[Oneshot] Certainty {EunHae}

SUMMARY: No era inusual que viniera a hablar conmigo a altas horas de la noche, en realidad ya se había hecho costumbre. Cada vez que le sucedía algo grandioso venía a contármelo para compartir su felicidad, igualmente cuando le ocurría algo malo venía a mí a pedir consejo. Hablaba bastante y me entretenía escucharlo y darle consejos cuando eran necesarios. Se había convertido en mi mejor amigo desde hace mucho tiempo y ese tipo de confidencias con él me hacían estimar aún más su amistad.

PAREJA:: EunHae
GÉNERO:: Fluff, Angst, Romance(?)
TIPO:: Oneshot
RATING:: PG
NOTAS:: Es dificil hacer un fic EunHae (o de cualquiera en realidad) sin caer en una historia ya escrita. Hice lo que pude y me salve de que poxy me golpeara por esto!
Me gusta escribir en primera persona!!

Certainty

Casi no escuché el suave golpe en la puerta de mi habitación, tuve que quitarme los audífonos, un tanto confundido, para oír mejor y no pensar que me había equivocado.

Me puse de pie y fui hasta la puerta, no era necesario preguntar quién era, ya sabía de quien se trataba.

-       ¿Sí? - pregunte al abrir y encontrarme con la figura de Donghae detrás de ella.

-       Hola - respondió un tanto cabizbajo, abrí la puerta por completo colocando una mano sobre la muralla para apoyarme y mirarlo inquisidoramente. - ¿Puedo entrar? Necesito hablar contigo.

-       Claro - me encogí de hombros mientras me apartaba de la puerta para dejarlo entrar. - ¿Qué sucede? - Lo observé de reojo, se sentó sobre la cama acomodándose lentamente sobre ella. Yo me fui a sentar en donde había estado antes de pararme a abrir la puerta, frente a mi computadora.

No era inusual que viniera a hablar conmigo a altas horas de la noche, en realidad ya se había hecho costumbre. Cada vez que le sucedía algo grandioso venía a contármelo para compartir su felicidad, igualmente cuando le ocurría algo malo venía a mí a pedir consejo. Hablaba bastante y me entretenía escucharlo y darle consejos cuando eran necesarios. Se había convertido en mi mejor amigo desde hace mucho tiempo y ese tipo de confidencias con él me hacían estimar aún más su amistad.

Pero ahora algo le preocupaba en gran medida, se mordía el labio inferior con insistencia y retorcía sus manos sobre sus piernas, algo le tenia intranquilo.

-       Si no quieres decírmelo, no te apures. Sabes que puedes venir luego a contármelo - sugerí tratando de alivianarlo, pero al parecer mis palabras lo exaltaron aun más.

-       ¡No!... tiene que ser ahora - respondió alterado, acomodándose una vez mas sobre la cama para acercarse un poco más hacia mí. – Eunhyuk - comenzó diciendo, dándose ánimos de continuar - Tu no me odiarías, ¿verdad? – Levanté mis cejas intentando asimilar su pregunta.

-       Sólo si mataras a toda mi familia – bromee sonriendo.

-       Estoy hablando en serio - dijo frunciendo el ceño en señal de enfado.

-       Sólo te estoy poniendo un ejemplo – bufé - haría falta muchísimo para llegar a odiarte -revolví su cabello de forma amistosa para molestarlo y tratar de animarlo, aunque no estaba dando mucho resultado.

Volvió a morder su labio inferior y a retorcer sus manos una vez más, me estaba comenzando a exasperar. No me tomen a mal, me gusta hablar con él, pero cuando se pone así me pone tenso al no llegar pronto al punto que quiere tratar.

-       Mira, incluso si destrozaras mi auto por completo no te odiaría, solo me enojaría. No podría odiarte por ningún motivo. Dime lo que viniste a decir antes de que te coma vivo.

-       Eunhyuk, yo… - me miró a los ojos fijamente. - Me gustas más que como un amigo. - Por un buen rato todo lo que pude hacer fue mirarlo incrédulo, intentando digerir su confesión tan de golpe.

-       Yo… - comencé a decir, mi garganta estaba seca. Podía ver el temor en su rostro al ver mi reacción de sorpresa, lo que me llevo a terminar mi oración - Yo… lo siento mucho - le dije tan amablemente como pude. - Sabes que eres mi mejor amigo, pero… - continué sintiéndome muy incómodo. Nunca había pensado en Donghae de esa manera, ni siquiera una sola vez. El era mi mejor amigo y punto. Donghae asintió con su cabeza.

-       Perdóname por decírtelo así. - Sus ojos se mantuvieron secos. No sería la primera vez que lo viera llorar, pero por alguna razón no quería mostrarse débil ante mí esta vez. - ¿Eunhyuk? - su voz era suave, como si no quisiese ser escuchado.

-       ¿Sí? - quería saber que estaba pensando. Cuando me dijo que le gustaba así sin más, sentí que tenía a una persona desconocida frente a mí. Me pregunté cuánto tiempo llevaba escondiendo esto de mí. Donghae apoyó sus manos sobre sus piernas

-       Podrías… - comenzó, pero al parecer perdió todo el coraje. Esperé pacientemente hasta que volvió a hablar - Sólo por esta vez, ¿podrías abrazarme? - La expresión de mi rostro debió delatarme ya que a continuación agregó - No te lo pediré nuevamente, ni siquiera lo mencionaré después de esta noche. - Cuando lo dijo, por primera vez desde que entró, escuché su voz  quebrándose. - Por favor, déjame tener sólo esto de recuerdo - Sus ojos se oscurecieron momentáneamente indicándome cuanto significaría para él mantener esa promesa.

Tomaría este momento y lo guardaría en lo más profundo de su corazón, donde quedaría como un recuerdo de su amor por mí.

Sin decir nada me senté a su lado y lo abracé, sintiendo como apoyaba su cabeza sobre mi hombro, pero aun así no soltó ninguna lágrima. Su cuerpo tembló un poco al rodearlo con mis brazos.

Permanecimos así unos momentos, quizás fueron segundos, pero para Donghae fue más que suficiente.

-       Lo siento - susurré. Se apartó de mí negando con la cabeza.

-       Es mi culpa - se calló por unos segundos. – Eunhyuk - comenzó nuevamente, mirando sus rodillas - Esto no arruinará nuestra amistad, ¿verdad? Está bien que no sientas lo mismo por mi, pero no soportaría el perderte como mejor amigo. Te juro que no haré nada raro, otra vez. - Bromeó forzando una sonrisa.

-       No - dije - no cambiará nada, seguiremos como siempre. - Pero no lo sabía.

Quería que mis palabras fueran ciertas, pero la verdad es que no sabía que era lo que pasaría luego.

Cuando vi que se iba de mi habitación tan decaído como llegó, sentí que ya no estaba seguro de nada.

Al día siguiente, no sentí ruido en la casa. Supuse que Donghae había salido temprano, cosa que me extraño ya que él es tan bueno para dormir como yo y últimamente se quedaba mucho en nuestro departamento.

Quizás el caminar le haría bien para despejar su cabeza, ¿tendría que hacer lo mismo?

Sin saber porqué, la conversación de anoche con él aun me daba vueltas en la cabeza. ¿Cuánto tiempo habrá callado sus sentimientos hacia mí? ¿Cuándo comenzó a sentir eso por mí? ¿Cómo no me di cuenta? Sacudí mi cabeza intentando despejar mi mente, ahora era yo el que se sentía aproblemado. Donghae es mi mejor amigo y eso no debe cambiar.

Más tarde ese día, sentí que la puerta de entrada se abría. Yo estaba en la cocina terminando la cena cuando escuché como Donghae se sacaba los zapatos a la entrada.

-       Estoy preparando la cena - le dije asomándome al pasillo que daba a la entrada, al parecer lo asusté ya que puso una mano sobre su pecho - Lávate las manos y ven a sentarte. - Traté de decirlo en el tono más amigable y normal que encontré.

El sólo asintió y terminó de calzarse las pantuflas. Yo volví a la cocina a terminar mi experimento. Luego de unos momentos ambos ya estábamos cenando.

Fue una cena callada e incómoda, Donghae no levantaba la cabeza de su plato como si hubiese un tesoro escondido en el fondo y si lo perdía de vista desaparecería.

-       Necesitamos hablar - dije al ver que había terminado de comer, el dejó los cubiertos sobre la mesa y bajó la mirada a sus manos.- Siento que estoy perdiendo a mi mejor amigo - comencé, Donghae levanto su cabeza para mirarme. Tenía los ojos enrojecidos, quizás aguantando las ganas de llorar.

-       Lo siento - murmuró bajando la mirada nuevamente. - Siento el haber confesado mis sentimientos así, estoy arruinando nuestra amistad. -  Su voz se quebró un poco al terminar.

-       No digas eso, sigues siendo mi mejor amigo, ya verás como las cosas se asentaran -  le di ánimos palmeando suavemente su hombro. Él sólo asintió lentamente.

Luego se excusó y se fue a su habitación mientras yo terminaba de recoger los platos.

Me fui a mi habitación pensando en lo último que le había dicho, ¿De verdad las cosas se asentarían? Quería creer que así pasaría.

Al día siguiente teníamos práctica, él se fue antes que yo hacia el estudio.

Cuando llegué lo vi hablando con Heechul hyung en un rincón del salón. Deje mis cosas en el suelo mientras comenzaba a hacer mis ejercicios de precalentamiento sin dejar de mirarlo, parecía más animado que ayer y me hizo sonreír el verlo a él sonreír, las cosas si se asentarían después de todo.

Cuando Hankyung llego comenzamos la práctica de hoy.

Las horas pasaron y cuando al fin nos dejaron descansar esperé pacientemente a que Donghae viniera a mí a preguntarme como le había salido la rutina de hoy, pero eso no llegó a pasar.

Se fue de inmediato al lado de Heechul mientras se secaba el exceso de sudor con una toalla.

Caminé hacia donde estaban ellos ya que convenientemente se habían instalado cerca de donde estaban las botellas con agua.

Me intrigaba su conversación tan animada.

Tomé una botella del stand mientras veía como Donghae se acercaba a Hankyung y le formulaba la pregunta que me hacía siempre a mí: [i]“¿Cómo encontraste que me salió la coreografía?”[/i] trague el poco de agua que había bebido con dificultad. No entendiendo el porqué me molestaba el hecho de que no acudiera a mí como siempre, pero claro… ya nada sería como siempre.

No fue hasta después de la práctica que entendí cómo se sentía Donghae en realidad.

Mientras guardaba las cosas para irme, pasé por una habitación en donde se encontraban Sungmin y Donghae conversando, la curiosidad fue mayor y me quedé cerca de la entrada para escuchar.

-       ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien? - la voz de Sungmin sonaba preocupada.

-       No muy bien - la voz de Donghae se notaba cargada de angustia. - ¿Cómo te fue con Kyuhyun?

Hubo un momento de silencio.

-       No pude - murmuró Sungmin con culpabilidad.

-       ¡Prometiste que lo haríamos juntos!

-       Lo sé, lo sé. Perdí el coraje y no pude hacerlo - bufó un poco molesto - Y luego de lo que pasó contigo, más miedo me dio el confesarme.

-       Debes decírselo - dijo Donghae - Sé que él también te quiere, no esperes más.

-       Hubiera jurado que Eunhyuk también sentía lo mismo por ti - dijo Sungmin con calma.

Donghae rió tristemente.

-       Ya ves, yo también lo pensé. Creo que sólo vi lo que quería ver.

-       Estarás bien – escuché decir a Sungmin. Hubo un sonido extraño. Incapaz de detenerme, me asomé un poco por el marco de la puerta. La espalda de Donghae estaba frente a mí, los brazos de Sungmin rodeaban su cuerpo posando las palmas sobre sus omoplatos en un abrazo apretado.  Sus hombros temblaban ligeramente, pero sabía que estaba llorando. Me retire con suavidad y salí del edificio.

Mi cabeza daba vueltas haciéndome sentir enfermo. Me enfoqué en llegar a mi auto para luego colapsar en el asiento del conductor. Mi pecho dolía como si estuvieran prendiendo una hoguera en el. Acababa de ver a Donghae hablando de sus sentimientos por mí con Sungmin, llorando frente a él. Donghae, quién pensé que sólo conmigo era tan abierto. Donghae, el que no lloraba frente a nadie más que a mí.

¿Había estado tan equivocado con respecto a él?

¿No éramos tan cercanos como pensé?

Coloqué una mano sobre mi pecho y recosté la cabeza sobre el manubrio dándome cuenta de lo celoso que estaba. Nunca pensé que sería alguien celoso con sus amigos o con la amistad que tenía con Donghae. No me importaba si tenía más amigos aparte de mí. Yo también los tenía. Y ¿cómo podía estar celoso, si él mismo había confesado que estaba enamorado de mí? Pero algo pasó cuando Donghae lloró frente a Sungmin. Esas lágrimas sólo yo las había visto.

-       Imbécil – murmuré maldiciéndome. No estaba enamorado de él pero mi corazón aun me estaba dando estos problemas. No tenía el derecho de acapararlo. Especialmente ahora que sabía lo que él sentía. Pero mientras manejaba a casa no podía dejar de sentirme confundido. No podía sacarme la duda de “que pasaba si” que me estaba siguiendo como un fantasma.

¿Por qué me sentía así? Cuando nos imaginé en un futuro lejano, ambos con esposas y enamorados compartiendo cada uno su vida con la mujer que amaba, nunca me puse celoso sobre aquello. Sólo ahora esta maldita duda me estaba matando. Pero lo que cambió, fue que casi asumí que él jamás lloraría en frente de su mujer.

¿Me gusta más de lo que imaginé? Mastiqué aquello por un buen rato, no sabiendo que responder.

Cuando me confesó lo que sentía, todo había sido tan claro que de inmediato pensé en rechazarlo. No me sentía de la misma forma por él. Ni siquiera tuve que meditarlo. Pero quizás, sólo fue porque no pensé en el asunto de forma seria y eso hizo que lo rechazara con tanta facilidad. Quizás, si me hubiera tomado mi tiempo para examinar mis sentimientos, la respuesta no habría sido tan clara.

Esto me asustó.

Ya no sabía que pensar con respecto a Donghae.

Intenté pensar en él como algo más que un amigo y me di cuenta de que sí podía imaginarme con él de [i]esa [/i]forma. Pero también podía imaginarnos sólo como amigos y nada más. Moví mi cabeza sintiendo una inminente jaqueca. En las películas y libros el romance es tan directo y hetero. Todos sabían cómo cada uno se sentía por el otro. La gente se enamoraba de forma tan simple, estando seguros de que nada ni nadie podía cambiar aquellos sentimientos que profesaban.

Quizás era solo yo el extraño que no sabía lo que pasaba exactamente con mi corazón.

Y… si Donghae hubiese sido una chica, ¿me habría sentido igual de confundido?

Quizás sólo estaba asustado de descubrir que de verdad lo amaba.

Me golpeé la cabeza un par de veces contra el manubrio, aunque quizás esa no era una buena idea con la jaqueca que traería luego.

Un millón de “que pasaba si” volaban por mi cabeza, pero al final tan sólo eran eso. Figuraciones mías imaginando lo que sería mi relación con Donghae. Me gustaría que hubiera alguien que me dijera lo que significaba todo esto, odiaba el sentirme tan confundido por algo que supuestamente ya había resuelto.

Ya estaba en casa cuando Donghae llegó. Me levanté, acercándome a la puerta de mi pieza escuchando como él se quitaba los zapatos en la entrada. Me sentía nervioso por tener que verlo, pero debía hacerlo. Tenía que volver a convivir con él nuevamente.

Echando las confusiones que sentía a un lado, necesitaba a mi mejor amigo. Necesitábamos terminar con esto hablándolo. Fuera amor o no, no sabía qué hacer con él.

Cuando escuché que termino de quitarse los zapatos y que finalmente entró al departamento, salí de mi cuarto.

-       Hola Donghae – lo saludé, pareciendo casual.

Él dio un respingo, asustado, lamiendo sus labios de forma nerviosa.

-       Hola – respondió.

-       ¿Tienes planes para cenar?

-       Eh… - podía ver su mente trabajando, pero al parecer no encontró ninguna excusa lo suficientemente buena – creo que no… - su voz era bastante calmada.

-       Bien – dije, forzándome en sonar lo más normal posible – Iba a comenzar a preparar algo – era mentira. No me gustaba cocinar y también lo que preparaba no era del todo comestible cuando lo intentaba, pero estaba dispuesto a intentar cualquier cosa con tal de que volviéramos a como estábamos antes.

Me las arreglé para preparar un plato decente de jjajangmyeon, una de las pocas cosas que sé hacer.

Llamé a Donghae para que viniera al comedor de donde sea que se estuviese escondiendo. La atmósfera durante la cena fue extraña. El sol ya se había puesto y sólo tenía la luz de la cocina encendida. Ambos estábamos en silencio y podías cortar el aire con un cuchillo, pero al mismo tiempo, los dos comiendo juntos era algo tan familiar y cotidiano que me encontraba extrañamente a gusto.

Observaba su rostro mientras comía, la forma en que la luz iluminaba partes de su cabello castaño. La forma en que masticaba pequeños bocados de forma nerviosa y como sus ojos jamás se separaban de su plato. Sentí una oleada de ternura por él. Esto se suponía que era producto de sentir que volvíamos a ser amigos otra vez, pero una vez más, esa confusión que me estaba carcomiendo por dentro atacaba nuevamente.

¿Era esto que sentía producto de nuestra amistad o fue ocasionado por esta atmosfera tan íntima? ¿O acaso esto se sentía cuando te enamorabas?

No lo sabía. Nunca antes me había enamorado.

-       ¿Está bueno? – pregunté por impulso.

Él dio un respingo y me miró con los ojos bien abiertos.

-       Eh… sí, sí.

-       Bien

Volvió a bajar la vista, moviendo la comida por el plato con sus palillos.

-       Donghae, hablemos.

Él bajo sus palillos y asintió.

Despejé la mesa mientras Donghae me esperaba en el sillón del living. Cuando llegué hasta él, tenía sus piernas recogidas con su rostro apoyado sobre sus rodillas. Recordé el sonido de su voz pidiéndome que lo abrazara sólo una vez.

Me senté a su lado. Ni siquiera levantó la cabeza, pero si la giró para mirarme, esperando a que hablara.

-       Donghae – comencé a decir, no del todo seguro de lo que iba a conversar con él. Estaba intentando pasar un bache del camino – Cuando hablamos la otra noche, me pediste que no dejáramos que esto nos afectara. Dijiste que no soportarías perder a tu mejor amigo, pero, creo que soy yo el que está perdiendo al suyo.

Sus brazos se apretaron contra sus piernas, sus dedos enterrándose en sus pantalones.

-       Lo siento – corrió la mirada – es doloroso.

-       Lo sé

Nos quedamos en silencio por un buen rato. Quería seguir hablando con él, pero no podía sacar las palabras de mi boca. Ya estaba sufriendo demasiado por mí. ¿Cómo podía decirle que quizás ahora me gustaba, cuando no estaba seguro de aquello? No era como si fuera a besarlo y después le dijera “Sólo lo hice como una prueba, lo siento. La respuesta sigue siendo no”. El tan solo intentar salir con él no sonaba bien tampoco. Tenía miedo de lo que pudiera pasar. ¿Qué tal si salía con él por un par de semanas para luego darme cuenta que en realidad nunca podría ser algo más que un amigo para Donghae? No podía herirlo de esa manera. Por otro lado, ¿qué pasaba si no hacía nada y cinco años después me diera cuenta de que el amor de mi vida lo dejé pasar por no querer arriesgarme a hacer algo? Lo miré de reojo y me pregunté si la gente normal encontraría esta situación difícil.

-       ¿Donghae? – finalmente dije

-       ¿Sí? – su voz era tranquila y pacífica.

-       ¿Cómo te diste cuenta de que estabas enamorado de mí?

No estaba seguro de si respondería, pero después de unos momentos me respondió. Aunque ni siquiera me miró al hacerlo.

-       Creo que se dio de forma lenta – movió sus hombros incómodo – Comencé a pensar en ti cada vez más y me di cuenta de que al estar contigo me sentía feliz y seguro. – suspiró angustiado – Es difícil ponerlo en palabras.

-       Ya veo

-       ¿Por qué?

No esperé a que me interrogara.

-       Yo… - tartamudeé – Yo simplemente… pienso que fue muy valiente de tu parte decírmelo y quería saber lo que te hizo estar tan seguro de tus sentimientos.

Esta vez, cuando me respondió, me miró a los ojos.

-       Nada me hizo estar seguro de esto. Sólo que tu sonrisa me hacía sentir muy feliz.

Algo dentro de mí se removió.

-       Eres más fuerte de lo que yo podría ser.

Él negó con un gesto.

-       No. Tú eres más fuerte que yo. Nunca expresas lo que de verdad sientes. Me gustaría ser como tú.

Lo miré sorprendido, aquellas palabras me llegaron profundamente. Recordaba lo celoso y herido que me sentí al verlo llorar en frente de Sungmin, pensando que llevaba una carga que no podía confesarme. No podía explicarlo con palabras. Era algo amargo con lo que cargaba.

-       Si lo hago… a veces.

-       No tanto como yo.

Por primera vez, después de su confesión, Donghae sonrió. Era una sonrisa débil pero honesta. Hasta ese momento no me había dado cuenta de cuánto la había extrañado.

-       No creo que eres inferior a mi – intenté darme los ánimos para decirle que no tenía que volver  a esconderse de mí, pero las palabras quedaron atascadas en mi garganta.

-       Gracias.

Moví mi cabeza en un gesto negativo.

-       Eres más fuerte que yo Donghae. Yo… - las palabras quedaron en mi garganta. Seguía viendo aquella tierna sonrisa, sintiendo su cálido cuerpo contra el mío, escuchándolo decir que mi sonrisa lo hacía feliz. La sangre me subió hasta la cabeza, pero antes de que pudiera volver a meditarlo lo tomé de las manos. Él se sentó derecho mirándome confundido. – No estoy seguro – comencé a decir con un susurro – sobre ti. No tengo la certeza de cómo me siento. Nunca antes me he enamorado – su boca se abrió levemente como si quisiera decir algo, pero permaneció en silencio. No necesitaba decir nada. La esperanza se reflejaba en sus ojos como una pequeña luz que los iluminaba con lentitud.

-       Tú, – dijo Donghae, su voz temblaba – no tienes que estar seguro. Creo que la mayoría nunca lo está, en un comienzo.

-       Entonces, ¿está bien? Incluso si… - no lo dije, pero Donghae asintió.

-       Está bien, incluso así.

-       ¿Qué tal si te beso ahora y luego me doy cuenta de que no era lo que yo esperaba?

-       ¿Por qué no me besas y sales de la duda? – me miró con una linda sonrisa y sus ojos brillando de emoción. Lo dudé unos segundos.

-       ¿No te sentirás mal?

-       Creo que sí, pero no importa.

-       ¿Seguro?

-       De verdad que sí. Tú vales mucho más para mi, Hyukjae. – sonrió más ampliamente.

Tomé su rostro entre mis manos y lo besé. Sus labios eran suaves y cálidos.

Lo besé nuevamente. Puso sus brazos alrededor de mi cuello y nos acercamos aun más, su pecho contra el mío.

-       ¿Y? – preguntó, sonriendo con la respiración entrecortada.

-       Creo que puede que esté enamorado de ti – le respondí honestamente.

-       Eso es un buen comienzo – la sonrisa de Donghae fue más grande mientras se acercaba nuevamente para posar sus labios contra los míos.