martes, 6 de octubre de 2009

[Chapter fic] Unexpected {EunHae}

Capitulo 7

- No! – Donghae golpeo la mesa que tenía en frente con el puño cerrado. Intentando intimidar a los hombres que habían venido por él
- Te regresas a casa ahora – dijo uno de ellos de forma seria. Eran tres sujetos contra uno. No era justo. Esto es tan típico de su padre, el usar la fuerza antes de la razón. Pero, había sido expulsado de la casa, ¿Qué era lo que querían ahora para hacer que volviera?
- No quiero! – pateo a uno, pero fallo por unos centímetros. Hasta que otro de ellos perdió la paciencia, abofeteándolo con fuerza. Volteándole el rostro del impacto.

Nunca le había pasado esto a Donghae. Nadie nunca se había atrevido a levantar un dedo contra él. Fue tan impactante el sentir que alguien lo estaba lastimando que el aire se le atoro en la garganta.
Siwon no llegaría a casa hasta unas horas más. No había nadie cerca para que lo salvaran.

- No debemos lastimarlo – dijo otro tipo, llamándole la atención al que le había abofeteado.
- Lástima, el mocoso es difícil de manejar – Donghae se apoyo con el codo sobre la mesa que tenía a su espalda y comenzó a llorar. No odiaba a estos tipos. Solo hacían el trabajo que su padre había ordenado. No era su culpa que estuviesen obligados a llevarlo de vuelta. Dos de ellos se largaron a reír.
- Parece que solo necesitabas golpearlo para que se calmara – Donghae miro a los tipos altos frente a él, memorizando sus rostros. Toco su mejilla golpeada dándose cuenta de que tenía el labio roto. Lo mordió succionando la sangre.

******

Dos días antes, Kyuhyun se reunía con el padre de Eunhyuk en su oficina para discutir de negocios. 

- Deberías visitar nuestra galería también – dice el señor Lee al ver entrar a Kyuhyun a su oficina. – sería bueno el verte más seguido. – Kyuhyun lo saludo con un gesto con la cabeza. Nunca le gusto el padre de Sungmin y Eunhyuk, pero a veces necesitaba hacer negocios con él. 

Unos días atrás, luego de visitar a Eunhyuk, se entero de su aventura en “El Cielo” con aquel chico. Que no era otro si no que el ahijado del señor Lee, el padre de Eunhyuk. Y lo que más le divertía era que Eunhyuk no sabía nada sobre esto. Tan solo había averiguado que su padre y el padre del chico eran amigos cercanos.

- Sí, pero el ir a la galería solo por visitarla no va a ayudar mucho al negocio que digamos.
- Tu siempre tan cuidadoso con los asuntos monetarios – dice el señor Lee sonriendo a lo que Kyuhyun asiente.
- Solo me preocupo de invertir bien mi dinero. Ya sabe, mi familia no es acomodada. Necesito cuidar mi capital para mi futuro. – sonrió Kyuhyun observando alrededor. La oficina estaba tal cual la conoció hace diez años. La primera vez que puso un pie en ella, se sintió intimidado por lo grande e imponente que era. Pero ahora, se sentía bastante cómodo.

Kyuhyun y el señor Lee se respetaban mutuamente, pero mantenían sus reuniones al mínimo. El señor Lee admiraba a Kyuhyun por su tenacidad y por su buen ojo para convertir los negocios en una mina de oro. También, admiraba el hecho de que Kyuhyun viniese de una familia humilde y se convirtiera en el hombre exitoso que era ahora. Kyuhyun admiraba la habilidad del señor Lee de intimidar a cualquiera con tan solo una mirada. Algo en lo que Kyuhyun aun practicaba. Eunhyuk tenía el mismo don que su padre, solo que rara vez lo ocupaba.
Eunhyuk entro en la oficina frunciendo el ceño.

- Ah, aquí estas – saludo el señor Lee a su hijo. Él era un hombre poco cariñoso. Crio a su hijo con morales y privilegios. Pero sin amor. Solo Sungmin fue afortunado al recibir el cariño de su padre. Era por eso que a Kyuhyun no le sorprendía ver aquel ceño fruncido de parte de Eunhyuk hacia su padre. – tu hermano, donde esta?
- De fiesta, es lo más probable – Eunhyuk sonrió - ¿para qué me llamabas? – el viejo frunció el ceño, luego rodo los ojos. No le gustaba el como Eunhyuk se había vuelto indomable con los años.
- Quería que miraras los papeles para el marketing de esta galería. Son para una obra de caridad.
- Desde cuando inviertes en arte? – pregunto Eunhyuk un poco divertido
- Ese no es el punto, hijo. Asistiremos a este evento no por el dinero, si no para conocer a la gente que vaya. Servirá para ampliar nuestra agenda con nuevos clientes
- Ah
- Si, también escuche que el señor Lee DongJin también asistirá – dice Kyuhyun, observando la reacción de Eunhyuk. El señor Lee sonrió al escuchar las noticias sobre su amigo cercano. Eunhyuk en cambio miraba a Kyuhyun sorprendido. Este solo sonrió. – algo extraño ocurre con su hijo – continuo diciendo. El señor Lee se recargo en su asiento mirando a Kyuhyun con atención.
- Si, el chico no es muy sociable y es muy tímido. Le he dicho a Jin muchas veces que tiene que ser más duro con ese chiquillo.
- Bueno, parece que su hijo se volvió un rebelde de la nada y el señor Lee y su esposa ya no saben qué hacer con él. Los rumores dicen que lo echaron de su casa. – Eunhyuk sintió pánico, pero logro mantener un rostro calmado.
- Hmm… - murmuro el señor Lee – es tan común de Jin el mantener estos asuntos para sí mismo. No puedo culparlo. Prácticamente crio al muchacho en una cuna de oro. Si solo hubiese seguido mi ejemplo…
- Bueno, los rumores vuelan rápido. Hacemos negocios en un círculo bastante elite. Los hijos a veces pueden arruinar a los padres. Sería una lástima ver que eso ocurriera – comentaba Kyuhyun como si nada.
- Jin lo manejará bien. ¿Qué edad tiene el muchacho? ¿17? ¿18? Que mas podría hacer? – chasqueo la lengua, luego frunció el ceño recordando cómo era Eunhyuk a esa edad.
- El chico solo necesita un guía, un mentor. Alguien que sepa por lo que está pasando. ¿no el señor Lee DongJin lo tuvo a una edad madura? Casi cumplía los cuarenta, no es así? – preguntó Kyuhyun. Miro a Eunhyuk con una sonrisa disimulada, quien ya estaba entendiendo a donde iba todo esto.
- Tenía mucho más que eso, ya casi iba a cumplir cincuenta creo. Oh bueno. Sé exactamente lo que debe estar pasando. – el señor Lee sonrió volteando a mirar a Eunhyuk.- yo también tuve un pequeño rebelde. Pero creció como un hombre bastante maduro.
- Tienes dos hijos, padre. El menor es mucho peor que el mayor.
- Tonterías. Sungmin es mucho más manejable que tu. A los diecisiete, quien sabe en que líos andabas metido cada día. Y los problemas que yo tenía que pasar al intentar ocultar tu nombre de los medios. Los arrestos, las drogas, el manejo en estado de ebriedad. Pensar en eso ahora me da dolor de cabeza.
- Bueno, ya que Eunhyuk tiene ese pasado. Porqué no presentarle el hijo del señor Lee DongJin a Eunhyuk? – sugirió Kyuhyun. – Eunhyuk tuvo su fase rebelde. Estoy seguro que será un buen tutor para ese muchacho.
- Hmm… esa no es una mala idea – dijo el señor Lee meditándolo. Lo último que quería era que su amigo pasara por los mismos problemas que él tuvo cuando estaba criando a su rebelde y adolecente hijo. Perdió mucho dinero mientras Eunhyuk estaba en esa fase, así también como amigos y negocios importantes al tener que limpiar los records criminales del chico rebelde. Le gustaba la idea de salvar a su amigo de aquel gran problema – no es para nada una mala idea.

Eunhyuk estaba tenso y se sentía aterrorizado. En cambio Kyuhyun lucia triunfante. Esto era lo que había planeado desde el comienzo. No era una reunión de negocios, era una trampa.
Eunhyuk se regaño mentalmente por no haberlo previsto, ahora, era demasiado tarde.

*****

- Oh vamos, arrodíllate y bésame el trasero en agradecimiento – decía Kyuhyun de brazos cruzados frente a él. Eunhyuk ya estaba rojo de todo lo que había soltado culpando a Kyuhyun de meterse donde no lo habían llamado. Menos aun sin preguntarle primero. Kyuhyun solamente lo ignoro y tomó una botella del bar, en la casa de Eunhyuk, que había estado guardada por más de cinco años. En el estado en el que se encontraba Eunhyuk, no le importaba que Kyuhyun pusiera sus garras en una botella de su excelente colección de vinos. Un regalo de Sungmin ni más ni menos. Si hubiese sido otro el caso, ya estaría regañándolo y pidiéndole que le pagara 10 mil dólares por la supuesta botella que iba a desperdiciar.
- Que te de las gracias?! – chillo Eunhyuk – GRACIAS?! ESTAS DEMENTE?!
- No, pero al parecer tu si lo estas. – dijo yendo hacia la cocina para buscar un destapador – en las últimas semanas tus empleados me han contado que suspiras más de cincuenta veces al día, y siempre andas soñando despierto. Y también, de una fuente muy confiable, me han dicho que te masturbas bastante últimamente.
- QUE?! – Eunhyuk se veía shockeado. Literalmente. Kyuhyun se rio de él. 
- Oh vamos! Hice mis averiguaciones. Vi al pequeñajo, bastante inocente la verdad. Pero supongo que tu gusto en hombres cambio ahora que persigues a menores de edad. Oh! No me mires así! No te estoy juzgando. Si ahora los pequeñajos hacen que se te ponga dura, está bien para mí. – camino hacia él con un vaso de vino en la mano para ofrecérsela, ya que había logrado abrir la costosa botella – si ese niño sigue presente en tu mente de forma constante, deja de pelear contra ello. Si lo quieres, tómalo. Permítete ser feliz. No eres un cura. – Eunhyuk le recibió el vaso y tomo un sorbo, meditando sus palabras. – oh dios, retiro lo dicho. Los curas son peores. Ellos roban a los chicos para pervertirlos. – dice en tono burlón, provocando que Eunhyuk se enfureciera nuevamente.
- No puedes hacer esto! – dice dejando el vaso a un lado para encararlo
- Lo que está hecho, está hecho. Estoy seguro que en el fondo estas revolcándote de felicidad. Y esta noche, cuando estés solo en tu cuarto. Te darás cuenta del gran favor que te he hecho mientras te masturbas, y me darás las gracias como corresponde. Mi trasero puede esperar por tus labios – dice haciendo un sonido de un beso.
- No puedo creer que sea tu amigo
- Bueno, los de nuestra calaña siempre permanecen juntos. Ahora, de verdad tengo que volver a mi oficina. Te hablo más tarde~ - Kyuhyun se fue más que rápido. 

Eunhyuk se dio cuenta que estaba solo con un vaso de uno de sus mejores vinos frente a él. 

- Maldición – bramo enojado.

*******


- No uses ese lenguaje frente a mi jovencito – demando el padre de Donghae. Su hijo, ahora exhibiendo un rostro con un moretón cerca del labio, lo miraba desafiante. Nunca en su vida hubiese imaginado que su propia carne y sangre le resultara tan desagradable. Le hería profundamente que su hijo, el cual soñaba con que creciera perfecto, saliera tan retorcido.

Pero al menos ahora tenía esperanza. Y no hace mucho que se había dado por vencido. Si su amigo no le hubiese contado su historia personal de su hijo, que era más o menos parecido a como Donghae se comportaba ahora, quizás habría seguido fingiendo que jamás dio a luz a Donghae. Pero sí amaba a su hijo, así que por mucho que tuviera que tragarse su orgullo. Necesitaba traerlo de vuelta.

- Jodete! 

El sonido de una palma sobre la mejilla reboto en las paredes y una mujer ahogo un gritito no tan lejos de donde Donghae se encontraba. 

- Querido! – dijo la madre de Donghae. El pequeño miro a su madre – por favor, no lo golpees
- Debí hacer eso hace mucho tiempo! – gruño el señor Lee
- Si! Debiste hacerlo! – espeto Donghae, sobándose la mandíbula. 
- Ya basta! – lloro la madre de Donghae, estaba a punto de soltar las lagrimas, lo que hizo sentir culpable a Donghae. Pero no podía evitar el sentirse herido y ser la victima de todo lo que ocurría. No tenia por que sentirse culpable. Todo lo que quería hacer era lastimarlos. Cuando su madre intento tocarlo, aparto sus manos de golpe. Satisfecho por la mirada de sorpresa y tristeza en su rostro.
- No me toques! – advirtió Donghae – puedes contraer SIDA – su madre gimoteo asustada, mirándolo incrédula.
- Basta de tonterías! – interfirió su padre – puedo arrancarte de nuestras vidas de forma permanente
- Y porque no lo haces?!
- Eres mi hijo! – replico enojado – por suerte, tengo un amigo que experimento el mismo dilema. – dice mirando a su esposa, quien lo observo sorprendida – está dispuesto a ayudarme. Así que ahora estarás al cuidado de su hijo.
- Qué?! – dijo Donghae confundido – me estas entregando a un amigo?
- No! – gruño el señor Lee, exasperado. – su hijo puede ayudarte. Es un joven encantador. Pero hubo un tiempo en que era tan rebelde como tu – Donghae carcajeo
- No tienes miedo de que termine teniendo sexo con el encantador hijo de tu amigo? – el señor Lee lo tomo del cuello levantándolo de su asiento 
- Escucha pequeño ingrato – siseo, enojado – estoy extendiendo mi generosa mano hacia ti. Si me dejara llevar por mis impulsos. Jamás volverías a pisar esta casa! Ahora haz lo que te digo! – lo empujo de vuelta a su asiento, donde Donghae recupero el aliento. A la distancia podía escuchar a su madre llorando, pero no le importo – desde mañana temprano te quedaras en su casa! Y si te atreves a avergonzarme de alguna manera…
- No debiste dejarme nacer si tanto me odias! – susurro Donghae, lo que solo enojo aun mas a su padre
- Fuiste un accidente! – reclamo el señor Lee, rojo de furia. Esta vez su madre salió a defenderlo.
- Es suficiente! – dijo lloriqueando – como te atreves a decir eso! – se dio vuelta para mirar a Donghae, tomando su rostro entre sus manos – oh mi niño, él no quiso decir eso – sollozaba ella acariciando sus mejillas. Donghae estaba de piedra. La empujo a un lado, apartando sus manos de su cara.
- Entonces te sirve de lección el que haya resultado de esta forma! 

Su padre lo golpeo. De forma brutal.
El señor Lee DongJin era demasiado orgulloso para admitir que lo único que siempre quiso en su vida fue el tener hijos. El cómo trabajo por tanto tiempo intentando que su esposa quedara embarazada. Quería que todo su imperio, que había construido desde la base, la heredara alguien de su misma carne y sangre. Otorgarle todo el prestigio y privilegio por el que tanto trabajo. Pero el destino era poco amable. Y por más que insistió, dios le dio la espalda. Pero no la tecnología. Donghae quizás no fue concebido de forma natural, pero era de alguna forma, parte de sí mismo.
Después de mucho tiempo esperando el milagro, al fin había nacido un niño que pudiera llamarlo como el tanto había querido. Padre. Pero había pasado tanto tiempo intentando construir una cuna de oro para él, que olvido el comportarse como uno.

*****

Eunhyuk debía admitir que estaba nervioso. Nunca cruzo por su mente que aquella fantasía en “El Cielo” pudiese invadir su realidad. Le hizo temblar un poco mientras intentaba anudar su corbata, observándose en el espejo de la oficina. En unos minutos, Donghae entraría caminando por esa puerta y no estaba seguro de cómo comportarse cuando eso sucediera.
Era verdad lo que Kyuhyun dijo. Quizás su amigo era mejor interpretando sus emociones que él mismo. Donghae aparecía en sus pensamientos de forma constante. La sensación, su sabor y la forma en que sonreía de forma inocente y hacia pucheros. Extrañaba aquello tanto que le quitaba el aliento. Y si, su cuerpo reaccionaba bastante bien con lo que pensaba. A veces, cuando tomaba un recreo de su arduo trabajo, su mente divagaba y aparecía Donghae en todo su esplendor. Tenía que forzarse a sí mismo a relajarse para bajar la erección que crecía entre sus piernas.
Sin embargo, no había perdonado a Kyuhyun por lo que hizo. Aun que ahora, se sentía menos enojado, pero igualmente molesto.
Eunhyuk estaba sumido en sus pensamientos cuando la puerta de su oficina finalmente se abrió. Se levanto de su silla, esperando a ver a Donghae. Pero en vez de eso, lo que se paro frente a él era una figura que apenas podía reconocer.
Usaba una chaqueta negra y una bufanda que le cubría hasta la nariz. Anteojos de sol grandes y un jockey. No se veía mucho de su rostro a través de todo aquello. El bolso que cargaba sobre el hombro, cayó al suelo mientras cerraba la puerta detrás de él. Eunhyuk bordeo su escritorio.

- Donghae? – susurro confundido – que…? – se acerco a él extendiendo sus manos, pero estas temblaban. No sabía si debía tocarlo o no. Pero algo andaba mal. – que te paso?
- Como si te importara – Donghae no tenía la intención de ser pesado, pero le salía del alma. El ver al hombre al cual le abrió su corazón y que luego lo abandono de forma cruel, era doloroso. Aparto las manos de Eunhyuk de un golpe y avanzo hasta sentarse en una silla frente al escritorio. Emitiendo pequeños quejidos de dolor mientras lo hacía. Eunhyuk lo siguió, pero esta vez fue más cauteloso. 
- Entiendo que estés enojado – dijo – pero hay ciertas reglas que se deben seguir en “El Cielo”
- Claro que lo sé. Leí todo sobre aquello – dice levantando la mirada levemente, sin dejar de cubrirse el rostro con aquella bufanda. – después de lo que ocurrió, claro. – espeto el muchacho. Este no era el Donghae que Eunhyuk conocía. Pero se tranquilizo pensando que cualquiera estaría enojado al despertar y no encontrar a la persona en quien había confiado de forma honesta.
- Lo que tuvimos…
- Fue solo placer físico – completo Donghae. – estoy aquí porque mi padre me lo ordeno. Viviré contigo porque me dijeron que lo hiciera. Y estaré junto a ti por qué no me queda de otra
- Donghae…
- Necesito tu dirección, mi chofer está esperando – intervino nuevamente, antes de que Eunhyuk pudiera terminar. Qué era lo que esperaba Eunhyuk? Que Donghae cayera en sus brazos diciéndole lo mucho que lo había extrañado? No podía culpar a Donghae por estar tan enojado.
- Dile que se vaya, yo te llevare a casa
- Para qué? No estás trabajando? – Donghae se puso de pie, nuevamente soltando un quejido de dolor. – solo dame tu dirección.
- Llama a tu chofer. Te llevare yo mismo – repitió Eunhyuk con tono autoritario – si vas a hacerme caso en todo, entonces haz lo que te digo. 

Donghae bufo molesto, y por un momento, Eunhyuk creyó que lo estaba mirando a través de los anteojos. Luego busco su teléfono por entre sus bolsillos para llamar al chofer. Fue entonces cuando Eunhyuk noto un moretón en su mejilla, que había estado escondido tras la bufanda.
Sin darse cuenta, le quito el jockey y los lentes asustando a Donghae. Eunhyuk se sorprendió con lo que vio, luego lentamente sintió como la rabia inundaba sus sentidos.

- Quien hizo esto? – demando. Donghae se termino de quitar la bufanda que le cubría el cuello, mostrando otro par de marcas en su cuello y labios. Su boca estaba morada en dos lados. Uno en el centro y el otro en un costado. Eunhyuk sostuvo su rostro con ternura – oh Donghae… - susurro – quien fue? – hablo con suavidad, pero en sus ojos se notaba la rabia que traía encima. Eran como dos dagas a punto de salir disparadas.
- No te importa – respondió Donghae.
- Tu padre lo hizo? – el pequeño bufo moviendo los hombros, luego aparto las manos de Eunhyuk de golpe
- Te dije que no te importa!
- Claro que me importa – reclamo Eunhyuk enfadado – fue tu padre, no es así?
- Como si eso te interesara – se cruzo de brazos mirando hacia otro lado. 
- Me interesa, de verdad
- Dice el hombre que me dejo abandonado en una habitación – ahora había acido en las palabras de Donghae y en su tono de voz. Eunhyuk lo miro sin poder moverse. Donghae tenía razón al estar enojado. Lo abandono de una forma bastante cruel.
- Siento que haya tenido que terminar así
- Claro que sí! – volvió a mirarlo. Se veía tan indefenso y confundido, su rostro lleno de moretones y sus ojos rojos. Las lágrimas intentaban salir de ellos, pero el pequeño luchaba para que eso no ocurriera. Su labio inferior temblaba al contenerse. – siento el haber confiado en ti. De verdad lo siento. Siento pensar que estaba enamorado de ti! – lloro, las lagrimas finalmente salieron cayendo por sus mejillas. Comenzando a sollozar. – siento que no te hayas sentido de la misma forma conmigo y que yo fuera solo otra más de tus conquistas de fin de semana! Perdona por pensar que podrías llegar a quererme también…
- Donghae
- No! Cállate y no me mires así! – se dio la vuelta, incapaz de seguir mirando a Eunhyuk. Estaba de verdad devastado. No quería darle la satisfacción de verlo vulnerable – no necesito tu caridad – susurro – solo eres un hombre y lamentablemente mi primer corazón roto.

Unos brazos lo envolvieron, fuertes, desafiantes y devastadores. Sintió la respiración de Eunhyuk sobre su lado derecho, golpeando su oreja.

- Me enamore de ti – susurro Eunhyuk con dulzura sobre su oído – pero eres solo un niño y ni si quiera eras un miembro del “El Cielo”. Lo que es peor, eres el hijo del mejor amigo de mi padre. ¿Cómo se supone que maneje esto? Todo este tiempo pensé en ti. A veces sentía la necesidad de ir a verte, pero no podía. Eres joven e ingenuo. Claro que pensaste que te habías enamorado de mí. Los jóvenes siempre se enamoran.
- Estas enamorado de mi? – pregunto Donghae, su voz llena de emoción.
- Si, y mucho.

Donghae se giro entre sus brazos hasta quedar frente a frente. Miro a Eunhyuk, observando cada detalle del rostro del hombre que lo abrazaba. Luego, por un breve momento, sonrió. Esa sonrisa confiada que solo había mostrado cuando estuvieron juntos en “El Cielo”.

- Oh Eunhyuk – susurro con ternura, casi sin aliento. Y luego, tan rápido como había sonreído, vino esa mirada cargada de odio y maldad.

Eunhyuk cayó al suelo en forma de pelota, tomándose con ambas manos su entrepierna. La cual había sido golpeada de sin piedad por la rodilla de Donghae.

- Oh dios… - gruño. Donghae lo contemplaba con una media sonrisa, cruzándose de brazos. 
- Mi nombre es Donghae, no dios. Pero si quieres me puedes llamar de esa forma 

La puerta se abrió y Eunhyuk ni si quiera se molesto en mirar quien era. El dolor en su entrepierna ocupaba toda su atención de momento. 

- Oh – dijo una voz que reconocía a la perfección – tú debes ser Donghae!
- Kyuhyun… - gimoteo Eunhyuk desde el piso. Donghae no dijo nada. Pero quizás asintió cuando le pregunto.
- Estas bien amigo? – Kyuhyun se arrodillo, quitando un cabello de su frente – duele verdad? – Kyuhyun intento lucir preocupado, pero Eunhyuk sabia de sus verdaderas intenciones.
- Desgraciado… - Kyuhyun rio alegremente
- Bien! Parece que el cachorro tiene garras! – dijo, para luego agregar más suavemente – hacen buena pareja
- Ayúdame…
- No puedo, tendrás que lidiar con el dolor tu mismo.

Cuando Eunhyuk logro recuperarse del golpe y pudo ponerse de pie. Se giro a mirar a Donghae, quien sonreía de forma triunfal. Eunhyuk le sonrió de vuelta. Donghae era siete años más joven como para ganarle. La sonrisa del pequeño se desvaneció hasta convertirse en una mueca de espanto. Eunhyuk estuvo frente a él en unos segundos, sin dejarle tiempo suficiente para reaccionar. Le volvió a colocar el jockey sobre la cabeza, lo tomo de un brazo para girarlo y lo empujo levemente hacia delante. Tomándolo del cuello mientras lo hacía caminar frente a él.
Donghae gimoteo en protesta, pero no dijo nada. Eunhyuk tomo el bolso del piso, colgándoselo en el hombro y ambos salieron por la puerta.

- Que lo pasen bien~ - dijo Kyuhyun moviendo la mano para despedirse, mientras los veía salir de la oficina.

Donghae fue guiado por la nuca por los corredores, con todos los trabajadores cuchicheando al respecto. La mayoría apartaba la mirada, ya que nunca habían visto a su jefe tan animado antes. No querían entrometerse en su camino. Sin embargo, sentían demasiada curiosidad como para quedarse quietos en sus cubículos. Así que estaban todos pendientes de lo que ocurría. 
Llevo a Donghae hasta el ascensor, lo obligo a presionar el botón y luego lo saco del elevador una vez llegaron hasta los estacionamientos. Lo subió al asiento del pasajero, metiendo el bolso en los asientos de atrás. Rodeo su lujoso mercedes plateado y subió a este mirando a Donghae de reojo.

- El cinturón – dijo metiendo la llave, echando a andar el auto. Donghae obedeció a regañadientes, pasándose el cinturón y abrochándolo a un costado.

Toda la confianza que había tenido en un inicio se había ido por el caño al ver esa mirada en los ojos de Eunhyuk. Había esperado tanto tiempo para hacer eso, lastimarlo. Que se sintió bien el ver como Eunhyuk se retorcía en el suelo gimoteando de dolor. Pero ahora, comenzaba a tener dudas al respecto. Quizás no fue tan buena idea después de todo.
Cuando el automóvil comenzó a moverse, su corazón se acelero, escuchándolo en sus oídos. A pesar de todo, aun tenía una victoria sobre Eunhyuk. Eso le hizo sonreír ligeramente.

El automóvil pronto volvió a estacionarse. Donghae esperaba ver una mansión, con amplios jardines. Pero tan solo era un condominio, una casa de tres pisos y una cochera subterránea. No sabía lo que esperar realmente. Era una zona residencial. Lejos de la bulliciosa ciudad. No visualizaba a Eunhyuk como un tipo quitado de bulla. Parecía más del tipo que iba de fiesta todos los días hasta las tantas de la madrugada. Es por eso que el ver esta zona residencial, tan silenciosa, lo dejo confundido.

- Bájate – ordeno Eunhyuk. Donghae lo hizo, apurado por seguir esa orden. En cuanto puso los pies en la tierra y levanto la mirada, casi se hace en los pantalones por la emoción.

En frente del automóvil de Eunhyuk, había otro modelo más espectacular que el que ya había montado. Su boca se abrió de la sorpresa. Aquella era una maravilla. Un Porsche carrera GT de color negro brillante. Donghae podía sentir la baba acumulándose en su boca al mirar ese automóvil.

- Oh por dios! – exclamo estirando una mano de forma automática para tocarlo. Escucho como Eunhyuk chasqueaba la lengua de forma irritada, lo que le hizo volver a la realidad.
- Vamos – dijo Eunhyuk molesto. Donghae lo siguió de forma obediente. Tragando la baba acumulada en su boca mientras se despedía de esa belleza. Se le hacían aguas las manos el tan solo imaginar sentarse en el asiento de piloto y manejar esa maravilla. Escuchar el ronroneo de motor y el cómo alcanzaría altas velocidades. Podría tener una erección tan solo imaginando todo aquello.

Fue guiado hasta la sala de estar de la casa de Eunhyuk. Sin duda alguna era un hombre soltero que vivía solo. Todo el diseño y los colores de la casa lo gritaban a todo pulmón. Sofás de color chocolate, una pantalla LSD colgada en la pared. Una repisa de dvds debajo de la pantalla. Era un lugar agradable y pulcramente ordenado. 
Eunhyuk hizo que subiera las escaleras, entrando a una espaciosa cocina, con una mesa para cuatro en el centro. Al lado del espacio para la cocina había un salón de entretenimiento. Donde se encontraba otra pantalla plana, un mini bar, una silla reclinable y al centro una mesa de pool. Eunhyuk dejo en el suelo el bolso del pequeño y camino hasta el refrigerador. Saco una botella de agua, la abrió y la vacio de un solo trago.
Donghae lo miraba con detenimiento, el cómo su manzana de Adán subía y bajaba mientras tragaba toda esa agua, como su cabeza se reclinaba hacia atrás empinando la botella hasta vaciarla por completo y al acabar dejar escapar un leve suspiro. Unas gotas de agua cayendo por la comisura de sus labios las cuales fueron limpiadas por el dorso de su mano. 
Eunhyuk parecía haber olvidado que tenía compañía. Se volteo a mirar al pequeño sonriendo.

- Quieres una? – pregunto, pero no sonaba como si le importara la verdad. Solo estaba siendo cortes. Donghae si quería una, pero prefirió hacer un gesto negativo ya que temía que si le decía que sí, Eunhyuk primero lo torturaría antes de darle una botella de agua.

Entonces Eunhyuk volvió a caminar hacia él, tomando el bolso del suelo y al pequeño de un brazo. Y subieron otro par de escaleras. Aquí, había un espacioso lugar sin ninguna decoración. Solo una alfombra blanca y un par de plantas de interior. Con unos ventanales que iban desde el suelo al techo con cortinas blancas también. Podría haber sido ocupado como otro espacio recreativo, pero estaba vacío. Había cuatro puertas y Donghae fue guiado hasta una.
Eunhyuk abrió la puerta y metió a Donghae adentro. Había una cama de dos plazas, con un cobertor rojo y sábanas de seda color crema. Almohadas y cojines que hacían juego con los colores de la cama. Un sillón doble de piel blanca estaba puesto mirando hacia la ventana. 

- Este será tu cuarto. Mi hermano lo usaba antes, pero ahora se consiguió un lugar propio así que no volverá.

El saber que Eunhyuk tenía un hermano sorprendió a Donghae. No parecía del tipo que tuviera parientes cercanos. Era un hombre frio y manipulador.

- Tienes tu propio baño; esta junto al armario. Desempaca y acostúmbrate. Volveré para la cena. No toques nada ni tampoco intentes salir. Me enteraré si intentas abrir cualquier puerta de esta casa. – Donghae hizo un puchero, treinta minutos con este hombre y ya le mostró un carácter diferente. No sabía si le gustaba, pero de algo estaba seguro. Estaba comenzando a desencantarse de él.

Cuando Eunhyuk se fue, Donghae comenzó a inspeccionar la casa. Comenzando por su cuarto. Quien fuera el hermano de Eunhyuk, debió tener un muy extraño hobby. Había un montón de juguetes interesantes dentro del closet.
En una caja no muy grande habían unos objetos que Donghae solo vio antes en “El Cielo”. Ahí habían lubricantes de varios sabores, una caja llena de condones y plumas de diferentes colores. Habían palos con pelotas no muy grandes. No sabía para que servían esos, pero tomo uno para examinarlo de cerca.
Ya terminando de inspeccionar el armario, comenzó a desempacar la poca ropa que pudo meter dentro del bolso, antes de que su padre lo golpeara nuevamente.
Al menos, sabía que tenia ropa en la casa de Siwon la cual podría pasar a recoger después. Pero su uniforme escolar, un par de zapatos, cepillo de dientes y otro poco de cosas fue lo que pudo meter dentro del bolso antes de salir huyendo de su casa. El uniforme escolar era lo más importante. Lo demás podría manejarlo luego.
Colgó su uniforme en el armario y puso su cepillo dental en el baño junto con otras cosas. El baño no era tan grande como el que tenía en su casa, pero era mejor que no tener nada.
Abrió el agua de la tina, acomodándola a la temperatura que le gustaba y comenzó a llenar la bañera. Quería restregar y lavar todo lo que le había pasado. Cuando se sentó en el agua, fue una sensación relajante. El agua estaba caliente, casi a punto de hervir. Se sentó ahí, llevando sus piernas hasta su pecho.
Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo que su mente era un torbellino, no sabía pensar con claridad. Su respiración se volvió pesada y sus ojos se llenaron de lagrimas comenzando a llorar.
No entendía como había llegado hasta esta situación. Sin un techo seguro y sin nadie que lo protegiera. No podía confiar en el hombre en el que pensaba que estaba enamorado y no podía confiar en sí mismo para tomar la decisión correcta. Todo se volvió patas arriba desde que puso un pie en “El Cielo”.
Se quedo en la bañera, llorando, sintiendo compasión por sí mismo hasta que el agua comenzó a enfriarse. Dreno la mitad y volvió a llenarla una vez más.
Cuando pensó que ya era suficiente de estar ahí sentado lamentándose, se salió de la bañera y se seco envolviéndose con una toalla. Al pararse frente al espejo pudo ver todos los moretones que tenía esparcidos por su piel. Eran más de los que pensaba. Su mente divago recordando lo que había ocurrido el día anterior, cuando su padre lo golpeo. Solo se detuvo cuando su madre se interpuso entre ellos y recibió un golpe en el rostro. Eso pareció traer a su padre de vuelta a la realidad.
Donghae podría haberse defendido, pero no lo hizo. Nunca antes le habían pegado. No sabía cómo defenderse. No fue criado en un ambiente violento y que de pronto lo comenzaran a golpear era demasiado sorprendente como para reaccionar.
Donghae nunca había visto a su padre tan activo, y nunca, lo había visto tan violento. Se quejo mientras se aplicaba un poco de loción en el cuerpo. Una crema que debió pertenecer al hermano de Eunhyuk. Era de aroma dulce y bastante suave. Le agradaba la sensación refrescante que le dejaba. Se aplico una buena cantidad en el cuerpo, hasta que sintió que ya estaba lo suficientemente humectado. Lo primero que hizo en la mañana fue comprar lo necesario. Una playera manga larga con cuello en V lo bastante ancha como para mostrar parte de sus hombros y un pantalón holgado que usaría de pijama. No le gustaba tanto, pero no tenía opción. Aparte de la ropa que traía puesta, solo tenía su uniforme. 
Se encamino hasta la cocina, abriendo la puerta gris del refrigerador, encontrando un montón de botellas de agua, algunas frutas, pero nada más para comer. El congelador estaba igual. El estomago de Donghae gruño. Saco una bolsa con uvas negras, las metió al fregadero para luego verterlas en un bol. Se fue con ellas hasta la silla reclinable de Eunhyuk.

*****

Cuando Eunhyuk encontró a Donghae, estaba acostado en su reclinable pero en la cocina. Un plato de uvas a medio comer sobre la mesa de café y junto a eso hielo derretido. El pequeño estaba dormido. Ni si quiera despertó con las pisadas de Eunhyuk subiendo las escaleras. Eunhyuk bufo no muy feliz. El pequeño se había bañado, su cabello estaba revuelto y aun lucia húmedo.
Lo que le dolió mas fue ver los moretones en su rostro. En el costado de su labio, en su mejilla y cerca de los ojos. El hielo ahora derretido quizás lo uso para bajar la hinchazón. Eunhyuk dejo la cena que había comprado en la mesa para cuatro y puso los platos. Dejo a Donghae seguir durmiendo.

El primo de Donghae, Siwon, lo visito en su oficina. Eunhyuk había estado esperándolo. Se veía relajado. No le sorprendió el sentirse atraído hacia Siwon cuando lo vio, ya que él era un hombre bastante atractivo.
Le explico que Donghae fue echado de su casa por admitir abiertamente que le gustaban los hombres y que había tenido sexo con uno. Lo que era verdad por cierto. Había estado viviendo con Siwon hasta que los hombres de su padre vinieron a buscarlo hace dos días.
Siwon no le conto mucho, solo que sentía que parte de todo lo ocurrido había sido su culpa. Intento ofrecerle una gran cantidad de dinero a Eunhyuk como compensación por haber aceptado a Donghae en su casa. Básicamente era dinero para mantener al pequeño. Eunhyuk se sintió ofendido, pero entendía que Siwon no tenía malas intenciones. No acepto el dinero, pero Siwon se lo dejo a su secretaria. También dejo una maleta con las cosas de Donghae.

- No sé cómo sucedió o el por qué termino contigo. Pero ahora, lo único que Donghae necesita es sentirse seguro de nuevo. Su vida ha sido sacudida desde la base, llevándolo a un estado de pánico. Creo que ahora se siente más confundido y aterrado que antes.
- Entiendo – dijo Eunhyuk – enserio entiendo. Y si te hace sentir más tranquilo, no soy un hombre despiadado y jamás le hare daño.

*****

Donghae despertó de un salto. Primero, porque estaba soñando con comida. El aroma a comida llegaba a su nariz haciéndolo babear. Se levanto de golpe, sintiéndose adolorido por el movimiento brusco. Escucho movimiento y giro su cabeza hacia la cocina. Eunhyuk estaba lavando algo en el fregadero y de pronto sus ojos se encontraron.

- Dormiste bien? – pregunto Eunhyuk con una sonrisa. Donghae no quiso responder, llevo ambas manos hasta su cabeza comenzando a sentir los síntomas de una jaqueca. – ven aquí, vamos a comer.

Donghae no podía negarse, pero se sentía avergonzado. Se sonrojo.

- Me comí tus uvas – dijo casi en un susurro. Eunhyuk se rio.
- Está bien, yo me comí la otra mitad – hizo un gesto con las manos para indicar a Donghae que se acercara a la mesa. El pequeño se levanto con la cabeza agacha. Eunhyuk corrió una de las sillas a su lado izquierdo para que Donghae se sentara allí. El aroma a comida hizo que su estomago gruñera y sus mejillas se tiñeron de rojo. – estoy hambriento – dijo Eunhyuk, como si no hubiese escuchado al estomago de Donghae hablar – que te gustaría beber? Tengo agua y jugo. No tengo bebidas gaseosas.
- Agua está bien – respondió Donghae mirando su plato. Eunhyuk intentaba ser amable con el pequeño, sin llegar al extremo de demostrarle lastima por la situación que estaba viviendo. Eso probablemente lo lastimaría aun más. 

Eunhyuk le sirvió una buena cantidad de comida, y constantemente le llenaba el plato cada vez que Donghae hacia espacio hasta que el pequeño quedo lleno. Eunhyuk no paro de comer hasta que termino con todo lo que había puesto en la mesa. Donghae se echo hacia atrás visiblemente satisfecho, recibiendo una amable sonrisa por parte de Eunhyuk. Esa misma sonrisa que solía usar cuando trataba con él en “El Cielo”.

- Rico? – pregunto, ofreciéndole un vaso de agua. Donghae asintió. – bien, ahora me ayudas a limpiar? – Donghae lo miro confundido.

Nunca tuvo que limpiar nada antes. Y no estaba seguro de cómo hacerlo. Eunhyuk se levanto y Donghae se puso de pie con él.

- Solo tráeme los platos al fregadero, le sacas los restos de comida botándolos en el dispensador.
- En el que?

Donghae descubrió que había algo cerca del fregadero donde se botaba la comida. Así no tapaba el drenaje. También descubrió que Eunhyuk lavaba sus propios platos y se puso de pie a su lado, secándolos y colgándolos para que terminaran de secarse por la noche. Era un ritual extraño el cual nunca había realizado antes, pero que le hizo ver a Eunhyuk con un renovado interés. No tan siniestro como antes, si no que como una persona normal. De hecho, le gustaba esto. El silencio que reinaba, aparte del ruido que hacían los platos e utensilios de comida y el sonido del agua corriendo. Era relajante.

****

Cuando Donghae entro a su cuarto, estaba cansado y listo para dormir. No esperaba que algo saltara de repente intentando asustarlo. Se sorprendió al ver su maleta, esa que había llevado a la casa de Siwon cuando lo echaron de su casa. Se sentó en el suelo a su lado, abriéndola como quien abre los regalos de navidad.
Se sentía emocionado hasta casi las lágrimas. Su maleta, llena de sus cosas, estaba ahí esperándolo. Algo que no se esperaba que le sucediera ocurría y le hizo llorar como nena al comenzar a sacar la ropa que estaba guardada dentro. Saco un set de pijamas, sus favoritos. Pantalones blancos y playera sin mangas que le hacían juego. Las apretó contra su rostro respirando su aroma a limpio. Aprovechando de secarse las lagrimas que aun rodaban por sus mejillas. Se desvistió para colocárselos.
Eunhyuk debió colocarla en su cuarto cuando llego a casa y el pensar en que Siwon se tomo la molestia de llevarla para que Eunhyuk la trajera le hizo sentir que le importaba a alguien. Se metió dentro de la cama y lloro en silencio. Le agradeció a Siwon en una plegaria y se forzó a intentar ser feliz desde ahora. 
Le fue fácil para Donghae el quedarse dormido sobre la silla reclinable, ya que estaba muy cansado y relajado por el baño. Aun estaba cansado, pero el silencio de la noche y la oscuridad no lo relajaban. Se sentía inseguro por el torbellino de pensamientos en su mente. En los dos meses que habían pasado, ocurrieron demasiadas cosas y la mayoría acabo mal. No podía quedarse dormido. Hasta que el miedo comenzó a comérselo por dentro.
Se quito las mantas de encima y corrió hasta la puerta de su cuarto, saliendo de este hasta aquel espacio abierto. La alfombra blanca brillaba bajo la luz de la luna. Las ventanas estaban cerradas, pero las cortinas no eran gruesas y había luz suficiente. Dio vueltas sobre sus pies inseguro de que puerta era la de Eunhyuk. Se acerco a la que tenia más cerca y al abrirla vio que era un cuarto pequeño. Algo parecido a una oficina. Pasó a la siguiente, pero estaba con llave. Su corazón se acelero como loco. ¿Acaso Eunhyuk le echo llave su puerta?
Incapaz de aceptar que Eunhyuk cerrara así su puerta, paso a la siguiente, la que estaba cerca de las escaleras. Estaba ligeramente abierta y Donghae la empujo, haciendo que sonara un poco. La luz estaba apagada y era difícil saber de qué iba aquel cuarto, pero se veía espacioso. 
Escucho sonido de sábanas y un pequeño gruñido.

- Donghae? – el corazón del pequeño dio un salto hasta su garganta y corrió hacia dentro del cuarto, siguiendo el sonido de esa voz – que haces levantado? – Donghae al fin vio la cama, Eunhyuk estaba sentado sobre ella. Debió haber estado dormido y despertado por el sonido que hizo la puerta al ser abierta por Donghae.
- Yo… yo no podía dormir – dijo, de pie a los pies de la cama. Eunhyuk soltó un pesado bufido, sonando un poco molesto al haber sido despertado de su sueño.
- Acuéstate en tu cama hasta que te quedes dormido – dijo recostándose nuevamente – buenas noches, Donghae 

Donghae entendió la indirecta de “vete de una vez” pero no pudo evitar caminar hasta el lado de la cama, intentando encontrar las palabras exactas que quería decir. Se mordió el labio, nervioso. No quería estar solo.

- Tengo miedo – dijo, su voz quebrándose al pronunciar aquella frase.
- Miedo de que? – Donghae movió la cabeza sin saber bien la razón. No podía explicarlo.
- Déjame dormir aquí – pidió, tomando el brazo de Eunhyuk – por favor…? – dijo en un tono tan desgarrador – solo por esta noche – y ahora intentaba no sollozar – no lo pediré de nuevo, solo esta noche – respiro con dificultad, sintiendo lagrimas en sus ojos. 

Eunhyuk se sentó, se giro un poco y encendió la luz de su lámpara de noche, restregándose los ojos al recibir el impacto de la luz. Miro a Donghae de pies a cabeza, con ese pijama blanco. Sus ojos grandes y acuosos con una expresión de terror que solo un niño pequeño podría tener en la noche.

- Donghae… - Eunhyuk suspiro, exasperado – escucha, se que han pasado muchas cosas…
- Lo prometo! – ahora Donghae estaba al borde de la histeria – lo prometo, no lo pediré de nuevo, solo que… es solo que no quiero estar… solo… - las lagrimas brotaban de sus ojos rodando por sus mejillas. Se mordía el labio intentando acallar sus sollozos. Hasta ya respiraba entrecortado – por favor? – rogo una vez más, sollozando.

Eunhyuk lo estudio, una mirada de dolor cruzo sus ojos. Veía al pequeño de pie junto a su cama, bastante incomodo y con frio. Se dio cuenta de que Donghae no estaba ahí porque quería, estaba ahí por la razón que le había dado. No quería estar solo. No podía evitarlo, tenía miedo.
Lo que Siwon le dijo esa tarde volvió a su mente. Lo que Donghae necesitaba ahora era sentirse seguro. Sentirse a salvo. Eunhyuk no podía ser un maldito desgraciado e ignorarlo.

- Está bien, solo por esta noche

Una sensación de alivio invadió el cuerpo de Donghae. Miro con agradecimiento al hombre frente a él. Corrió hasta el otro lado de la cama, la cual era bastante pequeña, lo suficientemente cómoda para dos personas y se metió bajo las mantas. Eunhyuk apago la luz y volvió a acostarse.
Donghae suspiro. Su llanto estaba calmándose lentamente. Se curvo en una bola, tenia frio. Se movió un par de veces intentando encontrar una posición mas cómoda y cada vez que se movía el aroma de Eunhyuk salía de la cama llenando sus pulmones. Cada vez que respiraba, olía la escancia de Eunhyuk. Su almohada, las mantas, todo. 
Se dio cuenta entonces que ahora estaba metido en el santuario de Eunhyuk. Su propio espacio privado, el cual no había sido visto por nadie. Eunhyuk aun estaba en su lado de la cama y Donghae lo creyó dormido. 
Se sentía solo. Algo en él quería que lo abrazaran nuevamente, incluso si era solo por esta noche. Quería sentir que le importaba a alguien y si Eunhyuk le podía dar esa sensación por esta noche, estaría agradecido de que así fuera. No obstante, era demasiado pedir.
Lentamente, se acerco mas hasta la espalda de Eunhyuk. Un centímetro a la vez hasta que quedo casi pegado a su piel.

- Eunhyuk – susurró, pero el hombre no se movió. Se atrevió entonces a pasar un brazo por sobre su cuerpo, pero entonces Eunhyuk se movió, como si el contacto con otra piel le quemara. Donghae quito su brazo de inmediato, pero cuando lo hizo Eunhyuk se dio la vuelta con los ojos bien abiertos. Estaba respirando de forma pesada.
- Que haces? – pregunto enojado. Donghae movió la cabeza asustado, no sabiendo cómo responder.
- Yo… yo… solo.. – Eunhyuk lo agarro de los costados, presionadlo contra su cuerpo. Tan cerca que parecía como si fuesen uno solo. Eunhyuk lo envolvió con sus brazos, sosteniéndolo contra él. Apoyando la cabeza de Donghae contra su cuello.
- Está bien – le dijo Eunhyuk – entiendo.

Donghae soltó un suspiro, su cuerpo relajándose por completo. Ahí estaba, esa sensación. La cual ansiaba con ganas. Sentía el calor y se sentía a salvo. Lejos de todo lo demás. Se sentía feliz en este calor, con la sensación de que nadie podía tocarlo o hacerle daño. Se sentía seguro. Dejo escapar otro suave suspiro antes de que su corazón se calmara y volviera a latir con normalidad.

- Shh… - susurro Eunhyuk en su oído – puedes dormir ahora.

Donghae subió su brazo hasta tocar el torso de Eunhyuk, luego lo deslizo hasta su espalda, acariciando su suave piel. Su otro brazo estaba bajo su cuerpo, siendo aplastado. Pero no le importaba. Cerró sus ojos respirando profundamente, sintiendo el aroma de Eunhyuk por completo y boto el aire sonriendo de felicidad.
Esto se sentía bien, esto se sentía seguro. Estaba bien, Eunhyuk lo había dicho. Y en los brazos de Eunhyuk, nada podía dañarlo. Durmió profundamente esa noche.

Eunhyuk lo abrazaba, asegurándose de susurrarle cosas cuando lo sentía temblar. Le acariciaba la cabeza y la espalda, atendiendo los problemas del subconsciente de Donghae. Apenas pudo dormir, porque cada vez que Donghae saltaba, despertaba asustado preguntándose si el pequeño estaba teniendo una pesadilla. Le susurraba cuanto lo quería sobre su oído, hasta que Donghae volvía a relajarse y dormir profundamente. Y hasta que eso ocurría, Eunhyuk volvía a dormir. 
Pero su corazón le dolía, y aquel dolor era el que lo mantenía despierto más que las pesadillas de Donghae. 

- Lo siento – susurro en uno de sus sobresaltos – no debí permitir que te enamoraras de mi – suspiro amargamente – y lo siento por haberme enamorado de ti.

Fin capitulo.

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