martes, 6 de octubre de 2009

[Chapter fic] Unexpected {EunHae}

Capitulo 8
Tres semanas y cuatro días han pasado. EunHyuk siempre despertaba primero, asistía a las reuniones temprano si es que tenía alguna, iba a visitar a su padre para suavizarlo y así no se le ocurriera matar a su hijo pequeño por su extravagante vida. Conversaba con KyuHyun durante el día. Luego, cuando pensaba que su día ya estaba llegando a su fin, algo, más bien dicho alguien, rompía esa paz que pensaba que al fin había logrado alcanzar durante su día.

Golpeado y abatido, tenía que pedir comida, ir a buscarla y luego ir a su casa a dejarla, sabiendo lo idiota que estaría DongHae por no haber comido nada en el día esperando a que él llegara a casa. Un DongHae hambriento era lo último que quería que ocurriera. No le gustaba el DongHae hambriento. El pequeño era perverso cuando esto ocurría. Lo atacaba con horribles palabras, sabiendo donde presionar en cada punto sensible del mayor, hasta que EunHyuk pensaba en sacar una pistola y darse un tiro para acabar con su sufrimiento.

Abrió la puerta de su cochera, revisando que su porche seguía en el mismo lugar. DongHae lo había estado babeando desde el primer día en que lo vio.

Subió las escaleras de su casa llamando al pequeño en cuanto entró.

- DongHae – llamó, dejando su maletín junto a un sillón en el living, dos segundos después se escucharon unas fuertes pisadas en el segundo piso, seguido de una estampida de las mismas bajando la escaleras.
- ¡Llegaste! – DongHae corrió a su lado, arrebatándole la bolsa que traía con comida. Dándole la espalda al hombre que lo había estado alimentando hasta ahora – ¿Qué trajiste? – abrió la bolsa y un dulce aroma de carne rostizada y sopa emergió de ella haciendo a su estómago gruñir – ¡Estoy hambriento! – declaró volviendo a subir las escaleras de una carrera hasta la cocina.

Para cuando EunHyuk llegó allí, la mesa ya estaba puesta. Frunció el ceño. Le había dicho muchas veces a DongHae que no dejara sus videojuegos tirados por el piso.

- Pensé que te había dicho que…

- ¡Oh! Lo siento. Aún estaba jugando. Lo limpiaré cuando terminemos de comer.

- Te compré un televisor para tu cuarto, así puedes dejar todo esto – dice apuntando un control a medio camino – allí dentro.

- No me gusta mi cuarto.

EunHyuk no quería seguir discutiendo. Bufó levemente, se sacó la chaqueta y la dejó sobre su silla reclinable. Ah, su sillón, ahora hundido por tanto que lo habían usado. Antes le gustaba sentarse allí. Dios sabe qué cosa hizo DongHae para destruirla de esa forma en tres semanas. Estaba muy apenado cuando eso pasó y le contó una historia bastante confusa del como ocurrió todo.

- Vamos a comer – DongHae sonrió, corriendo una silla para EunHyuk haciendo que se sentara y luego fue a sentarse a su lado izquierdo, como siempre. Y por alguna extraña razón, DongHae se tomo el privilegio de servir la comida para EunHyuk en vez de ser al contrario. Se había convertido en su rutina por estas pasadas semanas.

- ¿Cómo estuvo la escuela?

- Bien.

- ¿Tienes alguna reunión a la que necesiten ir tus padres?

- No – DongHae tosió, atorándose con la comida. Tomó unos buenos tragos del vaso de agua que tenía enfrente.

Era extraño el como DongHae había vuelto a ser el hiperactivo, constantemente feliz, adolescente que antes era. EunHyuk disfrutaba de este cambio. La mayoría de sus moretones ya habían desaparecido, especialmente los de su rostro. Aún conservaba algunos en su cuerpo que ya se habían tornado amarillo, eso era una buena señal ya que pronto desaparecerían, pero aún seguían ahí.

EunHyuk lo había llevado al hospital al otro día que llegó a su casa. Hizo que lo examinaran en caso de que tuviese lesiones internas. Pero aparte de los feos moretones y el labio partido, estaba en perfectas condiciones.

Los primeros días se había comportado de forma tímida y distante, incluso faltando a clases varios días seguidos. Pero luego se quitó esa melancolía con la que cargaba y emergió un joven nuevo, mucho más fuerte que el anterior. Aún mantenía su habilidad de confiar en las personas, cosa que EunHyuk agradecía.

Pero no mantenía la habilidad de cumplir sus promesas. Había prometido que sólo dormiría una noche en la cama con EunHyuk, pero cada noche desde entonces se colaba en su cama y se acurrucaba a su lado. EunHyuk no tenía las fuerzas para echarlo o cerrar su puerta con llave. DongHae había sufrido lo suficiente en tan poco tiempo como para hacerle algo así. EunHyuk sentía que era en parte su culpa, así que estaba obligado a lidiar con la situación. No hace mucho comenzó a admitir que disfrutaba sus noches más que antes, todo gracias a DongHae. Tenía un cuerpo cálido al cual abrazar y eso se sentía genial.

A veces cuando el pequeño se frotaba, sin intención, contra él, tenía que luchar con la tentación. Era un hombre después de todo, y DongHae era el jovencito que le había robado su corazón y que ahora dormía junto a él como si fuera lo más natural de mundo. Sin preocuparse de que EunHyuk, en cualquier momento, podría devorarlo.

DongHae tenía el hábito de colgarse y abrazar bien apretado a EunHyuk mientras dormía. El mayor tenía problemas para conciliar el sueño y cuando lo conseguía, despertaba cada dos horas por los codazos, patadas o golpes que DongHae le daba mientras se cambiaba de posición. Pero EunHyuk no podía romper esta nueva confianza que el pequeño le estaba dando, así que sólo abrazaba a DongHae en la noche, velaba su sueño y le susurraba palabras amorosas para reconfortarlo mientras dormía. Se obligaba a recibir cada codazo, cada patada a su mandíbula o entrepierna, cada golpe que lo despertaba asustado sin quejarse nunca con nadie… excepto KyuHyun.

**********

- Él no lo entiende – EunHyuk dejaba escapar un bufido exasperado, ahora gruñendo. Kyuhyun le sonreía mientras asentía. Bueno, al menos tenía a alguien con quien hablar. Aún que su amigo lo molestara por como se dejaba dominar por un pequeño niño.

- Es un niño.

- Ese es el punto.

- A lo que me refiero es que es un jovencito, siete años y algo más joven que tú. Y por la forma en que se comporta, sus padres debieron consentirlo demasiado. Es un milagro que confíe lo suficiente en ti como para meterse a tu habitación cada noche, especialmente después de lo que ocurrió con su familia – EunHyuk se balanceó en su silla pensativo.

- Es sólo que ya no puedo soportarlo – miró a KyuHyun de forma lastimosa – no puedo… soy un hombre… tengo necesidades y…

- Necesitas tener sexo, lo entiendo. Tenerlo a tu lado durmiendo todas las noches, un lindo, suculento e inocente y seductor cuerpo joven… yo también estaría frustrado – asintió KyuHyun.

- No sería difícil seducirlo, amarrarlo a la cama. Pero no puedo hacerlo, no a él. No quiero que se espante – se veía arrepentido – no hablamos de en donde nos encontramos con nuestra relación o si tenemos una. No dice nada al respecto y no quiero introducir el tema porque temo a que reaccione de forma negativa. No estoy seguro si me considera como un amante o sólo como una almohada a la cual aferrarse en la noche.

KyuHyun sonrió para sus adentros. EunHyuk no lo sabía pero KyuHyun tenía un catálogo de todas sus reacciones y comportamientos. Ahora, estaba manifestando incierto, nerviosismo, un profundo anhelo y por sobre todo, deseo carnal de poseer a alguien. Pero más profundo que eso, el hombre estaba perdida y locamente, sin lugar a dudas, profundamente enamorado.

Era fascinante y difícil a la vez formar parte de esta etapa en la vida de EunHyuk, pero KyuHyun estaba agradecido de que su amigo le tuviera tal grado de confianza. Sólo deseaba que EunHyuk viera la situación en la que se encontraba de la forma en que él la veía. Estaba ante un hombre enamorado y un jovencito promiscuo que sentía exactamente lo mismo. Dormían en la misma cama, se abrazaban, compartían comidas y a veces jugaban video juegos juntos. Pasaban perfectamente por una pareja casada. Las complicaciones que tenían eran porque habían sentimientos involucrados.

EunHyuk no entendía que el motivo por el cual terminó con SungMin era para hacer que este madurara un poco. Qué importaba si tomaba años, mientras SungMin madurara de la experiencia que adquiriría. KyuHyun era un hombre de mucha paciencia.

Pero KyuHyun entendía muy bien el por qué EunHyuk se comportaba así.

- ¿Te sentirías mejor si él te confirmara que sólo eres una simple almohada para descansar? – EunHyuk no respondió de inmediato.

- No lo sé… - dijo finalmente, lo mas honesto que pudo – Sólo desearía no ser tan cauteloso.

- Eres cauteloso porque te importa. Él no ha estado con nadie más y tú te lo estás cogiendo desde el primer día en que llegó a tu casa – le dijo KyuHyun de una forma en que no le quedaran dudas – Déjame sacarte a pasear, yo invito.

- No puedo, esta esperándome.

- Ah, es verdad. Tienes que alimentarlo. Está bien, ve a alimentar a tu bebé y prepárate para salir esta noche. Una noche separado de él les hará un bien a ambos – EunHyuk se veía no muy convencido.

- No lo sé…

- ¡Vamos! ¡Necesitas esto! – EunHyuk suspiró asintiendo.

- Está bien – sonrió – ¿Cuándo fue la última vez que salimos juntos?

- ¡Éramos unos bebes en pañales! - Ambos se rieron de buena gana - No digas nada hasta que vaya a recogerte.

- ¿Por qué?

- Por mucho que odie admitirlo, él es sólo un niño. Podría intentar hacer cualquier cosa con tal de que te quedes en casa o que lo llevemos con nosotros – Eunhyuk se rió.

- Eres muy perspicaz. Con razón eres mi amigo.

*****

Cuando EunHyuk llegó a casa, una vez más la mesa estaba puesta para los dos. El jovencito estaba sentado en la mesa sumergido en un libro con sus cejas juntas. Levantó la vista cuando escuchó los pasos de EunHyuk en la escalera.

- ¡Oh! – dijo en tono de sorpresa, luego se apresuró a cerrar el libro y se puso de pie – Yo… yo no sabía que tú… - frunció el ceño – ¿no llegas temprano? – sacó un poco su labio inferior mientras lo inspeccionaba de forma sospechosa.

- Treinta minutos – EunHyuk sostuvo la comida frente a los ojos del pequeño y observó su reloj, DongHae la tomó de inmediato y la colocó sobre la mesa.

- Esto huele bien – comentó DongHae. EunHyuk notó que el pequeño se había bañado hace poco, su cabello aún estaba húmedo. Usaba un pijama diferente, desde que fue de compras la semana pasada, luego de que comenzó a quedarse con EunHyuk, su guarda ropa había crecido un poco. Estaba usando unos pantalones azul marino y una playera blanca de algodón manga corta.

La playera debería estar incluida dentro de la ropa ilegal. Seguro que se sentía bien al tacto pero era muy ajustada y delgada. Las dos tetillas oscuras de su pecho podían verse como si no estuviera usando nada encima. Perfectamente podría estar usando una playera de plástico transparente y no habría diferencia alguna. EunHyuk tuvo que forzarse a no mirar demasiado el torso del menor, aún que este lo invitaba a hacerlo de forma inocente.

La cena pasó de forma suave, sin sobresaltos. Como todas las cenas que habían tenido los pasados días. A veces hablaban, a veces sólo se sentabas quietos disfrutando de su comida y compañía. Esta era una de esas veces. Aún que DongHae seguía mirando de reojo a EunHyuk y cuando ambos empujaron sus platos a un lado, el pequeño atacó.

- Estás… ¿preocupado por algo?

- ¿Huh? – EunHyuk fue pillado desprevenido con la pregunta. Estaba metido en sus pensamientos y tuvo que despejarse rápidamente para poder responder de forma correcta a DongHae – Oh, no.

- Pero… - el pequeño se veía preocupado.

- Estoy bien – EunHyuk se puso de pie llevándose los platos sucios. DongHae hizo lo mismo y ambos lavaron los platos como siempre.

Siempre le sorprendía al pequeño que EunHyuk fuera capaz de hacer este tipo de cosas manuales. Pero le gustaba esta sensación. La calma con la que hacían las cosas, la procesión de los platos, el sonido del metal al chocar con el lavadero. Era pacífico.

- ¿Terminaste tus deberes? – le preguntó a DongHae mientras subían las escaleras.

- Hace horas – respondió el pequeño – No eran difíciles.

- Muy bien – EunHyuk se metió a su habitación y DongHae a la suya. DongHae siempre iba primero a su habitación y luego, unos minutos después, cuando EunHyuk ya estaba acomodándose en su cama, entraba a su cuarto y se colaba a su lado.

EunHyuk se bañó y preparó para una salida nocturna. Se puso un chaleco de hilo color blanco con corte en v, lo que mostraba su clavícula, junto con unos jeans ajustados y un poco gastados en las piernas. Sacó una chaqueta de su armario y se colocó uno de los relojes especiales que le había regalado SungMin. Se miró al espejo una vez más, sabiendo que KyuHyun ya estaría estacionando su auto frente a la casa.

EunHyuk también aparcó su auto en la calle, ya que iba a sacar el porche negro del garaje. El automóvil le había costado un buen par de millones, pero bien valía la pena el tenerlo. Esta noche, lo sacaría a dar un paseo. KyuHyun aceptó la oferta ya que de vuelta de su noche de parranda EunHyuk vendría borracho y él tendría que conducir. A KyuHyun no le molestaba que EunHyuk sacara a pasear su precioso automóvil.

EunHyuk escuchó los pasos de KyuHyun en las escaleras, lo estaba esperando con ansias.

- EunHyuk, ¿estás listo? – abrió la puerta y habló un poco más alto de lo normal. Su tono de voz era jovial y obviamente falsa. EunHyuk lo miró enojado, sabía que KyuHyun lo estaba haciendo apropósito y eso no le favorecía. KyuHyun terminó de entrar y cerró la puerta detrás suyo. Luego rió divertido – Te apuesto que el mocoso tiene la oreja pegada en su puerta en estos momentos – los ojos de EunHyuk se achicaron aún más.

- Sólo hagámoslo – dijo haciéndole un gesto a su amigo para que abriera la puerta. Cuando salieron DongHae también salió de su habitación. Estaba usando una bata, lo que era extraño, pero EunHyuk supuso que la tenía puesta porque KyuHyun estaba en la casa. El pequeño lucía consternado y un poco asustado.

- ¿Vas a salir? – le preguntó ladeando un poco la cabeza al verlo tan arreglado.

- ¡Claro que sí! – contestó KyuHyun, abrazando a su amigo por el hombro – Nosotros, los chicos grandes, ¡saldremos a divertirnos! – EunHyuk se apartó de KyuHyun quitando su brazo de encima.

- Toma – le entregó un celular en las manos a DongHae – Mi número es el único registrado, en caso de que algo ocurra sabré que tú me estás llamando. Me llegará un mensaje a mí reloj. No llevaré mi teléfono. Llámame sólo si es una emergencia. ¿Está bien? – DongHae asintió, pero aún se veía perturbado. EunHyuk se dio la vuelta para alejarse del pequeño pero este dejo escapar un pequeño gemido y lo sostuvo de la chaqueta.

- ¡Espera! – dijo, con un poco de desesperación en su tono de voz – Cuánto… cuánto tiempo… ¿a qué hora volverás?

- ¡No hasta que el sol vuelva a salir! – saltó KyuHyun por detrás de EunHyuk con una gran sonrisa. Sonaba demasiado alegre y falso – ¡Vámonos! – tomó del brazo a su amigo para hacerlo caminar.

- Llegare tarde, no me esperes despierto – le sonrió EunHyuk. – No te preocupes, este es un barrio seguro, hay patrullas recorriendo las calles cada dos horas.

DongHae no estaba preocupado por su seguridad, estaba preocupado por algo completamente diferente pero no podía ponerlo en palabras.

- Pero…

EunHyuk le sonrió de forma cálida, acercando su mano para tocar su mejilla.

- Está bien, estarás a salvo. Siempre puedes llamarme si algo ocurre.

Vio como EunHyuk bajaba las escaleras y cuando ya estuvo en el primer piso, corrió a su ventana para ver como se iba en ese hermoso auto que brillaba de forma exótica en el camino.

Estaba un poco más enojado de lo que quería, molesto, decepcionado. EunHyuk era un soltero después de todo; él también necesitaba salir y pasarlo bien. Pero todo este tiempo, DongHae creyó que EunHyuk no tenía interés en otras personas. Que su vida sólo giraba en torno a sus papeles y reuniones de trabajo. Jamás mostró ninguna señal de que estuviera interesado o que le gustara alguien más.

DongHae creía que era él quien ocupaba la mente de EunHyuk, pero ahora, no estaba tan seguro. Pero en la noche, EunHyuk lo abrazaba con ternura y amor, ahuyentando sus temores. ¿Eso no significaba algo? ¿Tan solo para él eso significaba algo más?

El pequeño agarró el celular con fuerza, lo abrió y apretó el botón de llamada. Lo hizo una y otra vez hasta que de repente, se dio cuenta que ya no se podía ver la silueta del automóvil en el camino. Tiró el celular contra una muralla y corrió hasta su cuarto, el cuarto de EunHyuk, cerró la puerta con fuerza corriendo el cerrojo.

- ¡¡Imbécil!! – gritó.

***

- No contestes.

EunHyuk omitió el comentario e igualmente agarró el teléfono de KyuHyun y marcó el número de su casa. Nadie contestó y fue directo al buzón de voz.

- No me contesta.

- Obvio que no. Sólo está enojado.

- Quizás algo ocurrió…

- ¡Tonterías! Nos vamos por dos minutos y ya comienza a hacer vibrar tu reloj. Algo sí que pasó. ¡Se acaba de dar cuenta que no le gusta imaginarte divirtiéndote con alguien más que no sea él! ¡JA! – KyuHyun golpeó su pierna mientras reía – Estos niños, son tan fáciles de predecir.

Como KyuHyun prometió, todos los gastos monetarios fueron cubiertos por él. La noche en el club, bueno, toma un poco más de dinero que entrar en ese tan exclusivo. También era necesario una tarjeta de invitación y KyuHyun era una persona bastante conocida, tenía muchos contactos por muchas partes, ya sea de los buenos y de los malos. También era amigo del dueño del club, así que en cuanto lo vieron aparecer los dejaron entrar al instante.

KyuHyun continuaba pidiendo tragos para su amigo, cada vez que veía su vaso vacío, pedía a la amable mesera que repusiera sus copas. EunHyuk comenzó a sentirse mejor de ánimos, hasta le gustaba la música que estaban tocando. KyuHyun tomó del brazo a su amigo y lo llevó hasta un cuarto privado. Sólo habían unas quince personas dentro. La mayoría dentro de su rango de edad. EunHyuk sonrió coquetamente al divisar a las féminas que estaban presente en aquel cuarto. Varias le sonrieron de vuelta comenzando el juego previo del coqueteo con las miradas. Se fijó en una en particular que estaba cerca de los sillones. Era delgada y con bastantes curvas en los lugares correctos. Tenía la piel clara y ojos perfectamente delineados.

- Bonita, ¿verdad? – le dijo KyuHyun al oído. Sí que lo era. Ella se levantó del sillón y con movimientos felinos se acercó a EunHyuk al notar como él la miraba.

- Hola – dijo con una sonrisa coqueta. EunHyuk sonrió de vuelta. No estaba tan tomado como para no saber como comportarse en esta situación.

- Hola – respondió de vuelta.

- ¿Está solo? – EunHyuk miró de reojo a su lado, KyuHyun había desaparecido.

- Al parecer sí.

KyuHyun observaba a su amigo desde uno de los rincones conversando con otros tipos que estaban ahí. A EunHyuk no le importaba en esos momentos donde se había metido su amigo. Al fin pasaría un grato momento después de tantas semanas de abstinencia.

****

KyuHyun manejo de vuelta a casa, casi a la misma hora en que normalmente despertaba todos los días. No recordaba la mayor parte de lo que había ocurrido en la noche, su cabeza palpitaba.

- Duérmete – le dijo a su amigo. Le ayudó a subir hasta la cocina, habría llegado hasta la habitación pero él también necesitaba irse a descansar y EunHyuk se había puesto rezongón.

Cuando EunHyuk llegó al tercer piso, se dirigió directamente hasta su cuarto, mirando de reojo la habitación de DongHae. Sospechaba que el pequeño no había pasado la noche ahí nuevamente. Suspiró y giró la manilla para abrir la puerta, el único problema es que cuando hizo el impulso para entrar, chocó contra una muralla.

- ¡Ah! – se quejó EunHyuk, dándose cuenta de que su puerta seguía cerrada. Volvió a girar la manilla pero esta no cedía – Qué mier… - observó su puerta incrédulo. Estaba cerrada con pestillo. Él nunca cerraba su puerta. Intento abrirla de nuevo, pero nada pasaba. Sólo una cosa se le vino a la mente, DongHae – ¡DongHae! – llamó – ¡DongHae, abre la puerta! – la golpeó mientras seguía llamando, intentando girar la perilla nuevamente, pero el pequeño no daba signos de vida.

A regañadientes se fue hasta el cuarto de DongHae, cayendo sobre la cama de forma pesada. Se cubrió con las mantas como pudo, acurrucándose. Hace cuatro semanas que nadie la ocupaba.

Irónicamente, en cuanto se acomodó, se quedó dormido de inmediato.

****

En su inconsciente, podía distinguir el sonido de alguien gritándole. Le tomó un par de minutos para darse cuenta de quealguien de verdad le gritaba, no sólo eso, también lo estaba jalando.

- ¡¡Fuera!!

Parpadeó un par de veces observando una imagen borrosa que pronto tomó forma. Un rostro, un par de ojos y finalmente un enojado DongHae.

- ¿Qué..?

- ¡¡Este es mi cuarto!! ¡¡Fuera!! – DongHae lo sostenía de un brazo intentando levantarlo de la cama para sacarlo. Logró botarlo al suelo con un fuerte estruendo. EunHyuk estaba sobrio, pero aún no entendía bien la situación. Miró alrededor y se dio cuenta de que estaba en el cuarto de SungMin, no, en el cuarto de DongHae.

- Oh mi cabeza… - se quejó. El impacto con el suelo no le ayudó mucho que digamos.

- ¡¡FUERA!! – EunHyuk era tomado del brazo nuevamente y literalmente estaba siendo arrastrado por el suelo.

Gruñó, finalmente el mundo dejó de girar a su alrededor y su cabeza pudo hacerse la idea de lo que estaba ocurriendo. Un enojado DongHae lo quería fuera de su cuarto. El pequeño lo sacó de su cama tirándolo al suelo, y luego intentaba sacarlo a rastras de su habitación. El mayor podría haberse reído de la situación si no estuviera con un punzante dolor de cabeza después de la borrachera.

Se sacudió el brazo de DongHae de encima y se levantó del suelo como pudo.

- Ok, ok – decía intentando no perder el equilibrio al pararse. El pequeño lo miraba de brazos cruzados con una mueca de enfado. ¿A dónde se supone que iba?

Caminó tambaleándose hacia la puerta. Cuando ya estuvo fuera, esta fue azotada en su espalda. Llego hasta la suya y se quedó en la entrada observando el desastre. Era como si estuviera entrando a la zona cero donde cayó un fuerte huracán. Toda la ropa de su cama estaba esparcida por el suelo, rota en diferentes lugares, al igual que las cosas que tenía sobre el velador. No había dejado ni las sábanas puestas, ni los cobertores de sus almohadas en su lugar.

- Qué mier… - luego se rió – Increíble – dijo. Se agachó tomando lo que parecía una manta que estaba cerca de la puerta. Agarró un par de almohadas y se encaminó hasta su cama.

Terminó de quitarse toda la ropa y se tiró sobre sus sábanas de cuatrocientos dólares, se tapo hasta la cabeza y se quedó dormido. Era mejor dormir la resaca. Quizás el huracán de su habitación tan solo era un sueño. Quizás, cuando despertara, aún estaría en la habitación de DongHae. Pero lo que sea que ocurriera, sólo quería dormir.

EunHyuk despertó otra vez escuchando un sonido monótono. Estiró una mano buscando su reloj que había dejado sobre la mesita de noche antes de colapsar. Las 4 p.m. Gruñó, se quejó y gimoteó. Su puerta estaba abierta. Recordaba haberla cerrado cuando entró. DongHae debía haberla abierto nuevamente. El fuerte ruido de los bajos retumbando por las paredes era música que provenía del cuarto de DongHae. EunHyuk pensó primero que estaba soñando, pero luego el retumbar del bajo en las paredes no se iba. Abrió los ojos a su pesadilla y buscó su celular.

- Necesito ayuda. Ahora… - dijo en cuanto KyuHyun contestó.

- Lo siento, no puedo hacer nada. Estás solo – respondió este de forma melosa.

- ¡Al carajo! – maldijo EunHyuk – Ven aquí, ¡ahora!

*****

Claro que le tomó a KyuHyun menos de treinta minutos llegar a la casa de EunHyuk. Había estado esperando esa llamada. Si no, él habría ido igual a mirar por su ventana para saber si se estaba cayendo el cielo o no. Hacía falta un milagro para detener la llamada de EunHyuk.

En cuanto entró a la casa pudo escuchar el sonido de la música de heavy metal a todo volumen.

- ¡Ugh! – hizo un gesto de desagrado. Subió las escaleras escuchando como el sonido se intensificaba.

Cuando llegó al tercero, donde estaban los dormitorios, tuvo que taparse los oídos. Fue directo al cuarto de DongHae, abrió la puerta de golpe y pillo al pequeño sentado sobre su cama con unos audífonos de seguridad para disminuir el sonido ambiental, mirándolo sorprendido.

La boca de DongHae se abrió, literalmente, hasta el piso.

KyuHyun sonrió, un plan se le vino a la cabeza. Fue hasta el sistema de sonido y en vez de apagarlo, le subió más el volumen. Luego corrió hacia la cama, sin darle a DongHae la oportunidad de reaccionar. Derribó al pequeño contra el colchón sacándole los audífonos de la cabeza. Sujetándolo de los brazos contra la cama.

- ¡¿TE ESTÁS DIVIRTIENDO?! – gritó KyuHyun por sobre la música.

- ¡¿Qué?! Qué estás… ¡¡basta!! – gritaba DongHae mientras KyuHyun comenzaba a quitarle la ropa. Intento patearlo y morderlo, pero KyuHyun estaba sentado sobre él. Lo sostuvo con fuerza y lo besó en la boca.

- ¡¡ERES ADORABLE!! – exclamó divertido.

- ¡¡No!! BASTA!!

- ¡NADIE PUEDE ESCUCHARTE! ¡PUEDO VIOLAR TU TIERNO TRASERO AHORA Y NADIE SE ENTERARIA! – KyuHyun se rió de forma maquiavélica.

DongHae entró en pánico, intento soltarse del agarre de KyuHyun y comenzó a gritar de susto. En el ultimo momento, lloró llamando el nombre de EunHyuk.

KyuHyun se detuvo cuando vio que DongHae lloraba asustado. Eso debía ser suficiente como para mantenerlo a raya por mucho tiempo. KyuHyun se desmonto de él y fue hasta el aparato de música y lo desenchufó.

- Ahora recuerda, no intentes jugar con chicos grandes hasta que estés listo – KyuHyun lo miro de forma despectiva intentando parecer distante.

Sentía un pito en los oídos cuando todo quedo en silencio. Luego volvió a escuchar con normalidad. Los sollozos del pequeño ahora eran audibles. Estaba en un rincón de la habitación acurrucado. Quizás se le había pasado un poco la mano. Salió del antiguo cuarto de SungMin, lo que le trajo un par de buenos recuerdos y caminó hasta la puerta de EunHyuk. Estaba por completo abierta así que entró, caminó un par de pasos entre el desastre de ropa en el suelo.

- ¿Qué demonios?

- Ugh – gruñó EunHyuk – Gracias… - dijo de corazón. Si pudiera, le haría una reverencia a KyuHyun besándole los pies por su magnifico trabajo.

- De nada – sonrió su amigo, se sentó a un lado de la cama – ¿Estás desnudo? Oh, sí lo estás – dice acentuando su sonrisa – ¿Qué pasó aquí? Parece que alguien odia tu cama.

- Probablemente. Alguien visitó mi cuarto, destruyó mi ropa y bloqueó mi puerta… - KyuHyun rió.

- ¿Dónde te duele cariño? – susurró acariciando el rostro de EunHyuk. Este estaba bastante pálido y la piel alrededor de sus ojos estaba enrojecida. Siempre se veía así cuando tenia resaca. Ya era lo suficientemente pálido como parecer un espectro y los círculos rojos alrededor de los ojos no le hacían parecer más humano. Su pelo estaba revuelto. Sólo necesitaba ropa blanca y rasgada para que la casa fuera tomada como embrujada.

- Sólo quiero dormir… - murmuró volviendo a cerrar los ojos.

- No, ya dormiste lo suficiente. – KyuHyun lo levantó de la cama, ayudándolo a llegar hasta la ducha.

Lo obligó a meterse bajo el agua caliente. Le ayudó a bañarse y luego lo llevó de vuelta donde le puso ropa limpia. Recogió la ropa que estaba en el suelo tirándola sobre la cama. EunHyuk se tiró sobre esta, aún demasiado cansado como para despertar del todo. KyuHyun volvió a levantarlo con fuerza.

- ¡No, ya basta de dormir!

Normalmente EunHyuk toleraba bien el alcohol, era el que tenía mejor aguante de los dos. Pero KyuHyun se encargó de darle licor que sabía que dejaría a EunHyuk con resaca por dos días a lo menos.

Lo que sea que su amigo le dio de beber, ahora lamentaba profundamente haberlo ingerido. Tenía dolor de cabeza y se sentía físicamente exhausto. Por suerte, KyuHyun se quedó un par de horas para ayudarle a armar de nuevo su cama con sabanas nuevas. EunHyuk era muy quisquilloso con estas cosas. No podía usar cualquier sábana, tenía que ser de una marca en específico y muy caras. Claro que no era una cama grande, pero bien valía la pena por la forma en que se ajustaba a la perfección a su cuerpo.

Eran las 7 p.m. ahora, usualmente cenaban a esta hora. Decidió ordenar comida para DongHae ya que era seguro que el pequeño estaba hambriento. Cuando llegó la comida, llamó a DongHae para que bajara. Hasta subió las escaleras, parándose fuera de su cuarto para tocar la puerta.

- Ven a comer – le dijo, su voz estaba ronca. Nadie respondió – ¿DongHae? – esperó unos segundos antes de volver a golpear – Sé que tienes hambre – después de unos minutos de estar parado sin recibir respuesta, decidió dejarlo solo.

Por mucho que EunHyuk le insistió a DongHae para que bajara, él no lo hizo. El mayor preparó una bandeja con comida y la dejó afuera de su puerta.

****

Por tres días DongHae evitó su cama, su comida y a él. Al principio EunHyuk intentó ser comprensivo con el pequeño. Este comía muy tarde en la noche, como un ratón escurriéndose a la cocina luego de que EunHyuk se metiera a su cuarto para dormir. EunHyuk escuchaba sus pasos y sabía lo que el chico estaba haciendo. Decidió darle un poco de espacio.

Si DongHae tenía las agallas de ir hasta su cuarto, destrozar su cama y luego evitarlo por tanto tiempo, debía estar bastante molesto con EunHyuk por haber salido con KyuHyun esa noche. De alguna forma, este comportamiento le confirmaba que DongHae lo veía como algo más que un amigo o una almohada para abrazar en la noche.

EunHyuk mantuvo eso en mente. Extrañaba el abrazarlo por las noches y su constante presencia en su cama, pero no quería acercarse a DongHae mientras este siguiera enojado. Quería que se calmara solo, antes de plantearle la situación en la que se encontraban.

Una semana pasó y no había progresos.

- Siento que estoy jugando juegos mentales con él – confesó EunHyuk – Me voy a mi cuarto más temprano para que pueda salir a buscar comida.

- ¿Y nunca más se metió a tu habitación?

- No.

- Te ha… - Kyuhyun miró hacia otro lado – ¿Te ha dicho algo?

- Me evita completamente.

- Hmm… Interesante.

- ¡Es frustrante! Eso es lo que es.

- Oh cállate, estamos lidiando con un chico de 17 años aquí. Está enamorado, quiere monopolizarte. El que salgas a divertirte sin él le demuestra que no te tiene sólo para él. Está decepcionado.

- Bueno, es bastante rencoroso.

- Sí, los niños son así – concluyó KyuHyun.

- No hay nada malo en salir a divertirte con un amigo. DongHae debería ser el único en pedir disculpas por romper mi teléfono, destrozar mi cama y actuar como un cavernícola – alegó EunHyuk enojado.

*****

Llega un punto en que todo hombre que se niega a aceptar que está enamorado, se da cuenta que quizás, sólo quizás, admitir sus sentimientos abiertamente podría ser bueno para ambas partes. EunHyuk pensaba en ello mientras manejaba de regreso a su casa.

Volvió mas temprano, cenó temprano y se retiró a su cuarto antes por el bien de DongHae. Por varios días había anhelado el calor del pequeño por la noche y se dio cuenta de que si no hacia algo al respecto, ambos seguirían en la misma situación por varios días más. Decidió que ya era suficiente.

Esperó a que DongHae se retirara a su cuarto a dormir antes de ponerse en marcha.

La puerta no estaba cerrada, lo que era una buena señal. Había un resplandor azul en una de las esquinas, lo que era causado por una pequeña lámpara de noche. Gracias a eso pudo distinguir la figura de DongHae sobre la cama. Estaba recostado de lado, mirando hacia la ventana, dándole la espalda a EunHyuk. Estaba respirando lenta y pesadamente. EunHyuk caminó hacia la cama con suavidad.

Se recostó a su lado levantando las mantas para colarse dentro. Lo abrazó hacia él con cuidado. DongHae se quejó cuando Eunhyuk lo tocó, pero su cuerpo se acomodó a la perfección al del mayor. Lentamente lo giró hasta quedar ambos frente a frente.

Aún estaba dormido profundamente, pero se abrazó a EunHyuk de la forma en que acostumbraba hacerlo.

- Eres un idiota, ¿lo sabías? – le susurró sobre su oído.

EunHyuk se quedo ahí recostado, sin poder conciliar el sueño. Las horas pasaron antes de darse cuenta de que no podría dormir. No en esa cama. Lentamente se sentó y levantó a DongHae en sus brazos para llevarlo hasta su cuarto. Volvió a recostarlo, esta vez en su cama, y se acostó a su lado. EunHyuk lo abrazó como antes, respirando el aroma de DongHae de cerca. Suspiró sintiéndose a gusto y completo nuevamente.

****

DongHae despertó de un salto, estaba soñando que unas cuerdas lo tenían bien sujeto y lo estaban arrastrando a un agua de color negro. Sus ojos se abrieron de golpe de la pesadilla y respiró asustado, se dio cuenta que de verdad no podía moverse. Gimoteó de pánico mirando hacia todos lados desesperado, hasta que notó algo familiar en el ambiente.

Su corazón se detuvo unos segundos y una nueva sensación lo invadió. Alivio. Y luego se sintió confundido. Era demasiado famular la forma en que EunHyuk lo abrazaba y su aroma. Su aroma a cuerpo y a almizcle, sin nada de esencias artificiales en él. Lentamente, comenzó a quitar los brazos de EunHyuk que lo rodeaban, moviendo sus piernas también para sacarlos del agarre. Era injusto, por completo. ¿Qué era lo que quería EunHyuk al traerlo de vuelta a su cama?

Cuando pudo salir por completo de los brazos de EunHyuk. Retiró las mantas de encima y tiro sus piernas hacia un lado. Pero antes de que pudiera ponerse de pie, gritó asustado. Una mano agarró su muñeca y lo devolvió a la cama, acostándolo de lado.

Cuando se dio la vuelta, vio a EunHyuk. Su rostro era todo sombras pero sus ojos estaban abiertos, tenía un extraño brillo en ellos.

- Quédate – dijo serio, acercándolo más a él.

- ¡No! – fue la firme respuesta de DongHae. Tomó la mano de EunHyuk y comenzó a quitarse dedo por dedo de encima hasta que soltó su muñeca por completo. Gran error. Tan pronto como su mano estuvo libre, EunHyuk lo abrazó con fuerza, forcejeando un poco con él, pero lo dio vuelta botándolo sobre la cama con él encima. Pasó tan rápido que DongHae apenas pudo reaccionar. EunHyuk estaba encima de él con sus piernas y brazos alrededor de su cuerpo. Como un tigre encima de su presa.

- Puedo jugar tu juego también – susurro EunHyuk, no sonaba nada amigable.

- ¡¿Qué juego?! – gruñó DongHae, intentando calmar su respiración. Su corazón latía de forma salvaje sobre su pecho y sentía la sangre correr hasta su rostro. Podía escuchar cada latido de su corazón.

Este juego! – insistió EunHyuk, acalorado y enfatizando sus palabras al mirarlo de arriba abajo – Te metes a mi cuarto desde que llegaste aquí y en la mañana actúas como si nada ocurriera. ¿Qué es lo que somos DongHae? ¿Aparte de compartir la cama en la noche? ¿Aún estás enojado porque te abandoné en “El Cielo”? Está bien, me disculpé y expliqué lo que ocurrió. Te dije lo que sentía y me golpeaste en la entre pierna. Dime, ¿qué es lo que quieres? ¡¿Por qué insistes en pretender que todo es normal entre nosotros cuando no es así?!

- EunHyuk… - la voz de DongHae se quebró – me estás… asustando… - de verdad se veía aterrorizado. El enojo de EunHyuk pareció desvanecerse.

- Ya no puedo soportar esto – dijo, más para él mismo que para DongHae – Eres un niño, qué vas a saber tú de amor – se tiró hacia un lado de la cama acostándose de espalda – Vuelve a tu habitación.

DongHae sintió que su cuerpo se calentaba y luego volvía a enfriar. No sabía lo que estaba ocurriendo, más aún, EunHyuk estaba hablando cosas raras. Estaba insinuando que él, DongHae, estaba jugando con sus sentimientos, cuando era todo lo contrario. EunHyuk hizo un sonido como si él fuera la victima en vez de DongHae. Esto de verdad le hizo enojar hasta que las lágrimas saltaron de sus ojos y su corazón comenzó a sangrar de lo roto que estaba.

- Cómo te atreves… - dijo en un murmullo, sentándose sobre la cama. Tomó una buena cantidad de aire para luego soltarla con lentitud. Luego, agarró a EunHyuk por el pelo y lo obligó a sentarse junto a él – ¿¡CÓMO TE ATREVES!? – lloró, las lágrimas rodando por sus mejillas – ¡Tú eres el que está jugando conmigo, no yo! ¡¡Tú eres el único que está fingiendo!! ¡¡Eres un hipócrita!! – enfatizó sus palabras con sollozos y jaladas de pelo.

Luego, retiró sus manos del pelo de EunHyuk para lanzar un golpe a su mandíbula, pero no llegó a concretarse. EunHyuk no quería darle la satisfacción de ser golpeado. Bloqueó el puñetazo con facilidad.

- Desde el comienzo te dije lo que sentía. Te confesé que te amaba… - sollozó – Tú eres el único… que pretende que nada pasa entre nosotros… o que no siente nada por mí… - lloró con más ganas – Tú eres el único que no me quiere – susurró entre sollozos – Eres el único que está jugando conmigo y… duele… pero no te importa…

EunHyuk levantó una mano asustando a DongHae, se corrió un poco hacia atrás pero EunHyuk tomó su rostro de inmediato. El pequeño creyó que EunHyuk lo había golpeado, pero sólo era el calor de la palma de su mano. Vio a EunHyuk entre sus lágrimas como una ilusión a través del agua, y por un momento creyó ver al EunHyuk que conoció en “El Cielo”. DongHae casi se rió.

Quizás era un idiota por tener sentimientos por alguien que no sentía lo mismo por él. Le había creído a EunHyuk, después de su segundo encuentro en su oficina, cuando dijo que se había enamorado de él también. En esa ocasión, su corazón volvió a latir a un ritmo normal. Pero sus palabras no significaron nada en cuanto comenzaron a vivir juntos. El hombre no mostraba ni una pisca de afecto hacia él aparte de sus obvios cuidados como su nuevo guardián.

- Eres un idiota – le dijo EunHyuk, llevó su otra mano a la otra mejilla del pequeño – Sólo eres un niño – continuó diciendo - ¿Cuándo se te va a meter en la cabeza?

DongHae intentó alejarlo, pero EunHyuk se acercó aún más a él cerrando el espacio que los separaba hasta que sus labios se encontraron. Uno sorprendido, el otro más confiado. DongHae gimoteó sorprendido y EunHyuk tomó ventaja de eso, colando su lengua dentro de la boca del pequeño para dominarlo. EunHyuk lo besó con furia y apasionado. Sosteniendo su rostro hasta que un brazo rodeó su cuerpo para juntarlos aún más. DongHae suspiró, era lo que había deseado desde que volvió a verlo y ahora lo tenía, al fin. 

EunHyuk lo acercó aún más, gimiendo en el beso. Había pasado mucho tiempo desde que besó a alguien así de apasionado y la última vez que lo hizo había sido con DongHae. Abrazó al pequeño con fuerza, quería fundir su cuerpo con el de él sólo para demostrarle cuanto lo necesitaba.

Se alejó, sólo porque se dio cuenta de que estaba dejando a DongHae sin aire. Cuando separaron su labios el pequeño jadeó, respirando con dificultad.

- Te amo – susurró EunHyuk. DongHae dejó de respirar. Sólo la luna los iluminaba lo suficiente como para ver algunos rasgos de sus rostros. EunHyuk sintió que su corazón se había detenido. No se dio cuenta de lo que dijo hasta que lo dijo. Luego se rió – De verdad te amo.

DongHae se sentía fuera de sitio. Como si alguien de repente le dijera que había nacido con un tercer pezón o algo parecido.

- Te odio – gruñó. EunHyuk se rió, luego lo volvió a besar. Se recostó sobre la cama, apoyando su espalda en el respaldo de esta, con DongHae sobre él.

- ¿De verdad? – bromeó EunHyuk, abrió más las piernas dejando al pequeño entre ellas – Dilo de nuevo entonces.

DongHae bufó, incapaz de comprender como reaccionar. EunHyuk se le acababa de confesar. Pero había sido tan repentino que lo pilló desprevenido. Su corazón estaba acelerado pero no podía evitar molestarse al ver a EunHyuk burlándose un poco de él. Eso le hizo ponerse a la defensiva.

Intentó alejarse, apoyando sus brazos en los hombros de EunHyuk, pero parecía que al mayor le habían crecido otro par de brazos ya que al librarse de uno de inmediato aparecía otro sosteniéndolo con firmeza.

- ¡Basta! – dijo DongHae de forma seria, se iba a poner a llorar de nuevo. EunHyuk se estaba burlando de él, lo sabía. EunHyuk le estaba tomando el pelo, este sólo era otro de sus estúpidos juegos como el que ocurrió en “El Cielo” – ¡No quiero seguir jugando! – gritó mientras su voz se quebraba. EunHyuk se detuvo, lo estudio por unos momentos luciendo confundido. Se acercó a su mesita de noche y prendió la luz.

Ambos parpadearon ajustándose a la nueva luz, DongHae tenía su rostro escondido entre sus manos. Estaba llorando en silencio.

- Por favor… sólo… no quiero…

- Hey – la voz de EunHyuk sonaba seria mientras quitaba las manos de la cara de DongHae, levantando su rostro para que lo mirara. DongHae miró hacia otro lado avergonzado – Mírame – dijo – Lo que te dije no era una mentira. Yo… no soy esa clase de persona… Usualmente no puedo decir esas palabras abiertamente – DongHae no parecía reaccionar. El mayor se rascó la cabeza sacudiendo su cuerpo. Toda esta noche era bastante extraña, quizás estaba soñando – Sólo… - no sabía que decir, así que agarró a DongHae y colocó su cabeza sobre su pecho. Por un momento el pequeño se veía confundido, y luego una expresión de sorpresa apareció en su rostro. El corazón de EunHyuk latía con furia. Abrió la boca como para decir algo, pero nuevamente la cerró – ¿Sientes eso? – preguntó, el pequeño asintió – Sé que estás asustado, pero también me siento igual – le dijo, esta vez ambos estaban mas calmados – Quizás estoy más asustado que tú con toda esta situación. – esperó a que DongHae dijera algo, pero no lo hizo. EunHyuk no sabía que mas hacer así que siguió hablando – Cuando tenía tu edad, te sorprenderías al saber todo lo que hice en ese entonces. El amor era algo imposible para mí, no duraba más que una noche. Aprendí bastante de mis errores y desde entonces me he mantenido alejado de las relaciones. ¿Entiende lo que te quiero decir?

DongHae lo miró negando con su cabeza. EunHyuk sonrió. Claro que DongHae no le entendería, incluso él no sabía lo que quería decir.

- A lo que me refiero es que estoy arriesgando mi seguridad emocional contigo. ¿Qué puede esperar un hombre que regala su corazón a un chico de 17 años que se puede enamorar tantas veces como se cambia de ropa? Ni siquiera estoy seguro de cuanto tiempo estarás enamorado de mí. Un par de meses, ¿un poco más de un par de meses? Me puedo quedar aquí sentado esperando a que te canses de mí, pero me arriesgaré a que eso pase. Tengo la esperanza de que no sea sólo una obsesión adolescente.

- No es… no es así… - susurró DongHae – Yo… yo… - abrazó a EunHyuk por los hombros, afirmándose de él – Eres tan estúpido… - susurró, EunHyuk suspiró para luego acariciar su cabello.

Por un momento sólo se mantuvieron así, abrazados hasta que EunHyuk decidió que ya era suficiente. DongHae le estaba cortando la circulación por la posición en la que estaban. Apagó la luz y se acostó en la cama con él, abrazados.

- ¿De verdad te enamoraste de mí en “El Cielo”? – preguntó DongHae en la oscuridad. EunHyuk suspiró.

- No lo supe entonces, pero me di cuenta después.

- Oh – fue la simple respuesta de DongHae.

- Te extrañé demasiado después de aquello. Todos los días intentaba sacarte de mi cabeza. Cada vez que divagaba pensaba en ti.

- ¿De verdad?

- Sí – respondió con honestidad, dándole un beso en la frente – Definitivamente eres algo especial – la atmósfera se tornó un poco pesada – Lo siento por lo que pasó en tu familia. Es parte mi culpa – DongHae se encogió un poco, como si las palabras le quemaran la piel.

- No quiero hablar de eso.

- Pero necesitas hacerlo, tu padre va a querer saber lo que ocurre contigo y si estás más tranquilo. Tarde o temprano sabrán lo que ocurre entre nosotros.

- Sólo… no hablemos de eso esta noche… ¿por favor?

EunHyuk asintió. Se mantuvieron abrazados volviendo a sentir lo que bueno y doloroso que puede ser el amor al mismo tiempo. EunHyuk sólo esperaba que DongHae fuera lo suficientemente fuerte para enfrentar lo que venía ahora que oficialmente eran pareja. No iba a ser fácil y tampoco perfecto. Pero al menos, por ahora, se tenían mutuamente y eso era lo único que le importaba.

Sólo deseaba que DongHae fuera un poco más mayor, de esa manera, estaría mental y emocionalmente preparado para los problemas que enfrentarían en un futuro.


Fin capo 8

1 comentario:

Unknown dijo...

OMG!! ahi lo dejaste?? Me encanto!!! pero sabes creo que puedo vivir, por lo menos EunHae esta junto jeje pero como quiera.. si lo puedes seguir SIGUELO!! te lo ruego.. por favor!!!! *se pone de rodillas* :D