movía de su lugar.
- Ya se acabo el show? – dice la bruja poniéndose de pie – me retiro entonces.
- Nuevamente mis más sinceras disculpas – dice el encargado frente a mi. Luego se gira a mirar a la bruja y le hace un gesto a los guardias. Estos la toman de los brazos inmovilizándola, ya casi llegaba a la puerta. – llévensela a la patrulla que está en el primer piso – dice él mirándola con desdén. Quizás culpándola por su futura perdida de trabajo.
- Maldita lagartija!! Yo no robe nada!! Todo eso es mío!! – grito la bruja forcejeando con los guardias – diles que me suelten!!
- Ya me robaste una vez, tienes antecedentes – dije sonriendo – ladrona una vez, ladrona siempre.
- Esta me las pagaras!! – amenazaba gritando y peleando – yo no soy una ladrona!!
- Sáquenla de aquí – ordena el encargado. Los guardias se la llevan a la fuerza ya que ella seguía pataleando y gritando para que la soltaran. Esperamos unos momentos para retomar la calma. El encargado le hizo un gesto a una de las vendedoras y esta se me acerco colocando sobre la mesa de centro las cosas que supuestamente la bruja me había robado. Las mire con desprecio. Aun no me imaginaba como ella tenía estas cosas. Era de verdad muy extraño.
- No quiero nada de esto. – dije mirando las cosas con asco – quémenlas, bótenlas a la basura. No me importa – me puse de pie tomando mi bolsa del suelo cuando una idea se me cruzo por mi mente.

Que pasaba si el profesor Lee le regalo estas cosas para navidad? Era una posibilidad. El solo pensarlo hacia que mi sangre hirviera. Aun que el profesor Lee no tenia tanto dinero como para gastarlo así ya esa idea no me la podía sacar de la cabeza. Tome la malteada que me había estado bebiendo y la destape, derramando todo el líquido sobre la ropa. Las vendedoras soltaron un gritito de sorpresa ante mi acción. La blusa y el pantalón quedaron arruinados por la leche y el helado. Y al ser de un material fino, no habría forma de quitar esas manchas sin dañar el tejido. No pude evitar sonreír de gusto.

- Cambie de idea, me los llevo – dije mirando al encargado que no quitaba su cara de asombro.
- Pe… pero – tan solo lo mire furiosa y de inmediato mando a que lo guardaran. Me entregaron todas las cosas, incluidas mi tarjeta de crédito y la cartera que había comprado.

Salí con Hangeng de la tienda bastante satisfecha, solo mi amigo se veía un poco preocupado. Pero aun faltaba una cosa más que hacer. Bajamos al primer piso donde tenían a Lee Bom esperando la patrulla para que se la llevaran a la estación de policía. Hangeng me seguía en silencio. Me acerque a uno de los guardias y le entregue la bolsa para que se la hiciera llegar a la bruja junto con un saludo. No pude quedarme a esperar a ver su reacción, ya me había divertido bastante con lo anterior.

- Ahora sí, vamos a comer – dije sonriendo, tomando del brazo a Hangeng. Él tenía la mirada pérdida, pero en cuanto lo toque me miro enojado.
- Cuando vas a dejar de comportarte como una princesa consentida?! – alego retándome. Lo mire sorprendida por unos segundos.
- Acaso… acaso estas de parte de la bruja?! – exclame ofendida. El hizo una mueca de enfado.
- No!! Pero no ves lo que acabas de hacer? – espeto apuntando donde tenían a la bruja encerrada. Lo mire incrédula.
- Le di su merecido!! – dije cruzándome de brazos, frunciendo el ceño – y deberías estar feliz por eso, no retándome de esta manera! – me di la vuelta dándole la espalda. No podía creer que me estuviese alegando por esto. Lo sentí bufar y luego se acerco abrazándome por la espalda – de castigo tendrás que preparar la cena! – dije removiéndome de su abrazo, comenzando a caminar – y quiero un banquete! – exigí deteniéndome, pero sin mirarlo esperando a que llegara a mi lado. En cuanto lo sentí junto a mi nos pusimos en marcha rumbo a su departamento. Lo mas seguro es que en cuanto llegáramos tendríamos que salir de nuevo a comprar los ingredientes.


***

Dos guardias me custodiaban, y un tercero se acerco con una bolsa en las manos y me la entrego.

- ¿Está de broma? – le dije enfadada, recibí la bolsa de mala gana y mire dentro, todo tenia resto de malteada - ¡esa mal nacida!- tire la bolsa al suelo, no podía creer lo que me estaba pasando – ¡¡¿ahora me puedo largar?!!
- Debe esperar señorita, tenemos que aclarar este asunto.
- ¡¡Que asunto ni que nada!! ¡¡¡¡ESTO ES DISCRIMINACION!!!!! TODO PORQUE ELLA ES RICA ¡¿VERDAD?! ¡¡ACASO PUEDE IR ACUSANDO A LA GENTE Y USTEDES LE CREEN!!
- Por favor cálmese - me dijo un guardia y me sostuvo del hombro, yo me zafé inmediatamente.
- ¡¡¡COMO ESPERA QUE ME CALME SI ESTOY SIENDO ACUSADA DE ALGO QUE NO EH HECHO!! USTEDES BUENOS PARA NA…
- ¡¡Lee Bom por fin te encuentro!! – una voz cantarina llego a mis oídos.
- ¡¡Heechul!! ¿Dónde te habías metido?
- ¿Usted la conoce? – preguntó un guardia.
- ¡Claro que la conozco es como mi hermana! – dice mirando al guardia con las manos en la cintura - ¿Bom shii~que está pasando?
- Ni te imaginas… ¡¡ Oigan, me pueden decir cuando me puedo ir?!!!!!
- Señorita, puede retirarse, no hay cargos contra usted, las prendas le fueron de vueltas, todo queda en paz. – dice un policía que venía recién llegando, mirando unos papeles que tenía en la mano.
- En paz….JA!.. para usted quedara en paz, pero me hicieron algo muy feo… deberían tener más cerebro…
- Bom…
- …Y algo más!! ¿Que no saben hacer su trabajo?, acusándome y discriminándome, cuando los verdaderos ladrones andan sueltos en las calles…
- Bom…
- … por eso este país está como esta!...
- Lee Bom!!! Basta!!! Vámonos… - Heechul me jala de un brazo, hace una reverencia y nos alejamos del centro comercial.

Llegamos cerca de una plaza, estaba irritada, pero más que nada tenía ganas de llorar, pero no me lo permitiría, me paseaba de un lado a otro tratando de calmarme.

- Respira profundo - me decía mi amigo mientras abría una lata de té verde.
- Es que fue humillante! Estar ahí – tome aire - y esa… esa tarada riéndose – puse una mano en mi frente, comenzaba a dolerme la cabeza - creyéndose la reina de la tienda… que simplemente – mire a Heechul con los ojos vidriosos - no entiendo…
- Rebasó el límite, como puede ser tan estúpida – mi amigo bebía y asentía a todo lo que le decía. – por eso Bom shii~ te dije que no devolvieras esas ropas, que era una mala idea.
- No quiero tener nada ni deberle nada KyuHyun – mi humor volvió a cambiar, recordar a ese ñoño hacia que algo dentro de mi se revolviera.
- Para eso debiste entregársela tu misma – dijo con tono autoritario que me hizo reír.
- Ya te dije que no recuerdo donde vive!! No logro recordar – me quede mirando un punto fijo por unos momentos - solo el enorme departamento y a ese amigo suyo – la cara de SeunHo se me vino a la mente – además tú sabes que en la escuela no puedo hacerlo!.
- Pero admite que era mala idea del principio, como crees que te harían devolución sin un comprobante!!!
- Al menos se que KyuHyun es otro niño rico. Para haber comprado ahí – me quede pensativa, que otros secretos escondería ese ñoño.
- Y que importa, tenias que guardarlas, ¿cuándo vas a tener en tus manos una prenda así?, y ahora están arruinadas!!!... – Heechul ponía voz de tragedia haciéndome reír. Pero el mal rato aun lo tenía atravesado en la boca.
- Heechul, aun tienes el número de Kang Ho Dong? – mi amigo escupió su té y me miro asustado.
- ¡¿Para que lo quieres?! – me dijo nervioso.
- Dámelo - le dije seria
- No - dice Heechul poniéndose de pie asustado - Bom - me tomo por los hombros haciendo que lo mirara - ¿qué planeas hacer? Sabes que él - me miro serio frunciendo un poco el ceño - no es de aquellos que les puedes decir feliz navidad! darle un abrazo y salir vivo de ello - se veía asustado. Me quite sus manos de encima alejándome unos pasos
- Solo dame el número! – dije mirándolo enojada
- No lo tengo. Lo borre después de la última vez que dijimos que nunca más Bom. ¿Por qué quieres llamarlo? – mi amigo se acerco a mí para intentar razonar conmigo
- Bien, si no me lo das tú, llamare a Shindong. - saque mi móvil y comencé a marcar. Heechul me detuvo sosteniéndome la mano y el saco su móvil. Marco un par de números y luego comenzó a hablar.
- Buenas… ehmmm… comunícame con Big Dong. Si claro, espero… - Heechul me miraba y movía la cabeza en señal de negación, pero yo sonreía ampliamente, esta sería la última vez que esa víbora me humillaba de esa manera.



Con Heechul nos trasladamos hacia el otro lado de la ciudad. Según lo que había hablado con Big Dong, lo que buscaba se encontraba en este sector. Le pedí que me ayudara a encontrar a Hanbyul y luego de un par de llamadas me había avisado que se encontraba en esta parte de la ciudad. De seguro era el lado donde vivía Hangeng. Además, le había pedido que enviara a sus hombres a que los encontraran un poco antes que yo, y los retuvieran en alguna calle sola o callejón. Un trabajo sencillo. Ahora solo esperaba un llamado telefónico para que me dieran su posición exacta.

- Estas segura que quieres hacer esto? – pregunto Heechul un poco preocupado, mirándome de lado mientras caminábamos.
- Claro que si! No te imaginas las ganas que tengo. – le dije con una sonrisa.

El aire había cambiado, estaba húmedo y las nubes entraban con rapidez, pronto la tarde se volvería gris, un viento helado soplo tenue, como si todo se preparase para lo que vendría. Sentí que tenía la bendición de la naturaleza, como si estuviera restableciendo el equilibrio.

- Esto solo traerá más conflictos.
- Cállate de una vez! De cuando que me sermoneas tanto? – Le mire extrañada, no parecía ser el mismo. Se estaba convirtiendo en un pesado.
- Vale, vale haz lo que quieras. - me dijo molesto y me paso su móvil que en ese instante comenzó a sonar.
- Diga?... bien… si estamos cerca. Vale- se me ilumino el rostro al escuchar lo que me decían - ¡¿de verdad?!. Bien, bien vamos en camino y no hagan nada hasta que yo llegue! – colgué el móvil, estaba emocionada – los encontraron!! vamos apúrate.

Corrimos por entre estrechas calles para acortar camino, en mi mente me preguntaba que hacia una persona como ella por este lado de la ciudad, pero la verdad me tenia sin cuidado. Estaba a punto de darme el gusto de mi vida, así que comencé a concentrarme en toda la rabia que tenía acumulada por dentro durante todo este tiempo. Poco a poco sentía como se apoderaba de mi cuerpo, me recorría de los pies a la cabeza y sentía que se me saldría por los poros, justo a tiempo. Doblamos en una esquina y luego de caminar un poco encontramos el callejón a donde los habían atraído. Respire profundo y entre caminando. Heechul me seguía de cerca eh hizo lo mismo para no parecer ansiosos. Ahí estaba la víbora y el perro rastrero, acorralados como ratas. El día mágicamente se tornaba a mi favor y las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer.

- Al fin te encuentro rata asquerosa. – le dije mientras me acercaba a ella.
- Tenías que ser tú, todo esto lo planeaste tú! Bruja!!!. – pataleaba ella mientras se refugiaba detrás de Hangeng.
- Bien, y que planeas hacer? Echarme a la policía encima? ¡¿Crees que tu estatus o tu dinero te van ayudar ahora?!
- ¡¿Acaso no aprendes cuál es tu lugar?! Maldita bruja ladrona!!
- Me da igual lo que digas! estas muerta lagartija!!
- ¡¿Que!? – su cara cambio a espanto cuando los hombres que los rodeaban comenzaron a acercarse. – Ponme un dedo encima y te arrepentirás de por vida! – amenazo haciéndome reír a carcajadas
- Puede ser. Pero nadie me quitara este momento. – me acerque a ella y la jale de un tirón, pero Hangeng me tomo del brazo y poniéndose por encima de ella.
- No la toques. – me amenazó clavándome sus ojos llenos de odio.
- Hangeng… apártate – le ordene.
- No me moveré… tu apártate.
- Hangeng… no me hagas repetirlo… - le mire directamente sin mostrarle miedo alguno, el doblaba mi tamaño y mi fuerza, pero tenía otros métodos para liberarme de él.
- Déjanos ir y no te metas en líos.
- Hangeng- le mire directamente a los ojos. - tu harás lo que yo diga y lo sabes
- No te atreverías - dijo, con un temblor en su voz.

No le respondí, simplemente nos quedamos por un momento así, la lagartija tiraba de él como pidiéndole que se apurara. Yo notaba el nerviosismo que tenía, su mano comenzó a apretar menos.

- Hangeng suéltame ahora - se lo dije en tono cortante, tenía que recordarle que era yo quien mandaba, y el estaba en mis manos. Entonces me soltó.

Hanbyul lo miraba atónita, mientras él me soltaba lentamente y comenzaba a retroceder.

- ¡¡¡Pero qué haces!! – le decía histérica y sin salir de su asombro, lo miraba poco mas con los ojos desorbitados y a punto del llanto

Hangeng la miro pero no pudo sostenerle la mirada y bajo la cabeza, no pude evitar sonreír ampliamente.

- ¿Qué estás haciendo?, ¡¡Hangeng no me dejes sola con esta!! – él ya se había apartado y miraba el suelo con los puños cerrados - ¡¡Hangeng!!, ¡¡HANGENG!! – Ella intento acercase pero yo la jale del brazo eh hice una señal para que dos hombres inmovilizaran al perro, por precaución.
- Ahora ya no hay quien te defienda.- le dije mientras empuñaba mis manos. – nadie te liberara de la paliza que te daré.
- NI TE ATREVAS!– grito Hangeng intentando soltarse de los dos hombres que lo sostenían, claramente doblaban su tamaño.
- JA, ¿ahora vienes a ladrar? – le mire despectivamente – para que tu sepas los perros se quedan quietos, y calladitos, me entendiste… - le mire seria, él sabía lo que quería decirle y bajo la cabeza, gritando de rabia, mas bien, derrotado.
- Hangeng… por favor…– dijo asustada la otra, yo me voltee con la cara llena de triunfo.
- Ahora nadie te salvara. – la empuje y esta perdió el equilibrio cayendo al suelo. - Al fin te tengo como quería, sola – le dije riendo mientras me ponía encima de ella
- ¡¡¡No te atrevas!!!! - vociferaba el perro.
- ¿A no? - dije sonriente – obsérvame.

Me acerque a ella y lo primero que hago es darle una patada en el estomago, le corte el aire, sin darle tiempo que se recuperara la jale del pelo, la levante y volví a empujarla al suelo, ella comenzó a defenderse, era de esperarse, me tiro de la playera y me enterró sus uñas en un brazo, yo me gire y la agarre de su brazo y se lo doble lo mas que pude, la estúpida chillaba pidiendo ayuda. Nuevamente logre que su cuerpo tocara tierra y fregué su cara contra el suelo. Me puse de pie. Esperando que ella también lo hiciera, logro incorporarse me miraba con odio, pero el mío era aun mayor, me abalance sobre ella jalando nuevamente el pelo y dándole golpes por donde se me ocurriera. Sentí como me rasguñó la cara, pero le di una bofetada que le dio vuelta la cara y cayó al suelo.
Tosía, y se notaba que le costaba respirar, estaba en total desventajas cuando de combates cuerpo a cuerpo se trataba. Nuevamente me abalance contra ella, la tome del pelo y me di el gusto de arrastrarla por la tierra mientras seguía chillando. Cuando la solté quedo boca abajo respirando con dificultad me senté sobre ella para inmovilizarla.

- No te gusto hacerme la vida imposible eh? Acusándome de ladrona, robando mis trabajos o acaso no te basto con quitarme al único hombre que amaba? – le dije – hoy es el día que me pagas todo lo que me has hecho lagartija – la jale del pelo haciendo que levantara la cabeza y mirara a Hangeng. – tu perrito faldero no te va ayudar – le susurre al oído – anda llámalo!!
- Ha… - la bruta le costaba hablar y sentía un extraño placer.
- LLÁMALO!!!! – le grite
- Han… Hanni…Hannie~ - decía ella como podía mientras yo le tiraba el pelo, la mosca era tan débil.
- ¡Anda! ¡¡¡Maldita llámalo!!! ¡¡¡A ver si te ayuda!!! – le jale mas el pelo, sabía que Hangeng no haría nada, no se atrevería a desobedecerme. Y la víbora esta estiraba los brazos clamando ayuda, era una escena digna de retratar.

Hice una seña para que lo soltaran, Hangeng cayó al suelo, no se atrevía a levantar la vista. Yo me acerque a él y deje a la víbora donde correspondía, en el suelo.

- Atrévete a ayudarla y y a sabes lo que te pasa – le susurre, pero el no me miro, tiritaba de pies a cabezas, y yo disfrutaba de ello. – Lo ves! – ahora volví donde la estúpida – él no te va ayudar, sabes por qué?, porque a pesar de todo, sabe quién soy yo, sabe que conmigo nadie se mete y sale triunfante – le di otra patada con todas mis fuerzas y ella gritaba de dolor.

La gire y me senté sobre ella, tenía la cara sucia y llena de lagrimas, levante la vista hacia el perro, y este temblaba de pies a cabeza, tenia lo puños cerrado y me miraba con tremendo odio… pero no se movió de su lugar, una risa solté sin poder contenerme. Me sentía conforme pero aun quería más, tenía que aprovechar y descargar toda mi ira contra ella mientras la tenia así, indefensa. Los dos hombres volvieron a parar a Hangeng del suelo pero este no parecía reaccionar.


- Lárgate! – le dije al perro, pero ni se movió ni forcejeaba, seguía con la vista fija en Hanbyul. – dije que te largues no te quiero aquí.
- Ha…nnie…hanni...e~- empezó a balbucear la estúpida - … por favor… ayu…
- Cállate maldita estúpida!. – le di cachetazo tan fuerte que de su boca comenzó a salir sangre.

Hangeng parecía en shock, estaba con la mirada fija, al darse cuenta que Hanbyul sangraba hizo ademán de querer soltarse.

- Te dije que no te metieras en esto perrito –moví la cabeza para que se lo llevaran; este forcejeo pero eran más – llévenselo lejos… no quiero que estorbe.

Me levante y le di la espalda, me acerque al resto de chicos que estaban conmigo. Heechul me miraba de lejos, apoyado en la pared cruzado de brazos, esperando que terminara. Mire a mí alrededor un momento y luego estire el brazo.

- Dame eso - le dije a unos de los tipos apuntando lo que quería.
- Segura Bom Sshi?
- Yah! Sin preguntas! Entrégamelo.!!!! – inmediatamente me entregaron un palo que estaba en el suelo, volví a girarme para acercarme a Hanbyul, que prácticamente se arrastraba en el suelo para poder levantarse. – así te quería ver babosa, arrastrándote, huyendo de mi
- Estas…estás loca Lee Bom – soltó de pronto.
- Aun tienes descaro de hablar – le dije burlesca – si que eres valiente princesa – me puse en cuclillas para mirarle la cara – escucha esto… y escúchalo bien, vas arrepentirte de haberte metido conmigo.

Me puse de pie y levante el palo para tomar impulso, su rostro pálido y con el miedo en la cara era suficiente para mí, le dejaría un recuerdito del que nunca se olvidaría.

- Para que aprendas a nunca meterme con Lee Bom, cucaracha – baje el bate con todas mis fuerzas para dar un golpe certero.

****************************************************

Las bolsas del mini-market quedaron tiradas en el suelo y las cosas regadas por todos lados. Solo pensábamos en correr para salir ilesos de la situación. Nos rodearon en cuanto salimos del local. Eran muchos y unos tipos grandotes con los que Hangeng no podría solo. Hangeng me sostenía de la mano mientras corríamos. Estábamos perdidos. Nos acorralaron en un callejón, rodeándonos. ¿Acaso sabían que era millonaria y querían raptarme? Me escondí detrás de Hangeng asustada. Él no podría hacer nada y tenía miedo de que lo lastimaran al tratar de defenderme. Cerré los ojos esperando a que ocurriera un milagro. Una risa hizo que me diera escalofríos. Me asome por detrás de Hangeng y vi la encarnación de todas mis pesadillas frente a mí con una gran sonrisa. Lee Bom reía y me amenazaba. Tenía que ser ella la causante de todo. Hangeng y ella discutieron unos momentos. Ahora sabía que si la derribábamos a ella esto se acabaría. Respire tranquila por unos segundos hasta que Hangeng comenzó a apartarse de mí, caminando hacia donde estaban los tipos que nos acorralaron antes de que la bruja llegara. ¿Qué estaba pasando? Lo mire buscando una respuesta, pero el solo tenía la mirada en el suelo ignorándome por completo. Grite su nombre pero la bruja me callo de un golpe, botándome al suelo comenzando a patearme y a golpearme, tirándome del pelo. Estaba a su merced y ella reía como si le hubiesen regalado una joya para navidad. Intentaba defenderme como podía, pero solo sentía como los golpes caían sobre mi cuerpo. Es como si le hubiesen crecido un par de brazos más a la bruja, cosa que no me extrañaba si se trataba de ella. Estaba tirada en el suelo y con la bruja montada sobre mi espalda. Tenía la vista nublada con las lágrimas y la tierra. Intente llamar a Hangeng de nuevo, pero el evadía mis suplicas quedándose ahí de pie sin hacer nada, ignorando la desesperación que sentía. Estaba siendo traicionada de la forma más cruel. Apoye mi cara en el suelo. No podía hacer nada, solo rogar que la bruja loca me dejara con vida. Escuchaba murmullos a mí alrededor y al levantar la cabeza vi como Hangeng se alejaba dejándome completamente sola en manos de una bruja sin escrúpulos. Me puse a llorar aun con más ganas sintiéndome abandonada. Hangeng no me iba a ayudar. Nunca estuvo en su mente el hacerlo. Estaba de parte de la bruja. Lo estuvo desde el comienzo cuando esos tipos nos abordaron en el mini-market y nos acorralaron en el callejón al que Hangeng me llevo. Maldito bastardo traidor! . Tenía mi cuerpo adormecido y apenas sentía los golpes que me daban. ¿Estaba consiente?. Creo que mi alma abandono mi cuerpo por unos momentos. Deje de sentir las manos de la bruja golpeándome. Tenía los ojos abiertos, pero no entendía lo que pasaba. Estaba acostada de espaldas y veía a la bruja a mi lado sonriendo mientras hablaba. Estas… Estás loca Lee Bom. Ella volvió a hablar levantando los brazos sobre la cabeza, fue ahí cuando note que llevaba algo entre sus manos. Tan solo alcance a cubrirme el rostro muerta de miedo. Sentí un dolor punzante en uno de mis brazos. Grite con fuerza antes de perder el conocimiento al ver que levantaba ese palo de nuevo.
Mis propios gritos me hicieron despertar. Abrí los ojos asustada al sentir que me sujetaban. ¿Aun no terminaba esta pesadilla?

- Hanbyul! Hanbyul! Cálmate! Cálmate! – escuche a mi lado. Deje de forcejear y mire al hombre que me sujetaba. Era Woojung. Me puse a llorar al instante, sintiéndome a salvo pero adolorida. Woojung me abrazo hacia él, acariciando mi cabeza con ternura – ya todo paso – decía con tono triste – estas a salvo
- Woojung sshi – dije sollozando con fuerza, el me recostó sobre la camilla con cuidado. Note que tenía mi brazo izquierdo inmovilizado. Mis manos y brazos llenos de moretones de color verde y negro. Supuse que el resto de mi cuerpo estaba igual. Asustada, moví las piernas notando que si las sentía. Esa bruja era capaz de cualquier cosa. Recosté mi cabeza sobre la almohada de nuevo, echándome a llorar. Esa bruja había abusado de mi, aprovechándose de su mala crianza. Apaleándome hasta que se le cansaron las manos. - Cuanto tiempo llevo aquí? – pase las manos por mi rostro, limpiando mis lagrimas. Notando que tenia adolorido los ojos y las mejillas. Mire a Woojung asustada, notando su rostro triste y angustiado. Él me observo con ternura antes de responder.
- 2 días. Estuviste inconsciente por los golpes tan fuertes que recibiste. Tu cuerpo no está acostumbrado a tal brutalidad.
- 2 días?! – exclame asustada, sosteniéndome las costillas. Todo me dolía, hasta el pelo.
- Los doctores dijeron que ibas a despertar en una semana debido al shock emocional. Pero al parecer eres más fuerte de lo que todos creen – dice sonriendo unos segundos. Luego su expresión volvió a cambiar a una triste. Se acerco a mí tomando la mano que podía mover y que estaba con tubos. – te falle – dice acongojado – te falle de la peor forma – baja la cabeza mirando el suelo.
- No digas eso! – dije enojada – no es tu culpa!
- Debí haberme quedado contigo sin importar que – nuevamente comencé a llorar al verlo así.
- Basta Woojung! No es tu culpa! Deja de comportarte así! Ya no sirve de nada lamentarse. – lo mire unos segundos – y ni pienses en presentar tu renuncia! – Woojung me miro abriendo la boca para decir algo, pero fue interrumpido al abrirse la puerta corredera de la habitación. Sungmin entro con un ramo de flores en los brazos. Se me ilumino el rostro al verlo. Iba a decir su nombre, feliz y emocionada de que estuviera aquí. Pero me corte al ver quien venía detrás de él.
- ¿Qué hace él aquí?! – exclame mirándolo enojada. El solo ver su rostro me revolvía el estomago. Hangeng me miro asustado deteniendo sus pasos, pero luego volvió a caminar hacia mi cama, haciendo ademan de hablar al mover los labios – LARGATE!! – grite furiosa, tome uno de los vasos de la mesita que tenia al lado de la cama. - ¡¿Cómo te atreves a mostrar tu rostro frente a mi?! – grite comenzando a llorar de rabia. Hangeng me miraba sorprendido, sin saber que hacer – LARGATEE!! – grite tirando el vaso, quebrándolo en el suelo. No tenía fuerza suficiente como para lanzarlo contra él. Hangeng parecía petrificado, tenia lagrimas en sus ojos. Tome otro de los vasos para lanzarlo y también termino en el suelo hecho añicos. Comencé a lanzarle todo los objetos que tenía a mano sin dejar de llorar y gritar. Sungmin corrió a mi lado abrazándome, intentando sostenerme para que me detuviera. Woojung saco a Hangeng del cuarto casi a la rastra. En cuanto lo vi salir. Abrace a Sungmin echándome a llorar en sus brazos, notando un dolor punzante en mi pecho. Tenía el corazón roto también. Esa bruja término quitándome al segundo hombre más importante en mi vida.
- Relájate, ya se fue – decía mi amigo recostándome con cuidado, acariciándome la cabeza
- Llama a la enfermera, necesito unos calmantes – le dije cerrando los ojos. Quería dormir. Dormir y no volver a despertar. Era como si estuviese viviendo en una pesadilla constante. La enfermera llego con una bandeja. Preparo una jeringa con lo que supuse eran los calmantes que necesitaba. Luego de ponerlo en el tubo que tenía instalado en mi brazo sentí que mi cuerpo se relajaba.

Me acomode mejor sobre la cama, llorando en silencio. Sentía la voz de Sungmin tarareando una canción de cuna mientras pasaba una mano por mi cabeza. Hangeng me había traicionado. Y de la peor forma. Nunca pensé que este día llegaría.

- Hangeng… - susurre apretando los ojos con fuerza, sintiendo las lagrimas caer por mis mejillas, mojando mi cuello. Sungmin se recostó a mi lado con cuidado y me abrazo. Otorgándome el consuelo que en esos momentos necesitaba.

Me quede dormida y soñé. Los recuerdos volvieron lentamente hacia mí, regalándome el descanso que con todas mis fuerzas pedía.

Fin capitulo 17

1 comentario:

NIKOLSKA dijo...

no tienes mas capitulos..