lunes, 5 de octubre de 2009

[Chapter Fic] Milagro Navideño {KyuHyuk}

Epilogo: 3 años después.

Kyuhyun golpeo sus pies, quitando el exceso de nieve que tenía en sus botas antes de entrar por la puerta. Inmediatamente el aroma de una deliciosa cena le hizo agua la boca. Olisqueo el aire con una sonrisa, sacándose esas botas y tirando su abrigo sobre el sofá, metiéndose a la cocina.

Miro por la puerta, sonriendo aun mas al ver a Eunhyuk con ese delantal que le había regalado, mientras caminaba por la cocina moviéndose de aquí para allá.

-       Estoy en casa – dijo acercándose al joven, entrando en la cocina.
-       Kyuhyun! – dijo sorprendido – pensé que llegarías tarde.. hoy.. – lo miro preocupado.
-       Si – asintió. Puso sus brazos alrededor de la cintura de Eunhyuk, besando su mejilla – fui y lo vi. Supongo que no me quede mucho tiempo – miro con detenimiento el rostro de su amado por un momento. Desde el día que conoció a Eunhyuk, sabía que él era indicado, a quien se refería Hyukjae. Ni si quiera era por su apariencia. Fue por que comenzó a enamorarse de Eunhyuk desde el primer día que lo conoció. Su romance empezó unas semanas después de ese primer encuentro y esa sensación de mariposas en su estomago cada vez que lo veía seguía intacta desde entonces.

Kyuhyun nunca supo qué tipo de conexión tenia Hyukjae y Eunhyuk. Eran personas diferentes, eso lo sabía. Eunhyuk era, después de todo, completamente humano. No poseía esa inocencia que Hyukjae tenía, pero era aun mas devoto a él como persona. El amor de Hyukjae había sido hermoso porque era Kyuhyun era lo único que conocía y quería, el amor de Eunhyuk era hermoso por que tenía experiencia en la vida, había amado a hombres y mujeres, pero había escogido a Kyuhyun sobre todos ellos. Aun así, Eunhyuk sonreía de cierta forma o decía algo de una manera o como lo miraba mientras hacían el amor, todo eso hacía a Kyuhyun saber que había algo de Hyukjae en él. Eso le hizo más fácil dejar ir a Hyukjae.

Hoy se cumplían tres años desde que Hyukjae había muerto. El día en que la vida de Kyuhyun había cambiado radicalmente. Había ido a su tumba, como todos los años. Pero de alguna forma, este año no se sentía tan triste. Había sido capaz de sonreír mientras limpiaba la tumba, quitando la nieve y colocaba flores frescas.

-       No lo necesitaba – dijo Kyuhyun. Sonrió de la nada, apretando su agarre en la cintura de Eunhyuk, acariciando con sus dedos la espalda baja de su novio, un lugar que era bastante sensible en él. – el espíritu de Hyukjae me dijo que me apresurara en llegar a casa con mi esposa. – Eunhyuk rio golpeándole el hombro.
-       Solo porque cocino no me hace una esposa. Me hace el que llega temprano del trabajo y que por ende tiene más tiempo.
-       Lo que tu digas – se burlo Kyuhyun. Miro uno de los potes sobre la mesa alzando sus cejas – preparas mi comida favorita? – Eunhyuk hizo una mueca.
-       Pensé que estarías triste hoy.
-       También pensé lo mismo. pero no siento como si lo esté olvidando. Es solo que, ahora sé que estas aquí para quedarte, no siento que necesite apegarme tanto a él como antes. Aun así no quiero sentirme triste al hablar de él. No es justo para Hyukjae. Él quería que fuera feliz y me trajo hasta ti. – Eunhyuk sonrió enternecido.
-       Te tomo todo este tiempo darte cuenta de que estoy aquí para quedarme?
-       Bueno, supongo que al decir que me amaras para siempre y que nunca me dejaras y te mudaras conmigo eran unas buenas pistas. – dijo con sus ojos brillando de felicidad.
-       Tonto – rio Eunhyuk, destrabándose de los brazos de Kyuhyun para volver a cocinar. Pero Kyuhyun sabía que seguía pensando en todo lo que le dijo por la forma en que lo miraba de reojo, sonriendo ligeramente.
-       Eunhyuk – lo llamo, haciendo que lo mirara intrigado. Tomo el rostro de su novio entre sus manos y lo beso con dulzura – te amo y soy muy feliz.

Eunhyuk coló sus brazos por el cuello de Kyuhyun, devolviendo el beso igualmente dulce, con una sonrisa.

-       También soy feliz Cho Kyuhyun. Y también Hyukjae es feliz. Lo sé – susurro sobre sus labios.





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